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El Citrus confia en el ingreso a Estados Unidos para salvarse

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl argumento del Gobierno de que la crisis de la citricultura se debe exclusivamente a un problema de mercados es, en el mejor de los casos, una verdad a medias. El presidente de la Cámara de Exportadores de Citrus del Noreste Argentino (CECNEA), Mariano Caprarulo, aseguró que el mercado de Estados Unidos está disponible para colocar fruta fresca, pero el gobierno nacional no ha hecho las gestiones necesarias para concretar los acuerdos comerciales. Precisó que países de la región, como Uruguay con el mismo estatus fitosanitario, están vendiendo fruta a ese país y que el ingreso argentino es posible sin generar sobreoferta ni ruidos comerciales de ningún tipo. Estimó que se necesitan 1.800 millones de pesos para invertir en las quintas y que ni los productores los tienen porque vienen de perder esa cantidad o más con las heladas y el Banco Nación “se retiró de la atención a los productores citrícolas”. 

En declaraciones a diario NOTICIAS, Mariano Caprarulo, remarcó que la citricultura cerró un año “muy malo” y que la expectativa para el año próximo es igual o peor en función de que los productores no tienen capital para los trabajos en las quintas que asegurarían la próxima cosecha en calidad y cantidad óptimas.

No obstante, hoy no hay mercados redituables para colocar una muy buena cosecha, advirtió pero destacó que la esperanza es que en un futuro cercano se hagan las gestiones necesarias para permitir el ingreso de mandarinas a Estados Unidos, lo que retrotraería la situación de la citricultura del NEA a las mejores épocas. Dijo que el gobierno entrerriano ha escuchado los reclamos de los exportadores y los ha trasladado al gobierno nacional, pero la actual política exterior del país mira hacia otros destinos.

Al poner la crisis en números recordó que la exportación de mandarinas, el principal producto de exportación de la zona, cayó un 71%. Precisó que se exportaron 34.148 toneladas de mandarinas y 5.117 de naranjas.

Rememoró que “nosotros llegamos a hacer 90 mil pallets (toneladas) de fruta o más y este año no llegamos ni a 40 mil pallets”. Agregó que “la mayor exportadora de Sudamérica estaba acá, Fama de Chajarí, que vendía ella sola casi 40 mil pallets, hoy entre todos, 11 empresas, no llegamos a esa cifra”.

Repasó la “tormenta perfecta” de la citricultura: “con los problemas que ha habido y con el costo argentino que es muy alto, es imposible de compensar al tipo de cambio que tenemos. Sumado a la falta de competitividad por la altísima presión tributaria que tenemos, las grandes erogaciones en concepto de personal, más los reintegros de IVA que tardamos en recuperarlos, más la inflación en dólares con los insumos, entre otras cuestiones, además con un aporte externo especial este año de nuestro principal mercado que es Rusia que devaluó mucho su moneda y que realmente el precio que pagan los rusos no nos alcanza para nada, ni para cubrir los costos”.

En el diálogo con NOTICIAS, Caprarulo describió que sumado a los constantes aumentos de los costos internos, el frente externo presentó este año severas complicaciones. Rusia significaba el destino de más del 60% de las exportaciones de mandarinas, pero tras la devaluación rusa de más del 50% del rublo, las mandarinas entrerrianas se encarecieron enormemente para los rusos y los precios que ellos pueden pagar no justifican los embarques. Aunque en la Unión Europea no hubo devaluación, los aranceles europeos dejan a las mandarinas argentinas fuera de competencia y sin rentabilidad. Y el mercado de Brasil, nunca terminó de abrirse, pese a los anuncios y promesas.

Frente a este panorama, el mercado estadounidense es el refugio que queda para los cítricos dulces.

Comentó que “fuimos con Cecil Taylor, que es nuestro asesor para Estados Unidos y que ahora está como presidente de la Asociación de Citricultores de Concordia, en una gestión privada, nos reunimos con los más altos representantes del APHIS, que es el Senasa de Estados Unidos, y nos dejaron muy en claro que si no hay una política del gobierno argentino de tener una mayor relación con Estados Unidos no hay ninguna posibilidad por ahora de entrar, cosa todos nuestros competidores lo han hecho, como Sudáfrica, Perú, Chile y ahora últimamente Uruguay, que tiene el mismo estatus fitosanitario que nosotros. Estamos enfrente de Salto y simplemente lo hizo porque tiene una relación de equilibrio, más allá de tener una política definida, pero tiene una relación de comercio con el mundo”.

Remarcó que “Argentina no tiene en la agenda como prioridad la relación con Estados Unidos y por ende no tiene en agenda presionar para que entre el citrus dulce. Si nosotros podemos ingresar como lo hizo Uruguay nos cambia totalmente, Uruguay empezó exportando 4000 toneladas y hoy exporta 30 mil o 35 mil toneladas y ese precio sirve y es bueno, porque Estados Unidos es muy consumidor de mandarinas, no tiene tanta producción local de mandarinas y le interesa”.

“Problemas fitosanitarios no hay ninguno”, destacó y agregó que “ni tenemos problemas con los grandes lobbies de Estados Unidos que son los que realmente constituyen una gran barrera para arancelaria. Nosotros somos un producto boutique, que no molestamos a nadie, ellos necesitan la mandarina y en definitiva no hay ningún problema de mercado, no les genera sobreoferta, estamos en contra estación y no se solapan las producciones de ellos con la nuestra”.

Afirmó que hay espacio “para Perú, Chile, Sudáfrica, Uruguay y también para nosotros. Pero si no cambiamos la política y no adoptamos una posición clara de querer tener relaciones comerciales con Estados Unidos, va a ser muy difícil por más que la actividad privada haga de todo”.

Precisó que “lo que está haciendo falta es que Cancillería modifique su prioridad, que claramente no lo tiene en mente. Hoy nos han marcado otros mercados que para nosotros no son redituables. Habrá que negociar y dar algo a cambio pero eso nos excede. Tenemos la Unión Europea y todos los países a los que exportamos pero hoy con el fortalecimiento del dólar, cayó mucho lo que rinde el euro y con los problemas de competitividad no nos sirve tampoco Europa hoy.  Lo tenemos hoy como mercado y tratamos de mantenerlo. En cambio Estados Unidos paga dos veces y media lo que se paga la fruta en Rusia o la Unión Europea y eso es lo que está aprovechando Uruguay y está viviendo de Estados Unidos y les está yendo bien, cerrando bien el año, un poco también con Brasil”.

Relató que “nosotros no tenemos Brasil, donde no es tan bueno el precio, pero sirve para hacer caja, ni tenemos Estados Unidos que es lo que nos podría hacer la diferencia”.

“En el gobierno nacional hay mucha indiferencia”, definió. “Hemos hecho innumerables gestiones, también el gobierno de Entre Ríos trata, ahora mismo ha pedido una nueva reunión que no ha salido, pero claramente el norte de la política exterior está para otro lado: está para Angola o para Irán que no mueven la aguja. Lo que está aportando algo es el sudeste asiático, con Indonesia o Filipinas, pero no alcanza para sobrevivir ni para mantener las quintas”, agregó.

 

FINANCIAMIENTO

 

Acerca del financiamiento, expresó que “el Banco Nación se retiró de la atención al productor citrícola. El Banco Nación no lo atiende, pide tasaciones de tres a uno para cualquier crédito que solicitamos y cualquier industria necesita crecer con el banco. Pueden salir algunos créditos muy chiquitos pero no para productores de escala, como para atender la quinta y tenerla en condiciones, entonces aunque el año que viene abramos cualquier mercado, no vamos a tener la fruta en condiciones tampoco porque no vamos a poder curar con el nivel de excelencia que debería hacerse porque no alcanza la plata”.

Lamentó que “tenemos muy buenas producciones, más de doce mil hectáreas con exportadores con promedio de 30 ó 40 toneladas por hectárea que es mucho, muy cerca del tope mundial de productividad. Y si se lograra vender a Estados Unidos, se liberaría el mercado interno y mejorarían los precios”.

Dijo que “las quintas con mucho esfuerzo se han mantenido, están en condiciones. Si hubiese una ayuda concreta esas quintas están en condiciones de producir. Se puede perfectamente mantener, pero cuesta 30 mil pesos por hectárea, si estamos hablando de 60 mil hectáreas, hacen falta 1.800 millones de pesos. En esto es donde tiene que estar el Estado: fijar una prioridad para una producción importante, que mueve toda una comunidad, alrededor de 40 mil personas, y si la producción les interesa asignar recursos importantes de una vez por todas para la citricultura que viene de perder ese monto o más de la época de las heladas”.

“No estoy hablando de regalo –aclaró-, sino en créditos que sirvan para mantener una actividad, que le aporta tanto a la región”.

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