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Bordet adelanto que evalua cambios en el Gabinete y dijo que se encontro con un escenario peor al esperado

bordetEl gobernador Gustavo Bordet le dijo a El Diario de Paraná que el escenario con el que se encontró fue peor al esperado. Fue en un reportaje a fondo, donde habló de eventuales cambios en su gabinete, la relación con Macri, la ley de la madera, las obras públicas y la situación de Sidecreer. Bordet debió aclarar si acaso sus dichos sobre la herencia debían interpretarse como una crítica a su antecesor.

-Fue el único gobernador que no pudo hablar de la «pesada herencia». ¿Debo entender que lo está haciendo?

-Eso es a medias. También va en la personalidad de cada uno. Siempre tiendo a hacerme cargo de las cosas y arrancar para adelante. Me pasó cuando asumí la intendencia de Concordia. En el año 2007 le había ganado las elecciones generales a Juan Carlos Cresto. Pude echar culpas porque había muchos motivos para hacerlo, y sin embargo primero vi qué funcionarios había en la Comuna, cómo podíamos avanzar y dejé atrás lo anterior. También un poco va en la forma de ser. Yo diría un 50 % y 50 %.

-¿La mitad suya lo empujaba a decirlo públicamente?

-No, eso no. Yo sinceré la situación. Si escuchás el discurso de la apertura de las sesiones legislativas el 15 de febrero, con los números en la mano, dije claramente que había un desequilibrio fiscal y que había que buscar cerrar el déficit, y que ese iba a ser el principal esfuerzo. Podría haberme «cargado» algún funcionario de la gestión anterior pero preferí mirar para adelante, lo cual no quiere decir que los organismos de control no investiguen para atrás. No es mi tarea.

-¿Está conforme con el gabinete que armó?

– Estoy conforme, pero espero mucho más. Este gabinete tiene que dar más. No alcanza, pero estoy conforme. También hay que armar equipos, lo que implica cambios sobre la marcha, muchos los hicimos, otros los haremos. Siempre he hecho cambios como intendente o ministro y tiendo a corregir. Los cambios no son síntomas de debilidad.

-Hizo cambios muy simbólicos: Smaldone, Righelatto, Rodríguez Allende, Lallana. ¿Se sintió condicionado por la estructura del gobierno anterior?

-No, nunca estuve condicionado, por Urribarri ni por nadie. Todas las decisiones las tomé yo, y cuando tuve que tomar una decisión no me importó si era del urribarrismo, como Marcos Rodríguez Allende. Tomé las decisiones con total libertad, y fui haciendo los cambios necesarios.

-¿Le hubiese gustado algún otro?

-No, porque los que tenga que hacer los haré. No me obstaculiza para nada que sea de un sector u otro. Si no está en sintonía con los objetivos de la gestión lo voy a cambiar, porque no es en beneficio mío, sino del gobierno.

-La pregunta atiende la sensación de que al funcionariado le costó adaptarse a su estilo de liderazgo, quizá acostumbrado a otro más patriarcal. . .

-Es una cuestión de tiempo. Algunos van entendiendo cómo es, y hay líneas burocráticas que no, pero los voy corriendo y pongo gente que lo entienda. Me pasó lo mismo en Concordia: ¿Qué más patriarcal que Cresto?, y sin embargo me costó uno o dos años. Y tuve muchas satisfacciones e hicimos grandes cosas en la estructura burocrática. Normalizamos y pusimos reglas caras.

Ahora me decían que había muchas cosas que acá no se iba a poder, como lo de la Plaza Mansilla. Que los trapitos es una vaca sagrada, que no van a poder. Pudimos hacerlo, y si se puede cambiar para mejor y sin embromarle la vida a nadie, porque buscamos la forma de contener a los trapitos para darle dignidad en adelante con su trabajo.

-Parecería que la sociedad, empresarios, ONGs, deben acostumbrarse a su estilo, porque algunos son muy críticos.

-Yo me vinculo con todos los sectores. Con los empresarios tengo vínculos, charlas, hemos hecho gestiones. Al sector avícola lo acompañé con el ministro de Agroindustria, con el de Interior, con el de Comercio, con Producción, con el de Trabajo y con el jefe de AFIP. Nunca se vio algo así.

Planteamos la situación del sector. Ahora, yo tampoco tengo una cuestión paternalista sobre el empresariado. Ellos hacen su negocio. Yo quiero que les vaya bien, que inviertan, hago todas las gestiones posibles. También hay un límite, y sin que esto signifique cortar relaciones. Busco tener relaciones más horizontales. A cada lugar que voy recorro empresas, me gusta conocer el proceso productivo, te abre la cabeza.

Estuve con Joaquín de Grazia en Santa Elena y es fabuloso. Ahora quiero ir a Tecnovo en Crespo. Me gusta conocer. También creo que hay una sobreexigencia de cierta parte del empresariado. Entendimos la emergencia agropecuaria y no aumentamos el Impuesto Inmobiliario este 2016, y eso representó resignar 250 millones de pesos. Si nosotros no gravamos la industria con la tasa mínima nos representa 450 millones de pesos anuales en Ingresos Brutos. Ni hablar si aplicamos el 40 % de inflación. Con el Inmobiliario e Ingresos Brutos resignamos más de 650 millones, lo que representa el 3 % del PBG.

Lo mismo que recuperamos de Coparticipación que habíamos perdido, que fueron 680 millones. Con esto quiero decir que no hay una transferencia directa y que llego con la valija con plata y sacamos la foto. Pero estructuralmente es mucho. Es plata que el Estado deja de percibir, y es extendido, porque es para todos. Ahora estamos sentándonos para que el aumento sea consensuado, y después de la cosecha. Hay una forma de relacionarse que es más universal y abarcativa. Apuntamos a políticas generales.

-¿Considera que ya hay sectores que ya no son viables y el Estado debe sostenerlos?

– No. Considero que hay sectores a los que le está costando mucho, como el caso de la citricultura. He hablado en repetidas oportunidades con el sector para incorporar más tecnología como sistema de riego, pero hay una crisis muy grande, lo que no quiere decir que no sea viable. Está funcionando muy bien la fábrica de jugo de Villa del Rosario. Están procesando 120 toneladas. Ahora se inaugura el acueducto para los productores de Federación.

-¿Siente que hubo ingratitud de algún sector?

-No, ingratitud no. Por ahí hubo falta de comprensión de la situación general. Fueron tiempos difíciles con la emergencia climática que nos rompió muchos caminos. Hubo obras del gobierno nacional que se pararon y ahora recién están recomenzando cuando se entendió la lógica. La ruta 6 o el Acceso Norte de Paraná. Para que se reactive el Acceso Norte tuve que conseguir financiamiento para hacer el Acceso Sur como contraparte.

-¿Cuánta plata llegó de la Nación para obra pública en 2016?

-Realmente muy poca. Hablo de 2016. De lo que estaba ejecutando se continuaron las viviendas que anduvo muy bien. Se licitaron con presupuesto 2016 unas 230 viviendas. De las obras viales solamente se continuó la ruta 18, en las dos cabeceras ya que la parte del medio se dejó.

El Acceso Norte de Paraná que se retomó ahora y la ruta 6 que se retomó con el convenio con Nación. El resto fue algo del BID, como la ruta 38 y después el resto fue con fondos nuestros. De la Nación llegó muy poco. De lo nuevo, solamente la Defensa Sur de Concordia, de lo cual el 34 % paga la provincia. Ahora empieza la de Concepción del Uruguay que se llamó a licitación. La Provincia puso, desde Infraestructura -sin contar Vialidad- unos 850 millones de pesos. La Nación puso unos 200 millones. No es que lo estoy enrostrando. No se ejecutó el Presupuesto, y pasó en todo el país.

-¿Cuál es la expectativa 2017?

-Macri deberá abrir la obra pública, no tiene otra opción. Eso va a generar mano de obra y consumo. Tiene que abrirla y creo que hay voluntad. Nosotros tenemos los proyectos.

-¿Este ha sido uno de los años de menor inversión pública en la provincia?

-Depende cómo se mire. De parte nuestra la mantuvimos.

– ¿Hubo un compromiso de Frigerio y Macri de obras de saneamiento en la costa del Uruguay a cambio de bajar la Ley de la Madera?

-No. Te cuento exactamente. Hay obras que ya venían de antes y se van a hacer ahora. El primer caso fue la planta de agua potable de Concordia, que en este mes se abren los sobres de la licitación. Esta obra está calzada con la operatoria BID. El día uno de gestión como intendente empecé a trabajar en esto. Me llevó ocho años poder tener una planta que duplique la capacidad de agua de la ciudad.

El anillado de toda la red y cambiar las válvulas y todo el sistema. Tuve que empezar de cero y hacer un proyecto; y la obra que costó 630 millones. Con las plantas de saneamiento pasa lo mismo. Entre varios intendentes de la costa entrerriana vimos que en la costa uruguaya estaban haciendo plantas de tratamiento de efluentes a través de la CAF (Corporación Andina de Fomento) y gestionamos la posibilidad de hacerlas en espejo. Les interesó y trabajamos en los proyectos. Lo va a financiar CAF dentro del cupo que tiene la Nación. No es un canje de Macri. Esto venía de antes.

-¿No hubo condicionamientos de Macri?

-No, jamás. Es una necesidad cambiar esta ley. Yo estoy convencido. Yo vengo de una región foresto industrial y la ley no le sirvió a nadie, excepto a los uruguayos y correntinos. Si a la madera que cortaste en Entre Ríos la facturás en Mocoretá, cruzás el puente con la guía que favorece a Corrientes. Con todo el respeto por los ambientalistas, pero ellos mismos lo reconocen en privado. En marzo, cuando fui a Montevideo, lo conversé con Tabaré. Le dije cuál era mi posición, como así también la medida de levantar las restricciones al puerto de Montevideo, porque nos embroma a los productores entrerrianos que quiere sacar productos por Uruguay.

-¿Lo tranquiliza la estrategia de la Nación de cerrar en un 18 % los salarios 2017 ajustables por inflación?

-La verdad es que queremos cerrar el año que lo vamos a cerrar bien a pesar de no haber tomado el crédito internacional. Cerramos con un nivel aceptable de endeudamiento, que no es una locura. Nos endeudamos por unos 2.000 millones de pesos. El nivel de deuda es del 53 % del PBG. Tenemos buenos ratios. Vamos a cumplir con todos los compromisos en término.

 

CON LA MIRA EN 2017

 

Cuando se le pregunta a Bordet acerca de cuáles serían los ejes de trabajo en 2017, apunta directo: obras de infraestructura. «Soy un obsesivo con las obras. Quiero mejorar sustancialmente a los municipios. El año que viene me focalizaré en infraestructura escolar, de salud y en infraestructura de apoyo a los sectores productivos; una plataforma para el despegue de la producción. Como ejemplo pongo el proyecto para hacer puentes por 900 millones. La idea es sacar todos los puentes bailleys que hace 50 años que están. Hay uno que une Federal con La Paz, que está roto hace años. Hay dos en Nogoyá y 15 puentes más. Son obras que no representan mucho a la vista, pero demandan 900 millones. En el mantenimiento de caminos rurales estamos haciendo avances con Vialidad. Son las tres cosas que voy a fortalecer en 2017. Y obviamente en achicar la brecha fiscal, es necesario y clave», expresa el gobernador.

Dice que con el IAPV están trabajando muy bien, para el año próximo habrá una cantidad de viviendas porque hay muchos proyectos. «Lo que me preocupa y mucho son los excedentes de Salto Grande. Siempre quisimos que los excedentes queden para Entre Ríos», reflexiona.

-¿Concluye el Hospital Centenario de Gualeguaychú y el Centro de Convenciones de Paraná?

-Sí, pero no fue fácil. Nosotros encontramos una situación donde hubo que ponerse de acuerdo con el gobierno nacional para avanzar con la obra. Discutir precios con las empresas y a cara de perro, porque no voy a ceder en algo que no corresponde. Esto nos llevó una discusión muy grande de gasto improductivo que se quería cobrar.

No es que uno demora porque sí. En 2017 terminamos el hospital. Y en el centro de convenciones, donde nos pusimos de acuerdo porque no estaba aprobado el proyecto en los planos municipales, y se estaba haciendo el edificio. Había una responsabilidad penal y patrimonial. Hubo que rediseñar todo y rediscutir precios. Y este año unificamos criterios de redeterminación de precios con la Nación, y eso es muy importante porque la provincia tenía un criterio y la Nación otro. Entonces terminaba siendo más un negocio financiero que una construcción para las empresas.

 

EL AMIGO DEL GATO BETO

 

Bordet describe que el ahorro fue uno de los puntos de su gestión anual. Dice que, en gastos de funcionamiento, logró un ahorro del 30 %, pero que la inflación fue del 40 %. Asegura que este año no compró un solo auto y presenta un caso que sorprende por sus números. «Controlamos los viáticos y firmamos un acuerdo con YPF por las tarjetas de combustible que nos va significar un ahorro importante. Todo el consumo oficial, especialmente con Vialidad, tendrá en adelante un registro centralizado on line y en vez de dar un anticipo a cada chofer habrá un voucher digitalizado. El sólo hecho del acuerdo nos permite ahorrar 10 % en boca de surtidor.

– ¿Cómo si fueras socio del ACA y le dan Serviclub para ganar la sillita playera. . .?

-Claro, el Gato Beto nos da regalos (risas)? Vamos a economizar en litros con más control, pero sin esto ya estaremos ahorrando unos 150 millones. Tenemos un consumo que supera los 500 millones de pesos anuales. Es un montón.

-¿Y los otros gastos?

-El problema de fondo es que el 81 % de los gastos son de personal. Y eso no lo podés tocar. Entonces tenemos un aumento promedio de sueldo interanual del 40 %. Dimos un 37 % promedio docente que es la mitad de los empleados públicos de la provincia. Representan el 50 % del total. El resto fue un 35 % acumulado. Después tenés varios puntos más como la antigüedad y demás que te disparan el promedio. Vos redondéas el 40 %. El salario del empleado público en Entre Ríos se mantuvo protegido ante los niveles inflacionarios. Si tomás masa salarial 2015 versus la masa salarial de 2016 te da un 40 % de incremento, similar a la inflación; ahora los ingresos crecieron 31 %.

 

SIDECREER Y LAS EMPRESAS DEL ESTADO

 

Bordet dedica un párrafo a las empresas del Estado, a las que dice que hay que mejorarlas. Algunas que están funcionando bien como el Iafas, el Instituto del Seguro «que lo mejoramos muchísimo». Elogia a Enersa «que prácticamente no tiene deuda, y la que tiene se licua ahora con el Presupuesto 2017, y además con una planta de 512 KV. Estamos esperando inversiones de La Nación para obras estaciones térmicas y energías renovables, nosotros queremos apostar a las energías renovables».

Dice que en el caso de LAER se redujo a su mínima expresión y sólo se quedará con la ruta, a la espera de la llegada de las líneas low cost, para ver si hay alguna oportunidad. «Estamos liquidando todo el residual de Santa Elena, que sigue generando costos y hay 8 millones depositados», confía.

Finalmente llega al caso Sidecreer, donde relata que hablaron con los empleados y fueron claros en que «es necesario capitalizar sin que la provincia pierda la tarjeta, porque sólo la estamos capitalizando a través de un convenio público-privado. Explicamos bien el proceso. Hasta Daniel Ruberto que es titular del gremio que nuclea a los trabajadores estuvo de acuerdo».

Asegura Bordet que el 90 % de los empleados está de acuerdo porque el acuerdo garantiza sus fuentes de trabajo. «Lo que hacemos es conformar un consorcio público-privado, que permita capitalizar la tarjeta, que la provincia no tenga que poner 70 millones, que brinde mejores servicios y haga mejores negocios y genere más rentabilidad». En este punto fue muy crítico con los legisladores de la oposición.

«En esto hay un doble discurso en los legisladores de la oposición, porque Macri saca una ley de participación público-privada que yo apoyé y que nuestros diputados la aprobaron. Sus diputados aplaudían. Hacemos un proyecto público privado y los mismos diputados se oponen. Apoyan o critican según les convenga. Hay un doble discurso claro. Esto sin chicana política. Es la realidad», dijo.

Fuente: El Diario

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