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Ilarraz dice que no sabia nada

Así declaró ante la jueza Firpo. En 1996, Karlic le había impuesto la prohibición de acercarse a Paraná so pena de suspenderlo como sacerdote, pero él ofició un casamiento.

 ilarraz

Justo José Ilarraz estuvo en Paraná y ejerció su oficio sacerdotal en 2004, a pesar de una medida impuesta por el ex arzobispo Estanislao Esteban Karlic, que en 1996 firmó un decreto por el cual le prohibió volver a la diócesis y acercarse a los seminaristas.

Fue después de haberlo investigado por las denuncias de abuso a menores ocurridas en el Seminario Nuestra Señora del Cenáculo mientras fue prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993. El decreto que firmó Karlic, y por el que dispuso la expulsión de Ilarraz, dice que “con las declaraciones que se suceden en torno al comportamiento del presbítero Ilarraz en la época que fuera superior del Seminario Menor queda revelado el daño producido a personas e instituciones”.

Y que “ese daño producido, que debe ser reparado y evitado en el futuro, es consecuencia de la conducta del presbítero Justo José Ilarraz, ya que cuatro testimonios de forma unánime así lo afirman”.

La disposición de Karlic dejó en suspenso una eventual sanción más dura: el texto del decreto de 1996 especifica que “la desobediencia” de la disposición de no acercarse a la diócesis de Paraná “será sancionada con pena que no excluye la suspensión”. Esa medida, la suspensión en el ejercicio del ministerio sacerdotal, recién se dispuso el 7 de septiembre de 2012, a pedido del arzobispo Juan Alberto Puiggari a su par de Concepción, Tucumán, José María Rossi, último superior de Ilarraz.

Pero Ilarraz estuvo en Paraná, y de ese modo violó la disposición de Karlic. Una documentación que presentó como prueba su abogado defensor, Juan Ángel Fornerón, ante la jueza de la causa, Susana María Paola Firpo, revela que el cura estuvo en la ciudad el 15 de febrero de 2004 para celebrar un bautismo y el casamiento de un hermano, hecho que tuvo lugar en la Parroquia de San Agustín, invitado por su amigo, el sacerdote Mario Taborda. Todo eso se desprende de la extensa resolución de la jueza Firpo del viernes 10 del actual a través de la cual dictó el procesamiento de sacerdote en la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”.

No sabía

Cuando declaró en la Justicia, el 24 de junio último, el cura Ilarraz se ocupó de desacreditar todas y cada una de las denuncias en su contra. No sólo desmintió a las víctimas, sino también el cardenal Estanislao Karlic.

“Lo que quiero dejar bien en claro es que jamás, jamás se me informó de que se estaba haciendo una instrucción diocesana, jamás –aclaró Ilarraz–. Dieciséis años después me entero por la prensa de que fueron llamados testigos sacerdotes y seminaristas para realizar esta instrucción.También rotuló como una “tremenda mentira” la declaración del cura Javier Balcar, que en la Justicia testimonió haber visto a Ilarraz con seminaristas en “paños menores”, cuestión que, dijo, jamás habría ocurrido.

Respecto de la sanción que le aplicaron en 1996, aseveró: “Jamás Monseñor (Karlic) me dijo estás excluido, estás desterrado o no podes pisar nunca más la diócesis de Paraná y jamás me dijo que tenía que hacer como penitencia un mes de retiro espiritual ni de palabra ni por escrito, nunca me contó, me pidió, me solicitó. Nada”.

La pericia

En su extensa declaración ante la jueza Firpo –empezó a las 10 de la mañana del 24 de junio y terminó pasadas las 17 de ese día—, Ilarraz reconoció haberse practicado en 1996 una pericia psicológica en Roma, a pedido del Vicariato y como consecuencia de la investigación que había dispuesto Karlic.

“Cuando Monseñor Karlic me dice de que son tres los denunciantes, yo le digo que los resultados periciales niegan rotundamente cualquier tipo de patología, que por los mismos se ve que puedo continuar ejerciendo el sacerdocio sin que haya algún motivo que dificulte a mi persona o a las otras, es decir no había ningún motivo para dudar de que puedo hacer un daño para mí o hacia otros. Que el perfil psicológico de mi persona no estaba contaminado con ningún tipo de enfermedad, que no necesitaba hacer ningún tipo de tratamientos ni farmacológicos ni terapéuticos, de terapia psicológica. Yo en esa conversación con Monseñor le dejé en claro que nunca, pero nunca abusé de un chico, que nunca tuve relaciones sexuales con ninguno de ellos, con ninguno y también recuerdo que le dije, porque lo decían los estudios y los resultados de los estudios, que no era homosexual”, relató en Tribunales.

En esa charla que Ilarraz mantuvo con Karlic en Roma después de aquella pericia le pidió “perdón” pero sólo “porque siempre los sacerdotes tenemos el hábito, la costumbre de pedir perdón antes de cada misa, antes de dormirnos, por aquello que hicimos involuntariamente y aquello que pudimos ocasionar de modo involuntario. Y recuerdo que Monseñor Karlic me dijo dos cosas, te pido que por ahora no tengas contacto con los seminaristas hasta que yo te diga, o una expresión parecida, y que tampoco vaya a Paraná, hasta que él me avise”.

E insistió en un punto: “A mí jamás se me notificó (de la investigación diocesana). Jamás Monseñor me dijo estás excluido, estás desterrado o no podes pisar nunca más la diócesis de Paraná y jamás me dijo que tenía que hacer como penitencia un mes de retiro espiritual ni de palabra ni por escrito, nunca me contó, me pidió, me solicitó. Nada” declaró Ilarraz.

 

 

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