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Bonelli cuestiono al ministro de Gobierno por su actuacion durante el acuartelamiento policial

Rubén Bonelli, delegado de la subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia durante los sucesos de diciembre de 2013, responsabilizó al ministro de Gobierno, Adán Bahl, de “no haber escuchado al intendente, ni al resto de los funcionarios que le avisaban en los días previos”.

Bonelli brindó ayer testimonio en el juicio a los 18 policías acusados de sedición por los hechos de diciembre de 2013 en Concordia y cuestionó al ministro Adán Bahl, el indicar que hubo funcionarios que “no estuvieron a la altura de las circunstancias”.

Detalló que en la noche del 8 de diciembre de 2013 estuvo en la Jefatura “intentando calmar los niveles de violencia” que se vivían en las primeras horas del amotinamiento policial. Relató que Leandro Coutinho, uno de los voceros de la protesta policial, le dijo que “en asamblea pedían que llegue Urribarri”.

También se escucharon las testimoniales de Carlos Vera, quien estaba trabajando esa noche en la sala del Comando Radioeléctrico y de Juan Martín Ramos, Subcomisario del Comando, publicó  www.diarioriouruguay.com.ar.

“Creo que Bahl sabía perfectamente lo que estaba sucediendo”, sostuvo el funcionario concordiense de la oficina de Derechos Humanos y argumentó sus dichos agregando que los ministros de la provincia pueden acceder a informes del área de Inteligencia “de primera mano en los días previos, pero hizo caso omiso”.

A ello sumó: “También me nutro de lo que me dijo (Gustavo) Bordet, de que se había encargado de hacerle conocer lo que estaba pasando en Concordia y podía llegar a terminar mal”. “Hay funcionarios de primera línea que no escuchan. El propio intendente lo había advertido”, agregó Bonelli.

“Los funcionarios no estuvieron a la altura de las circunstancias en resolver un problema y Bahl tenía las facultades para pedir informes porque conocía la estructura de mando”, cuestionó.

Bonelli, quien renunció a su cargo como delegado provincial a fines de diciembre de 2014, rememoró que se acercó a la Jefatura luego de dos mensajes de texto a su celular que le anunciaban de la protesta policial y el posterior ingreso a la sede. Describió que en las cercanías al edificio de calle Pellegrini “era todo confuso. Había patrulleros en la calle estacionados” y dijo que tuvo un diálogo con una mujer sobre la Plaza 25 de Mayo que le habría narrado de un tumulto de personas en la puerta y la posterior entrada.

“Cuando empiezo a caminar veo gente reunida y que estaban en una tarima improvisada en el patio. Después subo y veo al Jefe de Logística, Silva, caminando sangrando”, afirmó Bonelli, para agregar: “Después ingreso a la oficina de (Lucio) Villalba y veo que tenía los ojos rojos y la cara hinchada”. En un diálogo que mantuvo con el Jefe de la Departamental aseguró que éste le explicó que los manifestantes ingresaron por la fuerza, “entonces le pregunté cuál era el estado de situación, es decir qué pasaba con el Comando y las Comisarías, y me explicó que la mayoría de ellas no respondían al mando natural».

Fue así que Bonelli intentó ser mediador y reunirse con algún referente de los uniformados que se encontraban en el patio interno de la Jefatura. Explicó que tuvo una breve reunión con Leandro Coutinho, sobre la planta baja en el ala izquierda del edificio y le pidió que “bajen los niveles de violencia simbólica, pero me dijo que pedían en asamblea que esté Urribarri”. Fue entonces que el funcionario de Derechos Humanos le explicó que había tenido una serie de contactos telefónicos y que estaban en camino el subjefe de Policía de la Provincia y el ministro de Gobierno. “Llamé también a (Enrique) Cresto que vino y estuvo unos 4 minutos, pero esta gente pedía que llegue el gobernador”, ratificó.

Ante la insistencia de Bonelli porque cesen en el amotinamiento dijo que recibió de parte de Coutinho la contestación de que “estaban sobrepasados y que no podían controlar la cosa”.

Concluida la conversación y sin haber llegado a algún resultado positivo, el director de Derechos Humanos indicó que un funcionario policial se le acercó para sugerirle que se retire del edificio para preservar su integridad física y mencionando que “esto se había ido de las manos”.

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