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Caso Alfonzo: “El me ofrecio ser parte del grupo de las 10”, conto a los jueces una menor de 17 años

Caso Alfonzo
Yanina vivió todo cuando tenía 15 años. Conoce a Gustavo Alfonzo porque trabajó para él hace más de dos años. También conoce a la víctima de esta causa, con quien compartió fiestas y noches de boliche. Ahora, apenas con 17 años, la joven se animó a contar que Alfonzo le ofreció integrar el “grupo de las 10”. “Me decía que yo tenía gran parte, él también y las otras chicas también”, acotó. Dijo que vio cómo Alfonzo proveía de cocaína en un boliche a las jóvenes del grupo; que lo llamaban por teléfono primero a él y luego una de las chicas tenía que irse para hacer “un trabajo”; precisó que el publicista pagaba a cada una de ellas cuando estaba con un hombre, pero en el caso de la víctima “siempre le quedaba debiendo”. “Yo tenía miedo que Alfonzo me haga algo malo porque veía como le decía malas palabras a S -la víctima-. La amenazaba cuando ella le pedía plata, le decía que la iba a quemar y a matar”, reveló la muchacha. El relato estremecedor que se produjo este miércoles, se complementó con otros nueve testimonios. El debate pasó a un cuarto intermedio y se reanudará este jueves, cuando está prevista la declaración de la monja Martha Pelloni.

 

(Por N.B. de ANÁLISIS DIGITAL)

“Quiero que pague por todo lo que me hizo”, soltó Yanina. Tiene 17 años, es alta, rubia, delgada y muy bonita. Llegó a la sala de audiencias con un pequeño bebé, su segundo hijo, según dijo. Contó que conoció a Gustavo Alfonzo a través de la víctima, con quien compartía el barrio en Concordia. “Yo vivía unas cuadras más atrás de la casa de S. Ella me lo presentó para que le ayude en la radio”, explicó.

Yanina aseguró haber escuchado conversaciones telefónicas que mantenía Alfonzo con otras chicas, a quienes les decía si tenían que atender a un cliente y dónde. Luego se refirió a una ocasión en que ella, la víctima, Alfonzo y “una patovica” fueron a un boliche. “Cuando salimos nos chocó un auto. Adentro él me dio de tomar champagne con speed pero no sé si tenía algo más porque tomé una copa y no me acuerdo más nada”, aseveró. “Después me desperté en el departamento de calle Monseñor Rösch toda dolorida. En frente mío, en un sillón estaba Alfonzo teniendo sexo con la patovica”, añadió.

La muchacha recordó además que vio cómo “en Hansen Rock Alfonzo les daba cocaína a las chicas que tomaban en el baño”. “A él lo llamaban por teléfono y después las pasaban a buscar a las chicas afuera del boliche”, asentó. “Él me ofreció si quería trabajar, si quería ser parte del grupo de las 10 pero yo le dije que no porque ya estaba embarazada de mi nena. Me decía que yo tenía gran parte, él también y las otras chicas también”, afirmó la joven.

“Alfonzo le prometió plata a S y un celular para que ella le diera a su madre. Siempre le quedaba debiendo, no como al resto de las otras chicas que si hacían un trabajo él les pagaba todo enseguida. S le reclamaba la plata pero él no le quería dar, porque en lugar de pasarle a su hijo ella se compraba cosas para ella. Yo tenía miedo que Alfonzo me hiciera algo malo, porque veía que le gritaba malas palabras a S. Le decía que la iba a quemar, que la iba a matar, la amenazaba”, expresó.

Además, la muchacha dijo saber que “Alfonzo arregló con S para que se acueste con el que le prestó el departamento, un señor mayor que tiene un local en el centro”, reveló. Probablemente hacía referencia al dueño de los departamentos que declaró este martes en el juicio.

 

LA CELADORA QUE VIO A LA VÍCTIMA EN EL COPNAF PERO PENSÓ QUE ERA MAYOR DE EDAD

 

Este miércoles declararon otras nueve personas en el juicio oral. Algunos fueron testigos ofrecidos por la defensa de Alfonzo. Tal fue el caso de Gisela Zárate, la actual cuñada del publicista y promotora de derechos del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) Concordia, quien dijo ser celadora de una residencia masculina y se definió como alguien que “enseña a los jóvenes a manejarse en sociedad”.

La mujer admitió haber conocido a la víctima. “La conocí en la casa de Alfonzo, cuando fui un domingo a plancharle camisas”, aseguró, aunque reconoció haberla visto unos meses antes en el Copnaf. Al igual que declaró su hermana, a Zárate no le pareció raro que en la casa de un hombre mayor hubiera una chica. Es más, se atrevió frente a los jueces a decir que pensaba que S era mayor de edad, sin tener en cuenta que unos minutos antes había dicho que la había visto en el Copnaf junto a su familia.

Luego de esa contradicción que le fue advertida, Zárate dijo: “Era una adolescente autónoma. Cuando la conocí me contó que uno de los psicólogos del Copnaf, Gastón Fernández le estaba ‘tirando onda’ por mensajes. Yo le respondí que no creía eso porque Gastón tiene familia y su esposa es muy dulce”.

 

EL TESTIGO QUE OFRECIÓ PRUEBA

 

Otro de los testigos propuestos por Alfonzo fue Matías Pereyra, un policía que se desempeña en el sector de logística de la cocina y además organiza eventos de boxeo. “Conocí a S y otra chica en una fiesta de cumpleaños que se hizo en una casa quinta. Después que pasó todo esto, la pareja de Alfonzo me mandó mensajes desde su teléfono pidiendo si le podía dar una mano, llevarle una máquina de afeitar, jabón”, aseguró el testigo. Luego de su relato, ofreció una serie de fotos al tribunal, en calidad de prueba, en las que dijo se podía ver a la víctima “lo más bien, bailando arriba de una mesa en una fiesta, en una quinta, tomando alcohol”. No se admitió.

 

“AMIGO TATO MENDOZA”

 

Durante la audiencia de este miércoles, trascendió que Sergio Mendoza, ex jefe de Operaciones y ex subjefe Departamental de la Policía de Concordia, permanecía en la agenda telefónica de Alfonzo como “Amigo Tato Mendoza jefe de Operaciones”. A ese teléfono, cuando el publicista ya estaba en la cárcel, el 1 de noviembre de 2015, envió unos 50 mensajes de texto. En esa comunicación, le pedía ayuda al funcionario policial y lo instaba para que se interiorice en la marcha de la causa.

 

OTROS TESTIMONIOS

 

En la audiencia de este miércoles, declararon también el tío de la víctima, Juan Ángel Escobar Bond; otro vecino de los departamentos de calle Monseñor Rösch, Rolando Luis Gorroño; un vendedor de indumentaria y accesorios que tenía canje publicitario con el programa de Alfonzo, Lucas Rubén Cañete; el mozo del bar Guevariano, Ariel Hernán Bordagaray; Daniel Alberto Pintos, testigo presencial del accidente en moto; Israel Godoy, testigo de un allanamiento; y Víctor Hugo Morales, un conocido de la víctima y Alfonzo.

El vendedor de ropa admitió que en una o dos oportunidades le dio accesorios a la víctima y otra joven en el marco del canje publicitario con Alfonzo.

Por su parte, el mozo de Guevariano precisó que Alfonzo tenía cuenta corriente en ese local y que era quien administraba las consumiciones de las chicas que llevaba todos los fines de semana. “Primero hacían una previa en el bar y después se cruzaban al boliche Cruz Diablo”, asentó.

En tanto, Pintos contó que vio a “un hombre pelado cuando se cayó en una moto con dos chicas” a la salida de un boliche. Fue un testigo ocasional porque trabaja en el Automóvil Club Argentino. “Un hombre iba en una moto con dos chicas. Se cayeron en una esquina. Luego se levantaron, se acomodaron y se fueron. Era un hombre calvo con dos chicas”, señaló.

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