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Caso Pocho Morales: Se reactivo la linea de celular que tenia al momento de desaparecer

San Jaime de la Frontera. Este miércoles, la causa que investiga la desaparición de Juan José “Pocho” Morales tomó nuevamente estado público cuando se supo que su línea de teléfonos está activa, confirmaron sus parientes cercanos. Su sobrina Nuria Miño, quién marcó, como lo hacía periódicamente sin resultados, el número de celular de su tío, pero en este caso el teléfono sonaba, lo que indica que evidentemente estaba en uso.

El hijo de “Pocho”, Walter Morales, dijo que “nosotros, su familia, siempre seguimos buscando e investigando en esta causa, incluso tenemos que decirles nosotros a la Justicia lo que pasa porque, si no, ellos no nos dicen nada”.

En cuanto a lo sucedido con el teléfono explicó que “los tres primeros años cuando uno llamaba pasaba directamente al buzón de voz, pero ahora cuando Nuria llamó, sonaba, entonces me avisa, yo probé y me pasó lo mismo, incluso me atendieron, le pregunté quien hablaba y hice como que me había equivocado de número, esto fue lunes o martes de esta semana, le avisamos de inmediato a la Policía, primero no nos creían, pero después se lo rastreó”.

Según explicó, aparentemente la empresa Claro volvió a comercializar el número, “pero llama poderosamente la atención porque supuestamente es una línea que está judicializada”.

De cómo continúa el ánimo de los vecinos de San Jaime con respecto al tema contó que “algunos siguen preguntando, más que nada cuando hace un tiempito que no nos ven, pero estoy seguro que en San Jaime hay gente que sabe y no dice nada, porque es imposible que nadie haya visto nada”.

Según trascendió, la posesión del aparato estaba en manos de un hombre de 57 años, con domicilio en paraje San Víctor, quien aseguró que el teléfono había sido entregado por un pariente de 25 años. Al dar con él, explicó que lo había conseguido por intermedio de otra persona.

De acuerdo con el sitio Chajarí al Día, inmediatamente se localizó al tercer individuo y en su declaración en sede judicial dijo que el chip, de la empresa Claro, lo había comprado en un kiosco del barrio. Llegaron hasta el comercio y la dueña confirmó que ese chip había sido vendido efectivamente como afirmaba el declarante.

 

 

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