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Del lector: La responsabilidad moral y politica de la dirigencia

Por Alberto D. Rotman 

A menos de un mes para inscribir las alianzas electorales, los principales partidos de la oposición no han tomado conciencia de la importancia histórica de este hecho.

No se ha tomado conciencia que detrás del discurso oficialista que trata de vendernos un gobierno progresista, estamos transitando una de las  peores épocas desde el punto de vista institucional, tratando de imponer un poder omnímodo sin recordar que nuestro país es, según reza la Constitución, una República con división de poderes. Solamente le falta cooptar totalmente la Justicia para de esa forma convertirnos en un país feudal.

Ningún gobierno nacional y popular -como nos quieren hacer creer- apela los fallos favorables de los jubilados que pretenden cobrar solamente lo que les corresponde, además veta el proyecto de ley del 82% móvil para ellos. Veta la Ley de Glaciares, favoreciendo así a algunas grandes empresas multinacionales. Profundiza cada vez más la brecha entre pobres y ricos, donde mueren niños desnutridos en un país que produce alimentos para 500 millones de habitantes. Relativiza la educación y ordena que los chicos pasen de grado aunque no sepan, con alta deserción escolar y con la mitad de los egresados de la escuela secundaria que no interpretan lo que leen.

No podemos dejar de mencionar el abandono de la salud pública, la inseguridad creciente, el alarmante avance de la droga, la corrupción estructural, el populismo, el aislamiento internacional, gobernantes y amigos de los gobernantes cada vez más ricos y un pueblo cada vez más pobre.

Esta realidad de nuestro país, hoy se refleja con toda crudeza en nuestra provincia, donde una clase dirigente atornillada al poder pretende seguir manejando nuestros destinos.

Solo esto nos debe hacer reflexionar seriamente, y quienes tenemos alguna responsabilidad política debemos abocarnos a impedir que sigan encaramados al poder.

En este contexto no nos debe unir el espanto, debemos aprender de los errores del pasado y pensar en un programa de gobierno, con ejes fundamentales y programáticos, elaborado y consensuado entre los partidos de la oposición democrática. Este es el mejor camino, el que la sociedad nos demanda. Mendoza dio un gran paso en ese sentido, ahora nos toca a nosotros. Demostremos a la sociedad que podemos ofrecer el mejor proyecto, con la mejor gente.

Nadie va a perder su identidad política, además, no es absolutamente imprescindible mantener la individualidad partidaria para mantener la identidad partidaria. Debemos saber que cuando los partidos que forman una coalición son fuertes y crecen, tanto más fuerte será esta coalición y más perdurará en el tiempo. Este ejemplo podemos tomarlo de países vecinos.

Todavía estamos a tiempo. MANOS A LA OBRA.

 

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