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Derechos Humanos: una lucha de ayer, hoy y siempre

jorge bustiPor Jorge Pedro Busti

El 24 de marzo de 2016 se cumplen 40 años del más sangriento Golpe de Estado que vivimos los argentinos. Enmarcada en una fecha de reflexión, actualmente nos encuentra transitando una nueva etapa en nuestro país. 

La fecha sirve de anclaje para repasar la historia contemporánea y generar un debate interno sobre cuál ha sido el camino que hemos transitado los argentinos desde ese día hasta acá. Qué hemos hecho para reivindicar a la democracia, la libertad de expresión y a los más de 30 mil desaparecidos; cuál ha sido nuestro esfuerzo en la búsqueda de justicia y el impulso de una memoria activa. Son 40 años, nada más ni nada menos.

Debemos entender que los Derechos Humanos no son únicamente una bandera; representan una lucha permanente que debemos dar todos los argentinos. Por lo tanto, los Derechos Humanos no son un patrimonio político de ningún partido ni de alguna agrupación; manifiestan la conciencia colectiva de todos los argentinos sintetizado en Memoria, Verdad y Justicia.

Hoy, 24 de marzo, toda la dirigencia política tiene como obligación moral hacer docencia, en memoria de los 30 mil detenidos desaparecidos, evitando caer en la trampa de quienes fueron cómplices de esos aberrantes hechos que intentan estigmatizar esta fecha con la violencia.

Esa lucha significa compromiso, coherencia y militancia sin sobreactuación. Simplemente debemos responder sobre nuestras responsabilidades y nuestras acciones que realizamos en pos de esa lucha.

Recuerdo que previo a las elecciones de 1983, en Concordia se hizo el acto más grande que recuerdo; nos visitaba el candidato a Presidente del Partido Justicialista, Ítalo Luder, en las elecciones que terminó ganado Raúl Alfonsín y había un pedido de los familiares de detenidos desaparecidos para una audiencia que no se concretó, Ante esa situación cuando me tocó hacer uso de la palabra, reivindiqué la lucha por la Memoria Verdad y Justicia por los detenidos – desparecidos.

Desde 1983 en adelante, cuando la ciudadanía me confió para estar al frente del municipio concordiense realizamos distintas acciones enmarcadas en la lucha por los DD. HHH., como por ejemplo y a pedido de familiares, iniciamos una exhaustiva búsquedas en los cementerios de tumbas de personas sin identificar y verificar que no pertenecieran a personas desaparecidas en el período del gobierno militar.

Además, realizamos una campaña en toda la ciudad de Concordia en oposición al ascenso a General del Coronel Naldo Miguel Dasso, quien fue jefe del Área Militar 225 por lo que presentamos en la Comisión de Acuerdos de Senado la impugnación correspondiente, la que lamentablemente no prosperó.

En 1983 muy pocos hablaban sobre DD. HH. Estando al frente de la  intendencia en Concordia, abrazamos con los compañeros peronistas a todos los militantes que estuvieron en la cárcel sufriendo la tortura y la humillación de la más sangrienta dictadura militar.

Todos los presos políticos de esa época contaron con un trabajo y un cargo en el municipio, como Hernán Orduna, el Chango Mozas, Lidia Subowski, José Luis Uranga, Cortiana, Ayala, entre tantos otros. Además, de que Concordia fue el lugar donde más vinieron las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y tuvieron refugio todas las organizaciones.

Luego, como gobernador de Entre Ríos, el 5 de diciembre de 1988, mediante el decreto 6404, se instauró una de las primeras cátedras de los Derechos Humanos en los planes de estudios de los institutos terciarios y durante la segunda gobernación, el 21 de marzo de 1997, firmé el decreto 538 por el cual se instituyó la Semana de la Memoria, además de la creación del Registro de la Verdad.

La voluntad popular también me honró con los cargos de diputado nacional y luego senador nacional y en honor a la verdad hay que decir que desde 1983 hasta el 2002 jamás se trató públicamente en la Comisión de Acuerdos del Senado una impugnación a pliegos de militares genocidas de la dictadura militar. Mis pares en el Senado me eligieron para presidir la Comisión de Acuerdos de ese Cuerpo y en ese período logramos concretar la impugnación del ascenso del Capitán de Fragata  Julio César Binotti con el testimonio de uno de los sobrevivientes de la ESMA, Víctor Basterra.

En 2004, a poco de asumir mi tercera gestión de gobierno y como entiendo que el respeto a los Derechos Humanos no se reducen a un solo período de la historia, en ese momento firmamos el decreto que extinguía  los sumarios de los luchadores sociales de los últimos cuatro años en la provincia de Entre Ríos.

Además, quiero recordar que también durante mi última gestión hicimos que cada detenido-desaparecido tuviera  una placa recordatoria en la escuela, colegio o facultad donde estudió.  Es de recordación para ellos y de estudio de sus vidas para las nuevas generaciones.

Siempre sostuve que la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia es un concepto que no puede tener banderías políticas, ni estar tironeado entre agrupaciones. En todos los partidos políticos, la defensa de los derechos humanos debe constituirse en un compromiso nacional, racional y permanente.

Espero que estas reflexiones contribuyan a ilustrar una fecha tan cara a los sentimientos de los argentinos, que sirva como renovación del compromiso con los Derechos Humanos que nos debe comprometer todos los días un poco más.

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