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El Indec revelo que la actividad en Concordia con cuarentena fue igual a la de un año atras

oficina empleo joven (1)Mientras a nivel nacional los indicadores de actividad y empleo se redujeron casi 10% sumando a millones de personas a la desocupación, en Concordia los resultados de la Encuesta del Indec mostraron que la vida económica de la ciudad ya estaba detenida desde mucho tiempo antes de la cuarentena. Incluso el índice de desocupación se redujo de 10,4 a 9,9%, pero con la misma población desocupada (un estimado de seis mil personas) y menos gente buscando trabajo. 

Podría decirse que la cuarentena destrozó el empleo en el país a niveles concordienses. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares que el Indec dio a conocer ayer, la cuarentena tuvo un efecto letal sobre la actividad económica y su hijo dilecto, el empleo: en el segundo trimestre del año sólo un tercio de la población argentina estaba trabajando. La Población Económicamente Activa (la que trabaja o pretende hacerlo) se redujo a niveles raquíticos del 38,4% y de esa escasa proporción, un porcentaje nunca visto desde 2004 (13,1%) está desocupada.

Por el impacto de la pandemia, unas 3,6 millones de personas se sumaron a la fila de desocupados. A nivel nacional, la desocupación pasó del 10,4% al 13,1%, la tasa más alta desde el tercer trimestre de 2004.

El detenimiento de la economía para evitar la propagación del coronavirus hizo caer la tasa de actividad en el país (la que determina la Población Económicamente Activa –PEA- con la gente que tiene trabajo y la que lo busca tenerlo) del 47,1% al 38,4%. En números la población activa de casi 20 millones se redujo a poco más de 16 millones. Casi 4 millones de personas que en el primer trimestre estaban ocupados o desocupados buscando trabajo, no buscaron o no pudieron buscar otra ocupación en el trimestre siguiente. Esto explica que el número de desocupados haya crecido apenas en unas 60.000 personas, hasta llegar a 2,1 millón de personas.

Paralelamente, el nivel del empleo (la relación entre la población total y la efectivamente ocupada) se derrumbó 8,8 puntos: del 42,2% al 33,4%. Apenas un tercio del país sostiene a los otros dos tercios.

Estos números son similares a los que releva el Indec en Concordia desde hace años.

En el segundo trimestre de 2020, la tasa de Actividad de Concordia era de 38,1%, sólo 1% menor al de un año atrás cuando la pandemia ni se soñaba. La tasa de empleo este año fue de 34,3%, contra 35,1% (-0,8) de un año atrás. La desocupación bajó este año del 10,5% de 2019 a 9,9%, pero esa reducción se explica con la menor búsqueda de trabajo reflejada en una menor tasa de actividad. Las poblaciones de referencia dadas a conocer por el Indec hablan de 56 mil ocupados y 6 mil desocupados en 2019 y 55 mil ocupados y 6 mil desocupados en 2020.

Con una población de referencia de 161 mil personas, Concordia tiene tan pocos desocupados porque tiene poca gente buscando trabajo, según el Indec.

La caída del empleo impactó severamente en distritos característicamente industriales como la ciudad de Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Santa Fe o Mar del Plata donde se registró la tasa de desocupación más alta con un 26%.

La ciudad de Buenos Aires, la única que ostentó históricamente una tasa de actividad y de empleo por encima del 50% de su población total, las vio disminuidas al 46,7 y 41,5% respectivamente. En la misma medición del año pasado eran de 57,4 y 52,1%.

Algo parecido ocurrió en el Gran Córdoba, donde cayeron de 48,7 y 42,3% Gran Córdoba al 43,4 y 35,1%.

El Indec informó que “en el marco de la emergencia sanitaria, el principal impacto sobre el mercado laboral se verificó en la dinámica de la tasa de empleo (TE), que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total. El segundo trimestre de 2020 mostró una caída de 8,8 puntos porcentuales (p.p.) frente al primer trimestre del mismo año y de 9,2 p.p. en relación con el segundo trimestre de 2019, impulsada por la menor proporción de personas que pudo trabajar”.

Asimismo, dentro de la población ocupada se observaron cambios al interior de su composición.

 

MAS GRAVE EN INFORMALES

 

El impacto en la tasa de empleo no fue homogéneo entre las distintas categorías ocupacionales. En particular, fue más significativo en asalariados sin descuento jubilatorio (en negro), en trabajadores por cuenta propia y en trabajadores de establecimientos privados.

El incremento en la cantidad de personas que no pudo trabajar pero buscó hacerlo activamente estuvo igualmente acotado en virtud de las restricciones en determinadas actividades y a la circulación vigentes durante el período de referencia.

En particular, dentro del universo de desocupados, crecieron tanto aquellos con ocupación anterior como quienes llevaban menos de 3 meses de búsqueda de empleo.

En primer lugar, se verificó un aumento en la proporción de ocupados ausentes. Las personas que no pudieron concurrir por suspensiones, otras causas laborales y licencias alcanzaron al 21,1% de los ocupados, cuando en igual trimestre de 2019 esta proporción era de 2,6%.

También se incrementó significativamente el número de personas que realizó el trabajo desde su vivienda. Este indicador pasó de representar el 6,5% de los ocupados en el primer trimestre a constituir el 22,0% de los ocupados en el segundo trimestre de 2020.

Finalmente, se observó un alza en la proporción de asalariados que utilizaron sus propias maquinarias/equipos para realizar su trabajo: de 2,4% en el primer trimestre a 15,5% en el segundo trimestre.

 

 

COMPARACIÓN INTERTRIMESTRAL

 

Con relación al primer trimestre de 2020, la tasa de actividad exhibe una disminución de 8,7 puntos porcentuales (p.p.), al pasar de 47,1% a 38,4% (valor mínimo de la serie histórica analizada). La tasa de empleo presenta una caída de 8,8 p.p. entre ambos trimestres (42,2% al 33,4%), en tanto que la tasa de desocupación crece en 2,7 p.p. (10,4% al 13,1%).

Como consecuencia de la retracción en la tasa de empleo, se verifica también una reducción de la tasa de ocupados demandantes de empleo, la cual pasa del 17,9% en el primer trimestre de 2020 al 11,6% en el segundo trimestre (-6,3 p.p.). Asimismo, la tasa de subocupación también se ve traccionada hacia el descenso, aunque en menor medida (-2,1 p.p.).

Del análisis por sexo para la población específica de 14 años y más, se observa que la tasa de actividad cae mayormente para los varones, entre quienes desciende 10,7 p.p. (68,7% al 58,0%). Principalmente son los varones jóvenes (14 a 29 años de edad) quienes exhiben el descenso más elevado, con una caída intertrimestral de la tasa de 14,5 p.p. (54,4% al 39,9%). Entre las mujeres también destaca el grupo etario más joven, para el cual la actividad se reduce en 11,1 p.p.

Con respecto a la tasa de empleo, es también el grupo de varones de 14 a 29 años el que muestra el descenso más pronunciado, al pasar del 44,3% en el primer trimestre de 2020 al 30,8% en el segundo (-13,5 p.p.). Lo sigue el grupo de varones de 30 a 64 años, con una caída de 12,2 p.p. y luego el de mujeres de 30 a 64 años, para quienes la tasa de empleo cae en 10,0 p.p.

La tasa de desocupación, por su parte, se incrementa en todos los grupos de sexo y edad, pero destaca el aumento en las mujeres de 14 a 29 años, para las que crece en 4,6 p.p., al pasar del 23,9% en el primer trimestre de 2020 al 28,5% en el segundo trimestre. No obstante, al observar las diferencias en la tasa solo por sexo, son los varones en su conjunto quienes presentan un mayor incremento de la desocupación, de 3,1 p.p. (9,7% al 12,8%).

 

COMPARACIÓN INTERANUAL

De la comparación entre el segundo trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2019 se verifica, del mismo modo que en la comparación intertrimestral, una caída pronunciada en la tasa de actividad, que pasa del 47,7% al 38,4% (9,3 p.p.). Lo mismo ocurre con la tasa de empleo, que cae interanualmente 9,2 p.p., al pasar del 42,6% en el segundo trimestre de 2019 al 33,4% en el mismo trimestre de 2020. La tasa de desocupación exhibe un incremento similar al sufrido intertrimestralmente (2,5 p.p.), al pasar del 10,6% (el valor más alto registrado hasta el primer trimestre de 2020) al 13,1% (el máximo de la serie actualmente) (cuadro 1.1).

Al sumar todos los grupos de la población económicamente activa que generan presión sobre el mercado de trabajo (desocupados abiertos + ocupados demandantes + ocupados no demandantes disponibles) se verifica que dicha presión pasa del 35,9% al 31,8%, lo que implica una retracción de 4,1 p.p. Esta reducción está motorizada principalmente por el descenso de los ocupados demandantes de empleo, que caen en su participación sobre la población económicamente activa (PEA) en 6,7 p.p. interanualmente. Entre ellos destacan los subocupados demandantes, quienes reducen su participación en la PEA en 4,2 p.p. (cuadro 1.2)

Al efectuar una comparación interanual de las principales tasas por grupos de sexo y edad para la población específica de 14 años y más, destaca la caída de la tasa de actividad para varones de 14 a 29 años, entre quienes pasa del 56,3% al 39,9% (-16,4 p.p.). Le siguen las mujeres de 30 a 64 años, para quienes la actividad cae interanualmente en 11,3 p.p. (69,2% al 57,9%).

Con respecto a la tasa de empleo, es el mismo grupo el que exhibe una mayor reducción interanual: entre los varones de 14 a 29 años, el empleo se reduce en 15,0 p.p. (45,8% al 30,8%). Le siguen los varones de 30 a 64 años, para quienes la tasa decrece en 12,7 p.p. (85,0% al 72,3%) y luego las mujeres del mismo grupo etario (30 a 64 años), para quienes la tasa cae en 11,4 p.p. (63,9% al 52,5%) (cuadro 1.3).

Al analizar la composición interna de la tasa de empleo por sexo y edad, se observa que las mujeres de 30 a 64 años son las que más caen en su contribución (pasan de aportar 14,1 p.p. a 11,5 p.p. de la tasa). Si se observa la relación de parentesco, quienes más caen en su aporte a la composición de la tasa son los jefes de hogar (-3,6 p.p.). Con relación a la categoría ocupacional, son los asalariados quienes más reducen su aporte a la tasa de empleo: pasan de representar 31,6 puntos de la tasa a hacerlo en 25,7 puntos. Entre ellos, los asalariados sin descuento jubilatorio reducen su contribución a la tasa de empleo en 4,8 p.p.

Con respecto a la caracterización de la población ocupada según categoría ocupacional, destaca la reducción de la participación de los trabajadores por cuenta propia en el total de los ocupados, con una caída de 2,0 p.p. Entre los asalariados, se incrementa en 10,7 p.p. la participación de quienes tienen descuento jubilatorio, en detrimento de la caída de quienes no lo registran (ello vinculado a la menor participación de los asalariados sin descuento jubilatorio en la tasa de empleo).

En cuanto al tipo de establecimiento, se observa una disminución de los ocupados en el sector privado (-5,6 p.p., al pasar del 82,2% al 76,6% de la población ocupada).

Finalmente, teniendo en cuenta la rama de actividad de la última ocupación, se observa un incremento del peso relativo de los desocupados provenientes de las ramas Industria manufacturera (+2,3 p.p.) y Servicio doméstico (+1,7 p.p.), en tanto se reduce, entre los desocupados con ocupación anterior, el peso relativo de aquellos provenientes del Comercio (-4,7 p.p.) y la construcción (-1,6 p.p.)

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