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El proyecto de “provincializar” Salto Grande llega 70 años tarde

Por Guillermo Pérez

(guillermoperez@redesdenoticias.com.ar)

El proyecto de que la represa de Salto Grande pase a ser propiedad de la provincia de Entre Ríos plantea una lógica que atrasa 70 años. Tal vez hubiese sido un debate interesante en la época en que se firmó el tratado de aprovechamiento de los rápidos del río Uruguay en 1946. Aunque el argumento se basa en la Reforma Constitucional de 1994, hoy la propuesta se mezcla con la necesidad de caja y con un discurso político desacompasado. 

El senador Angel Giano, probablemente uno de los dirigentes con mayor imagen positiva dentro del Peronismo, logró instalar la discusión en distintos niveles políticos acerca de la conveniencia de reclamar la propiedad de la represa de Salto Grande para la provincia de Entre Ríos. Más allá de que no tiene sentido cuestionarle su silencio durante la gestión nacional de su partido, tranquiliza el hecho de que el senador transparente que la cuestión tiene que ver con los eventuales 15 mil millones de pesos que podría facturar Salto Grande si se aplicaran los esquemas que plantea. Compara la cifra con su equivalencia en el presupuesto provincial, lo que podría llevar a un desprevenido a pensar que esos fondos podrían usarse para rentas generales. Lo cual en algún esquema de razonamiento no tendría nada de malo: si la Provincia es dueña de una empresa que factura 15 mil millones de pesos por la venta de energía eléctrica, dentro de la ley, el Gobierno de turno podría hacer lo que le parezca más apropiado con esos recursos que le pertenecerían al Estado.

Pero ese es el punto: se trata de una empresa que genera energía eléctrica con una potencia instalada de 1890 MW, que puede abastecer hasta el 7% del consumo energético de la Argentina y el 50% del Uruguay. Si “provincializamos” la represa, la Provincia de Entre Ríos va a ser dueña de una generadora de electricidad y va a tener injerencia en el Mercado Mayorista Eléctrico. En las actuales condiciones no se puede aspirar a otra cosa, a menos que se piense en reformar todo el esquema de comercialización eléctrica del país, instaurado en el país a fines de 1991 – principios de 1992 por el gobierno peronista encabezado por Carlos Menem (Ley 24.065 y más de 300 normas complementarias). Que el gobierno nacional, el anterior o el actual, arbitre precios diferenciados para las generadoras es parte de una decisión política que no tiene nada que ver con la propiedad de la represa. Y en consecuencia si la mitad de la represa cambia de dueño pero no cambian las condiciones de comercialización, el problema de caja persistirá.

Entonces, ¿gastamos ingentes esfuerzos legislativos en reclamar la propiedad de la mitad de la represa? ¿Le sirve a Entre Ríos ser dueña de la mitad de la represa si no tiene injerencia en las decisiones del Mercado Mayorista Eléctrico? ¿Aportará a la recuperación de los fondos de Cafesg la propiedad de la mitad de la represa?

 

DESAPARICIÓN DE CAFESG

El senador Giano arriesga en la argumentación a favor de su proyecto que “el gobierno de Macri, con el aval de Niez, quiere que CAFESG cierre», de acuerdo con las declaraciones que reprodujo el sitio www.elentrerios.com. Giano cuenta que la Comisión Administradora del Fondo Especial de Salto Grande (Fondo que no existe desde 2015, gobierno de Cristina Fernández de Kirchner) necesita 100 millones para gastos: «en 16 meses vinieron 3 millones de pesos de excedentes cuando la CAFESG, sólo para pagar el sueldo de los empleados y la luz y otra cosita más necesita 100 millones. Entonces, ¿quién está poniendo ese dinero? La provincia. No tiene sentido», cita textualmente la publicación.

No tengo claro a quién pertenece la frase “en el Estado se generan capas geológicas de empleados tras el paso de cada una de las gestiones”, pero supongo que debe pertenecer a algún dirigente peronista, por lo gráfica y creativa.

La estrategia de sostener a la Cafesg con fondos del Tesoro provincial pese a la inexistencia de recursos apunta en esa dirección y aunque Macri y Niez pretendan que se cierre, tal como revela el senador Giano, la decisión parece haber sido tomada en la gestión anterior.

¿Pero debe el sector público sostener siempre las estructuras administrativas pese a la dinámica de los recursos? ¿Se entiende claramente que todas las estructuras del sector público se sostienen con los aportes del sector privado?

¿Los recursos resarcitorios que se volcaron en el Desarrollo de la Región desde la creación de la Cafesg o desde antes o después cimentaron de algún modo el nacimiento y crecimiento de empleo genuino o van en dirección de las capas geológicas? Probablemente uno de los aportes más interesantes haya sido el programa de Mejora Integral de la Gestión de Pymes.

¿No es posible debatir acerca de la conveniencia de que esos recursos, en caso de que existan, sean manejados directamente por las municipalidades en lugar de establecer gestiones paralelas que terminan disputándose las fotos en cada inauguración?

 

GESTIONES PARALELAS

 

Caída en desgracia la gestión paralela de la Cafesg, ahora la avanzada va en dirección de Salto Grande. El vicepresidente de la Delegación Argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande en 2003, Eduardo Martín Harispe, inauguró un estilo de conducción que se mantiene hasta hoy. En una entrevista con el diario El Heraldo cuando asumió su función en esa época defendió a capa y espada el perfil político de la nueva Delegación contra el perfil técnico de sus antecesores.

En aquella época, la presidencia de la Delegación –entonces de cinco integrantes- era ejercida por un embajador a quien no se lo solía ver por la represa y que disponía de amplio presupuesto para viajes y representaciones, además de agasajos en Buenos Aires, cuentan quienes pasaron después por la Delegación. Con una dependencia directa de Cancillería, el presidente era protocolar y el vice, ejecutivo. Cuando se desplazó a la Delegación armada por el gobierno de Fernando De la Rúa, manejada por un ingeniero proveniente del sector eléctrico, Harispe entró convencido de que Salto Grande debía servir para hacer política y lo explicaba con mucho entusiasmo. Así lo llevó adelante igual que sus sucesores, hasta la fecha.

Una Comisión Técnica que nació para estudiar el comportamiento del río, elegir el lugar más apropiado para construir la represa, diseñar la obra, decidir dónde comprar el equipamiento y encontrar recursos para pagar el costo del proyecto, terminó siendo un bastión político.

A la hora de los debates de fondo, habrá que llegar a preguntarse incluso si una empresa que se dedica a generar electricidad, necesita una Delegación que se dedica a la política. Acerca del resto de los objetivos fundaciones de Salto Grande (riego, navegación) también necesitan de estudios técnicos que sólo van a prosperar a partir de decisiones políticas que tampoco se toman en la represa.

En definitiva, sostenemos diversas estructuras políticas que terminan superponiéndose unas a otras y de las que de ninguna surgen las decisiones que impulsen la inversión y la generación de empleo genuino.

 

ESCENAS DE PERONISMO EXPLICITO

 

El senador concordiense apeló a recursos del más obsceno peronismo explícito con argumentos extremos como que en la década de los 90 “este mismo gobierno nacional, o estos mismos representantes, venían para privatizar la represa y no se hizo porque hubo una movilización multipartidaria que lo evitó». En la década de los 90 gobernaba el país el peronismo, por si hace falta decirlo. Lamentó además que durante el gobierno peronista de los Kirchner ningún opositor haya levantado su voz contra los esquemas que ahora Giano critica porque si lo hacían “seguramente los hubiéramos acompañado”.

Giano enarbola un discurso de barricada en contra del gobierno nacional, desacompasado del que eligieron los representantes de su partido que están en funciones ejecutivas, como el gobernador Gustavo Bordet o el intendente Enrique Cresto y en su fervor lleva las críticas allende las fronteras.

Criticó al presidente de la Delegación Uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta, Gabriel Rodríguez: «Si Artigas estaría vivo (sic) se moriría de nuevo, porque lo que plantea es una visión totalmente anti federal, unitaria, no latinoamericana». Giano eligió la figura del prócer José Gervasio Artigas para salirle al cruce al presidente de la Delegación Uruguaya ante la CTM, que en declaraciones a un diario salteño había dicho que la iniciativa provincializadora «va camino a una muerte segura» porque «desconoce tratados internacionales».

«Nosotros no estamos planteando nada que afecte al Uruguay», aclaró Giano, en diálogo con el programa La Quinta Pata, por Oíd Mortales Radio. «Ellos (por los uruguayos) tienen su sistema eléctrico. Yo le doy un ejemplo: Masisa le compra acá a la represa energía y eso no necesitó de un tratado para que salga. Cuando hicimos la ley de excedentes, no se necesitó ningún tratado.

Decir que “Masisa le compra a la represa” además de incorrecto, es imposible. Ningún gran usuario del país, ni usuario menor, ni distribuidora, le compra directo a Salto Grande. No se puede. Masisa compra en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y le factura CAMMESA. Es la única opción que hay actualmente para Grandes Usuarios Mayores (GUMAS).

Está tan entusiasmado Giano con su proyecto que propuso: «si hubiera que modificar el tratado, es una ley nacional. Por eso ya le envié el proyecto a los cinco diputados nacionales del FpV, los hablé a cada uno de ellos personalmente, nos vamos a reunir la semana que viene, porque hay que ir avanzando también con Misiones y Corrientes, en un proyecto de ley nacional que puede ser una retro expropiación, alguna modificación al tratado o sino a la ley de energía, que es la 15336, modificada por la 24065, o alguna otra ley; eliminar EBISA, que es una sociedad del Estado, que creo que hay cuatro funcionarios y gastan cuatro millones de dólares, que se pagan con la energía que se vende aquí».

Cuando se le preguntó por qué el Frente para la Victoria pasó tantos años sin levantar la bandera de la provincialización, Giano retrucó: «Lamentablemente antes nadie se dio cuenta y sobre todo, si alguno de la oposición de aquel momento -hoy oficialismo- nos critica, que se pongan a pensar por qué ellos cuando fueron oposición durante tanto tiempo nunca se lo plantearon. Capaz, seguramente, los hubiéramos acompañado».

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