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Las dificultades que enfrentamos son consecuencia de politicas equivocadas

Por Miguel Peirano (*)

 

Nuestro país tiene oportunidades de tener un mejor comportamiento económico y encauzarse sobre un sendero de desarrollo sostenido, socialmente inclusivo y territorialmente equilibrado.

Las dificultades que enfrentamos son consecuencia de políticas equivocadas que condujeron a la acumulación de desequilibrios por años. La negación de la inflación, los problemas en el sector energético y las contradicciones permanentes en las definiciones centrales de la economía provocaron, inexorablemente, efectos adversos sobre el desenvolvimiento de la economía.

Bastan dos ejemplos para poner de relieve la dimensión política de los errores económicos cometidos.

Era esperable que frente a tasas de crecimiento del PBI muy elevadas, alta utilización de la capacidad instalada, precios internacionales de alimentos en alza y la existencia de sectores oligopólicos, hubiera un incremento inflacionario. Así se observaba a fines de 2006 y 2007, cuando todavía existía superávit fiscal, alto nivel de reservas, rentabilidad en los sectores y un conjunto de condiciones que permitían afrontar el problema que ya comenzaba a gestarse con amplios márgenes de acción. En lugar de reconocerlo y encarar medidas para combatirlo, se optó por negar la inflación, desconocer la realidad e imponer costos innecesarios para el país.

El cepo es otra muestra de los errores de política económica. Los precios internacionales de nuestros productos exportables, la liquidez internacional, los bajos niveles de pagos de deuda futuros, el bajo nivel de endeudamiento de empresas, la existencia de un sistema financiero en pesos y solvente, ofrecían la posibilidad de continuar por un sendero de acumulación de reservas. Por supuesto que para ello era necesario reconocer la existencia de problemas y adoptar medidas consistentes y, más aún, no recurrir a medidas carentes de sentido común (como la teoría de “el que no exporta, no importa”, o las amenazas y atropellos de la Secretaría de Comercio durante 2012 y 2013).  Avalar semejantes equivocaciones y recurrir al cepo fue un error político, cuyas consecuencias ahora se pagan innecesariamente.

Otra realidad evidente de la política de los últimos años es la dificultad de lograr una visión sistémica de la economía, desconociendo la importancia de contar con planes, programas, con objetivos de corto y mediano plazo, y planificación para objetivos de más largo plazo.

Por ello, una parte central de las propuestas del Frente Renovador es contar con un programa económico con pautas de corto y largo plazo, que permitan reducir la inflación, salir del cepo, y crear condiciones para que se recupere el mercado interno, los niveles de demanda, mejore la competitividad y crezcan las inversiones de manera muy significativa.

La Argentina es evaluada por inversores, tanto a nivel local como internacional, como un país con importantes posibilidades, con capacidad de expandirse y resolver sus problemas actuales.

Hay temas en los planos externo, fiscal y sectorial que requieren ser ordenados, pero siempre en un marco de fuerte expansión de la economía.

El repaso de las realidades sectoriales muestra las posibilidades que tiene la Argentina de cara al futuro. En el sector de la construcción existe una demanda potencial extraordinaria. Existe déficit habitacional, se requiere complementar iniciativas existentes con una agresiva política de crédito hipotecario a bajas tasas, salir del cepo, reducir la inflación y crear certidumbre cambiaria de largo plazo para potenciar la dinámica del sector en todo el país.

El turismo tiene también capacidad de mejorar su comportamiento, y para ello es necesario superar las dificultades que le ha generado el cepo.

El sector agropecuario, en sus distintas cadenas de valor, tiene horizontes positivos. El mundo demanda alimentos, nuestro mercado interno es considerable, el Mercosur también es destino de nuestros productos y, más allá de la volatilidad que puedan tener los precios internacionales, existen amplias posibilidades de fuertes inversiones en el sector.

El sector energético abre alternativas de inversión, en los distintos tipos de energía, incluso más allá de la realidad del shale gas y del potencial en materia petrolera, tanto convencional como no convencional.

La minería también puede mejorar sus niveles de actividad con reglas básicas, en materia de importación de insumos, transferencia de divisas y certidumbre a mediano plazo.

La realidad industrial, diversa en cada una de sus ramas, muestra sectores con dificultades e incertidumbres pero con empresas todavía patrimonialmente sólidas, con posibilidades de expansión y con problemas que pueden ser resueltos en un escenario macroeconómico consistente y con políticas sectoriales adecuadas.

En un escenario de recuperación económica, de reglas previsibles, de consistencia de largo plazo, los sectores de comercio y servicios podrán también dinamizar inversiones, empleo y actividad.

Es central reconocer los problemas existentes, sin subestimar la volatilidad del escenario internacional ni la dinámica local, pero advirtiendo que con capacidad política para conducir la economía, con un programa económico consistente y con equipos de gestión calificados, es posible lograr un mejor desenvolvimiento económico que resuelva los problemas acumulados, en un marco de elevado crecimiento.

Es necesario y posible compatibilizar un fuerte shock de inversiones con la preservación de medidas de resguardo del mercado interno y políticas productivas y sociales como manera de generar las divisas necesarias para mejorar los niveles de ingresos fiscales, crear empleo masivo, mejorar los salarios y potenciar las inversiones en infraestructura y las expectativas de los actores económicos.

También será un eje determinante de las políticas aplicadas el estímulo al desarrollo regional, buscando contribuir a la integración territorial de todas las regiones del país.

El perfil de la política cambiaria, la lógica de incentivos, las decisiones en materia de administración del comercio y de negociaciones internacionales, las inversiones en infraestructura, el incremento de la oferta energética, la existencia de políticas de financiamiento e incentivos impositivos son determinantes para garantizar que las medidas adoptadas favorezcan el federalismo y el equilibrio territorial, estimulando el dinamismo del interior del país y desalentando los procesos de concentración geográfica de las inversiones.

Evidentemente el mayor riesgo lo determina el contexto internacional, dada la compleja realidad que está atravesando. La Unión Europea continúa padeciendo las dificultades de la crisis, los mercados reflejan una alta volatilidad, existe el riesgo de suba de las tasas de interés, y es difícil precisar la dimensión y velocidad de este proceso. Todos estos factores influyen en nuestro país e incluso antes en nuestros países vecinos, pero aún así existen factores objetivos para visualizar positivamente nuestro futuro y planificar las políticas teniendo presente las enormes oportunidades que ofrece la Argentina.

(*) Ex secretario de Industria y Pymes de la Nación, Ex Ministro de Economía y Producción de la Nación. Economista FRENTE RENOVADOR.

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