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Mauro Urribarri perdio el control de la Policia, que quedara bajo la orbita de Seguridad Publica y el propio gobernador

Después de la fuerte reacción social padecida por Mauro Urribarri, al ser designado ministro de Gobierno y lograr así el control de la Policía de Entre Ríos, el gobernador electo Gustavo Bordet decidió retirarle el manejo de la fuerza de seguridad y hacerla depender directamente de él, como así también de la Secretaría de Seguridad Pública, que durante un año será liderada por el comisario general Héctor Roberto Massuh. 

(Publicado por www.analisis digital.com.ar) El jefe de Policía será el comisario Gustavo Maslein, actual jefe de Operaciones y Seguridad, según se confió a ANALISIS DIGITAL. No obstante, el gobernador Sergio Urribarri logró no sólo el control de la caja de la Cámara de Diputados –donde será presidente del cuerpo- sino también del Senado, ya que su cuñado Juan Pablo Aguilera volverá a ser secretario coordinador de la Cámara Alta, pese a varias desprolijidades que se conocieron sobre su accionar y el de su sobrino Urribarri, cuando estuvieron en buena parte de la presente gestión. De todas maneras, tendrá que lidiar con el vicegobernador Adán Bahl, con quien no tiene la mejor relación.

El gobernador electo Gustavo Bordet logró imponer su criterio y le sacó el manejo de la Policía de Entre Ríos al futuro ministro de Gobierno, lo que sucede por primera vez desde el 1983 a esta parte. La decisión se adoptó después de la fuerte reacción social de la ciudadanía entrerriana, que, en especial, se expresó con dureza contra el designado ministro Mauro Urribarri, sin dudas por orden de su padre, Sergio Urribarri, pese a la falta de experiencia política y operativa del joven concordiense. El rechazo –que se notó en particular a través de las redes sociales- fue, en especial, por las relaciones de Urribarri jrs con algunos personajes del narcotráfico y la trata de personas, tanto en Paraná como en Concordia.

Bordet tomó la determinación de disponer que la Policía de Entre Ríos dependerá exclusivamente del gobernador y de la Secretaría de Seguridad Pública, que tendrá al actual jefe de la institución, Héctor Roberto Massuh, como su titular. De esta manera, quedó acordado que el sucesor de Massuh será el actual jefe de Operaciones y Seguridad, comisario general Gustavo Maslein, un hombre muy reconocido y respetado en la fuerza policial.

Y con la designación de Maslein quedaron también caídas las intenciones de Mauro Urribarri, de lograr el nombramiento del actual director de Prevención de Delitos Rurales, comisario general Sergio Mendoza, un funcionario muy cuestionado por su irregular pasado en tiempos de Sergio Montiel, quien pretendía tal reivindicación con la llegada del hijo del actual mandatario, a quien conoce por su pasado como jefe departamental en Concordia. De esta manera, también triunfó el planteo de Adán Bahl, con quien Massuh tiene suma confianza, al igual que con Maslein.

En la pulseada de poder entre Bordet y Sergio Urribarri, el urribarrismo de «paladar negro» también perdió la batalla en el control de la publicidad oficial, con la designación de Edgardo Kueider, un incondicional del actual intendente de Concordia, como secretario general de la Gobernación. De esa manera, Nicolás Pierini, secretario de Diputados y mano derecha de Mauro Urribarri, no tendrá ese control publicitario, tal como se había exigido y por ende quedará en la Cámara Baja, ya que será potestad absoluta de Kueider.

No obstante, además de la caja de Diputados, Urribarri tendrá el manejo de los fondos del Senado, puesto que su cuñado, Juan Pablo Aguilera, será nuevamente secretario coordinador de la Cámara Alta, pese a los cuestionamientos que tuvo en la presente gestión, donde junto a Mauro Urribarri manejaron dineros públicos a su antojo y cometieron numerosas desprolijidades, aunque siempre se ocultó todo bajo siete llaves.

Aguilera y sus familiares directos tienen varias empresas creadas durante la actual gestión, para la recepción de pautas millonarias en concepto de publicidad oficial. Claro que habrá que seguir de cerca cómo se las verá Aguilera -que tiene un regreso sin gloria de la Casa de Entre Ríos, donde su rol fue intrascendente- con el vicegobernador electo Adán Bahl, contador público y puntilloso en el manejo de los números, con quien el urribarrismo entró en cortocircuito en los últimos meses.

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