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Sobre Concordia, sus emergentes, el diario El Sol y los “pedos en el espacio”

Concordia aéreaEstas líneas no persiguen ningún propósito de defender a nadie. Estoy seguro de que Omar Basavilbaso, o quien quiera que sea el aludido cómo “O.B.” en la publicación de www.diarioelsol.com.ar está en condiciones de defenderse solo. La reflexión es sobre Concordia, sus referentes, sus emergentes sociales, sus elecciones, sus liderazgos, sobre su idiosincrasia en definitiva.

A partir de un vínculo que publicó Mario Irigoy en Facebook pasé la desagradable experiencia de leer la publicación de www.diarioelsol.com.ar titulada “Un pedo en el espacio”. Allí el autor, identificado en la página como Editor se vanagloriaba de que alguien con las iniciales OB se había ocupado de él en una publicación.

La chabacanería de la publicación, la bajeza y el mal gusto fueron los que motivaron esta reflexión. Tal vez no sean un reflejo de Concordia, pero sí un sello editorial del Editor. El mismo que editó durante décadas el diario El Sol. En general, chabacano, bajo y de mal gusto. Pero por años el más vendido.

El mercado es el más democrático de los mecanismos: miles de personas eligen voluntariamente un producto en lugar de otro y encima ponen plata para ello. Así, miles de concordienses han elegido durante años esa publicación. Y en ese punto no hay discusión sobre pauta del Estado, cargos o manejo de recursos que valga. Es el público el que lo eligió. En definitiva, los calificativos son todos subjetivos, es una cuestión de pareceres. El público puede elegir lo que le parezca. No necesariamente lo que se le parezca. ¿El público se equivoca? ¿El mercado se equivoca? Difícilmente. Tal vez una vez o dos. Pero si vuelve una y otra vez a lo mismo y queda ligado y religado a eso que elige no es error: es la elección del modo de construir la sociedad, que toma la imagen y semejanza de quienes la construyeron. Y volvemos a los pareceres.

Y esto es Concordia: pareceres y parecidos. A sus referentes, sus emergentes sociales, sus liderazgos, sus elecciones. Las de sus habitantes y las de sus líderes. Tomar la opción de reinventarse tras el colapso del empleo en los setenta y ochenta o la de ponerse en la fila: la de la caja PAN, la del Plan Jefes y Jefas, la de la Asignación, la del IFE… Concordia tomó la opción de la fila.

Sí, es verdad y está claro que hay excepciones que buscaron reinventarse e incluso lo lograron. Pero fuera de eso no generó nada y sus elecciones y sus liderazgos están a la vista. El panorama es desolador y desesperanzador.

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