El Presidente, cómodo con la situación, coincide con la vice en que el oficialismo no correrá el costo político de otro rechazo en el Parlamento y culpará a la oposición por el manejo de las cuentas del año que viene; el equipo de Manzur en marcha para una asignación lo más “discrecional” posible. La ventaja de no correr atados a previsiones seduce al Ejecutivo.
