Por Emiliano Damonte Taborda
Axion y Shell se cansaron de esperar alguna reacción del Gobierno. Invirtiendo el proceso habitual, decidieron aumentar los precios de los combustibles un 12 por ciento, forzando de esta manera a YPF a seguirlos o ampliar su mercado a pérdida. No hay dólares para sostener nada y la impresora está, por lo menos, observada. Parece que las políticas del Gobierno empiezan a chocar con la realidad.
