Estos últimos dos años han reforzado en mi cabeza la idea de un mundo caótico, donde las cosas suceden por los motivos más disparatados. Nuestra inmensa capacidad de justificar se relaciona íntimamente con la necesidad de previsibilidad, que como especie arrastramos de una existencia difícil. Desde principios de año estoy buscando definir la impresión que lo que está sucediendo en el mundo y en particular en nuestro país me genera. Es una idea que huye y no puedo aferrar, pero puede definirse de alguna manera con la palabra “caos”.
Opinión de Emiliano Damonte Taborda
