¿Las malas palabras existen? Alguien se quejó en estos días porque usé la palabra “culo” en un programa de radio. Inicialmente, pedí disculpas y prometí no volver a repetirla al aire. Minutos más tarde, reflexionando, entendí que solo cabía la disculpa por haber herido una sensibilidad diferente a la mía, pero que no sería capaz de evitar “malas palabras”
