La crisis de desabastecimiento de gasoil, basada esencialmente en la distorsión de los precios argentinos respecto a los internacionales y la falta de divisas, continúa agravándose. Argentina comienza a fagocitarse. En caso que no haya una solución inmediata a la problemática podría perderse un tercio de la cosecha de caña de azúcar. Crece el malestar en Tucumán y Chaco y la situación va alcanzando niveles críticos en todas las provincias productivas poniendo de rodillas a las economías regionales.
