Por Emiliano Damonte Taborda
No soy un antisistema. No creo que se tengan que ir todos. Pero creo que el agigantamiento de Horacio Rosatti tiene que ver directamente con la atrofia del Poder Ejecutivo y la “anárquica dolce vita” a la que se ha abandonado el Poder Legislativo, permitiendo entre otras cosas que Cristina prácticamente gobierne desde la presidencia del Senado.
