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Una encuesta de Management & Fit, revela hartazgo con «la grieta»

El estudio, publicado por el diario Clarín, muestra que mientras que en 2019 «la grieta» gozaba de buena salud, hoy está claro que la gente se siente harta de esta situación en la que se siente atrapada. Management & Fit relevó que los argentinos piensan que «la grieta» los divide y les impide abordar soluciones a mediano y largo plazo. Hartazgo con la Clase Política

Hartazgo con «la grieta»

Tras el récord de casi 90 puntos que sumaron en la última presidencial los Fernández vs. Macri-Pichetto, lo que funcionó como una confirmación de la vigencia de la grieta, una nueva encuesta nacional advierte que la mayoría de los argentinos preferiría ahora cerrar esa división. Con un plus muy sensible: cuando le preguntan a esa misma gente qué sentimientos le genera la clase política, en general, prevalecen la «indignación» y el «hartazgo».

Los datos surgen del último relevamiento de Management & Fit, una consultora con amplio recorrido en el mundo de la política y que tiene entre sus clientes a los gobiernos de CABA, Córdoba y Santa Fe. Se trata, justamente, de gestiones administradas por dirigentes moderados: el macrista Horacio Rodríguez Larreta y los peronistas Juan Schiaretti y Omar Perotti.

Entre el 23 de mayo y el 2 de junio, la firma que conduce la analista Mariel Fornoni encuestó a 2.200 personas en todo el país y presentó los resultados del estudio con +/- 2,1% de margen de error.

La grieta está viva y la gente, preocupada

El capítulo de la «Grieta Política» arranca con una pregunta básica: «Pensando a nivel general en la dirigencia política, ¿considera que los políticos contribuyen a cerrar la grieta o a ampliarla?».

El resultado es contundente: 68,9% responde «ampliarla» contra apenas un 6,1% que opta por «cerrarla». Completan 18,6% de «ninguno de los dos» y 6,5% de «no sabe». Cuando se desgranan los números, los más críticos son los varones (71,5% elige «ampliarla»), los menores de 40 (74,8%) y los de nivel económico alto (71,3%).

Luego se interroga sobre el «nivel de preocupación» que genera esa grieta. Y otra vez las cifras son claras: al 69,6% le preocupa entre «mucho» (42,1%) y «algo» (27,5%). El 26,8%, en cambio, le resta importancia: oscila entre «poco» (14,6%) y «nada» (12,2%). Sólo un 3,6% «no sabe».

Datos similares ya habían aparecido en la previa de la elección del 2019, a principios de ese año, y fue lo que alimentó la idea de que una candidatura de Roberto Lavagna podría quebrar la polarización. Pero luego esa hipótesis se diluyó y el ex ministro apenas orilló los 6 puntos. ¿Ahora puede pasar lo mismo u opciones como Javier Milei, que captan además el hartazgo con los políticos tradicionales, quebrarán la tendencia?

La clase política, reprobada

Luego, el sondeo hace el planteo que termina con el resultado más incómodo para la clase política. «¿Qué sentimiento o característica le despierta o se le ocurre cuando piensa en la clase política argentina?».

Las tres primeras respuestas concentran casi el 75% del total. Y son todos sentimientos negativos: 30,7% «indignación», 27,1% «cansancio/hartazgo» y 17,1% «frustración». Si se suma un 5,2% de «alejamiento/distancia», las críticas supera los 80 puntos. En contraposición, otras tres respuestas positivas llegan apenas a 15,2 puntos: «seriedad/compromiso» 6,6%, «honestidad» 4,7% y «seguridad» 3,9%.

Con la misma lógica, luego un 71,6% reclama a los políticos «trabajar en el consenso entre espacios politicos para buscar soluciones conjuntas».

Pero después, cuando se consulta por el tipo de líder apropiado para la próxima presidencia, vuelve la polarización: un 46,1% pide «un líder fuerte que lidere una batalla para imponer su plan de gobierno» vs. un 45,3% que prefiere «un líder moderado que dialogue y serene el clima de enfrentamiento en el país». Debate abierto.

Análisis de especialista

La analista Mariel Fornoni dio su mirada sobre los resultados de la última encuesta nacional de M&F:

«Sabemos que los niveles de confianza de los argentinos en sus Instituciones son minúsculos. No es sólo en la dirigencia política en general, también en los órganos legislativos, ejecutivos o la Justicia. Los sentimientos predominantes sobre la clase política argentina en nuestro último relevamiento son negativos».

«Por momentos parece que los dirigentes confiaran en que la polarización y las definiciones extremas les resultarán funcionales electoralmente, porque de hecho es lo que ha pasado en las últimas elecciones y que nos han llevado hasta donde estamos».

«Es prioritario que los argentinos decidamos romper con este círculo vicioso que nos separa cada vez más como sociedad y no nos deja avanzar. Siete de cada 10 consideran que los dirigentes políticos contribuyen a ampliar la grieta y el número crece entre los más jóvenes».

«Pero también hay datos alentadores en este sentido: un 69,6% menciona que le preocupa mucho o algo este tema y estos valores se mantienen sin importar la ideología política. En esta misma dirección el 71,6% menciona que la dirigencia política debería trabajar en consensos entre espacios políticos para buscar soluciones políticas».

«La oposición busca definir su liderazgo en medio de aspiraciones diversas para el 2023. ¿Se animará a renovarse y a romper con la ilusión permanente de resolver sus problemas recurriendo nuevamente a la polarización?».

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