Sebastián Wagner prestó declaración indagatoria este miércoles y confesó el femicidio de Micaela García. Precisamente, Wagner dijo que atacó sexualmente a la joven y la asesinó pero aseguró que no lo hizo solo y acusó al dueño del lavadero donde trabajaba, Néstor Pavón. El fiscal Ignacio Telenta viajó al Penal Nº8 de Federal, de máxima seguridad, donde está alojado Wagner desde que fue encontrado en Moreno, Buenos Aires, y trasladado a Entre Ríos para responder por el caso. Allí prestó indagatoria por un lapso de unas dos horas.
Sebastián Wagner de 30 años, doblemente condenad por violación, se declaró culpable por el femicidio o de Micaela García, la chica de 21 años asesinada en Gualeguay. Durante la indagatoria ante el fiscal del caso, el detenido además involucró como cómplice a Néstor Pavón, el dueño del lavadero donde trabajaba Wagner y que hasta ahora está preso por encubrimiento.
“Wagner dijo que Pavón participó del hecho principal”. La indagatoria se hizo en la Unidad Penal 8 de Federal, donde Wagner permanece alojado, aislado y con vigilancia las 24 horas desde el sábado a la noche tras ser detenido en Moreno, provincia de Buenos Aires.
Al comienzo de la indagatoria, Wagner afrontaba la imputación del fiscal de Cámara 2 de Gualeguay, Ignacio Telenta, por el delito de “homicidio criminis causa”, es decir, aquel que se comete para ocultar otro delito. En el caso de Micaela, sería abuso sexual. La acusación también abarcaría el agravante por violencia de género, por lo que, en caso de ser condenado, la única pena que podría recibir en un futuro juicio oral es el de prisión perpetua.
Pavón, el dueño del lavadero donde trabajaba Wagner y que está detenido, fue imputado en el marco de la investigación por el delito de “encubrimiento” y como imputación alternativa la de cooperación en el hecho, aunque no se aclaró si esa participación es necesaria o secundaria. Ahora, el fiscal deberá decidir cómo procede en su caso tras los dichos de Wagner.
Los investigadores determinaron que Wagner cenó con Pavón el viernes 31 de marzo último en un comedor de Gualeguay, horas antes de que Micaela fuera vista por última vez.
También se estableció que el dueño del lavadero le dio al violador 5.000 pesos cuando éste huyó de la ciudad de Gualeguay, tres días después, supuestamente para escapar tras haber cometido el crimen.
