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Milei y las retenciones: la eterna pasión por los dólares del campo

La relación que está teniendo Milei con el Campo sigue mostrando que su gestión no tiene nada de original e innovador. Está haciendo lo mismo que hicieron todos a lo largo de la Historia. Se enamora de los dólares del campo cada vez que el sistema empieza a ahorcarse por sus inconsistencias. 

Productores movilizados en el conflicto por la 125
Productores movilizados en el conflicto por la 125
Productores movilizándose contra la 125, el conflicto más importante entre Campo y Gobierno Nacional
Somos un país agroexportador, como hemos sido siempre. Las retenciones tienen un objetivo recaudatorio y otro que tenía que ocuparse de proteger a la demanda interna, especialmente en los tiempos en que Bartolomé Mitre las impuso por primera vez. Han existido siempre, aunque han variado las los modos y las alícuotas notablemente en el tiempo. 
 

Nos cuenta la Historia

Lo que muestra la Historia es que el país ha intentado repetidas veces mantener bajas las retenciones o eliminarlas, pero ante las crisis terminan siendo el primer manotazo que tiran los Gobiernos. 

En los 60’ las retenciones se mantuvieron en niveles bajos, Illia impuso un 13% para el trigo, 9,5% para carnes y 6,5 para el maíz, pero con la llegada de Onganía, Krieger Vasena devaluó y dejó todas las retenciones alrededor del 25%; la dictadura del 76 las eliminó inicialmente, pero en 1982, ante la crisis, Alemann volvió a imponerlas; Alfonsín las volvió a eliminar en el 87, pero a las puertas de la hiper del 89 se vio obligado a imponerlas una vez más; el menemismo volvió a eliminarlas, y así pasó toda la década del 90, hasta que en 2002 en medio de la crisis fue imposible evitar imponerlas nuevamente.

Una nota aparte merece la creatividad de Nestor Kirchner, a quien se le ocurrió subirlas fundamentando que «la demanda crece de manera sostenida» y que la aplicación no afectaría la rentabilidad del sector productivo, que «seguirá siendo adecuada». En palabras pobres, que el campo estaba ganando demasiado y que quería apropiarse de una parte. Cristina intentó el asalto final con la 125 de Lousteau, que llevaba las retenciones a niveles de locura y que terminó con el voto “no positivo” de Cobos, la primer gran derrota política de la ex Presidenta, el primer gran límite. 

Lo que pasó después lo conocemos, más de lo mismo, las mantiene Cristina, trata de bajarlas con escaso éxito Macri, se mantiene con Alberto y Massa ni las toca, inventa los dólares diferenciales que establecieron un mecanismo extorisvo y tóxico sin precedentes el el país de las mil distorsiones.

Promesas rotas

Milei llegó al Gobierno prometiendo eliminarlas por completo, aunque solo las bajó un puñado de puntos porcentuales por un puñadito de meses, que concluyeron el 30 de junio, tras lo que volvieron a los valores que tenían al terminar la gestión de los Fernández-Massa. Este proceso fue un “Dólar soja” más elegante que el del tigrense, que generaba unos desajustes asesinos que se llevaban puestas economías regionales completas. 

Una regla sencilla para ver mejor

Una regla grosera podría indicar que si el dólar está alto, las retenciones pueden estar más altas, siempre haciendo las cuentas con el bolsillo de los productores (a la Néstor); pero un dólar bajo, que por fuerza implica menor rentabilidad para los productores, debería compensarse con una baja de las retenciones. Es bueno tener en cuenta este principio sencillo para entender lo que pasa hoy, un dólar planchado y retenciones altas. El peor de los mundos posibles, por eso el Campo está en pie de guerra. 

El Campo en pie de guerra

Nicolás Pino le dijo personalmente al Presidente, según consigna Marcelo Bonelli en Clarín,“Javier, hay bronca porque la alícuota al 33 % es obscena”; Carlos Castagnani, de CRA, dijo: “Por las retenciones hay rentabilidad neutra o negativa”; el campo entiende que Milei solo es uno más que prometió cosas en campaña que luego no cumplió y estamos a las puertas de un enfrentamiento entre Campo y Gobierno de dimensiones importantes, tal vez el más serio de la 125 de Lousteau-Cristina a la fecha. 

Conclusión

En definitiva el patrón de conducta de nuestro país indica que sabemos que las retenciones reducen la rentabilidad de nuestro principal sector productivo, único verdadero generador de riqueza, actividad económica y empleo; pero cuando la cosa se pone picante no tenemos demasiado inconveniente en robarle rentabilidad para sostener nuestras endebles estructuras. 

Más de lo mismo

Milei está respondiendo fielmente a este patrón de comportamiento, no hay nada novedoso en su modo de encarar las crisis, que como vimos en nuestro breve repaso son tristemente cíclicas, un espiral descendente que nos deja siempre un poco más abajo, sin importar si  gobiernan Peronistas, Radicales, Alianzas o Militares. 

Salutación

Por eso hoy más que nunca amici miei, incomodidad, espíritu crítico, acidez estomacal, que se les rompa el sillón, el banquito o la reposera (siendo invierno que se les vuele el poncho), les auguro dolor de ancas e inflamación del ciático para que no se queden tranquilamente sentados en los miedos del pasado, los relatos del presente y las promesas del futuro, y más que nunca: solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional, les augura El Aguijón. 
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