MOSCÚ, (Reuters) – Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente el viernes de volar una estación de servicio rusa en una zona fronteriza donde las tropas ucranianas se han estado retirando, en medio de conversaciones sobre una propuesta de moratoria apoyada por Estados Unidos a los ataques a la infraestructura energética.
Las imágenes de vídeo muestran un incendio en las instalaciones de Sudzha, ubicadas dentro de Rusia, a varios cientos de metros de la frontera con Ucrania.
Se encuentra en una zona de territorio ruso que fue capturada por las fuerzas ucranianas el año pasado, pero que Moscú ha recuperado en gran medida tras intensos combates en las últimas semanas. Las tropas rusas expulsaron a las fuerzas ucranianas de la cercana ciudad de Sudzha la semana pasada.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que las tropas ucranianas abandonaron la estación de bombeo y la volaron durante su retirada. Moscú calificó esto como una violación de la moratoria sobre ataques a infraestructuras energéticas, la cual, según afirmó, ha respetado desde la llamada telefónica entre el presidente Vladimir Putin y el presidente estadounidense Donald Trump el martes.
Kiev afirmó que las fuerzas rusas habían hecho estallar las instalaciones como una provocación y calificó las acusaciones de Rusia de falsas.
Putin aceptó la pausa en los ataques a las instalaciones energéticas durante su conversación telefónica con Trump, tras rechazar una propuesta de alto el fuego más amplio de 30 días. Kiev afirma estar dispuesta a aceptar la propuesta si se concreta formalmente en las conversaciones.
El Comité de Investigación de Rusia, que investiga delitos graves, dijo que había abierto un caso penal por lo que llamó «un acto de terrorismo» que había causado «daños significativos» a la instalación de tránsito de gas, que alguna vez llevó gas ruso a Europa.
El ejército ucraniano acusó a las fuerzas rusas de bombardearlo con artillería en una «provocación» de falsa bandera.
«Los rusos siguen produciendo numerosas falsificaciones y tratan de engañar a la comunidad internacional», dijo el Estado Mayor del ejército ucraniano en un comunicado.
Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente ucraniano, declaró: «Los intentos rusos de engañar a todos y fingir que ‘cumplen el alto el fuego’ no funcionarán, como tampoco funcionarán las noticias falsas sobre los ataques a la gasolinera».
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la idea de que Rusia destruya su propia infraestructura energética era «absurda».
Reuters no pudo verificar de forma independiente los relatos de la situación en la planta ni la causa de la explosión.
Peskov dijo más temprano el viernes que la orden de Putin para que las fuerzas rusas detengan temporalmente los ataques a la infraestructura energética en Ucrania seguía vigente, y la explosión de Sudzha demostró que no se puede confiar en que Ucrania cumpla su palabra.
Por otra parte, una nueva explosión sacudió el viernes un depósito de petróleo en la región de Krasnodar, en el sur de Rusia, donde los bomberos estaban tratando de extinguir un incendio que se había declarado el martes después de un ataque con un avión no tripulado ucraniano horas después de que Putin hablara con Trump.
«Durante el proceso de extinción, debido a la despresurización del tanque en llamas, se produjo una explosión de productos petrolíferos y una liberación de petróleo en llamas», informaron las autoridades regionales rusas en la aplicación de mensajería Telegram.
El fuego se propagó a otro tanque y la superficie del incendio aumentó a 10.000 metros cuadrados (108.000 pies cuadrados), añadieron, más del doble del tamaño original del incendio. Más de 450 bomberos intentaban controlarlo y dos resultaron heridos.
Rusia ha bombardeado la red energética de Ucrania durante toda la guerra, provocando frecuentes apagones que afectan a civiles e industrias, argumentando que la infraestructura civil es un objetivo legítimo porque ayuda al esfuerzo bélico de Ucrania.
Más recientemente, Kiev también ha estado lanzando ataques contra objetivos de petróleo y gas rusos, que según dice proporcionan combustible a las fuerzas de Moscú en Ucrania y financian al ejército ruso.