Dos hombres purgarán cinco años y nueve meses de prisión acusados de pretender “rescatar” los 394 kilos de marihuana y 27 de cocaína que habían sido arrojaron desde un avión a un campo en la zona Clodomiro Ledesma.
El uruguayo Darwin Yohan Fernández Aristimuco estaba viviendo en avenida Corrientes de la ciudad de Buenos Aires, a metros del Obelisco, y su compinche, el porteño Gustavo Amílcar Villa, en el barrio Colegiales.
El 22 de julio de 2017 se metieron en la zona rural de Puerto Yeruá, cerca de Concordia, a la espera de un cargamento que venía desde el norte del país por vía aérea.
Sus movimientos fueron demasiado evidentes para los vecinos y productores, que advirtieron a la Policía que en el campo “La Elisa”, habían caído bultos arrojados desde un avión.
Gracias a esa advertencia, se armó un operativo y los detuvieron. Acordaron penas en un juicio abreviado y los condenaron a cinco años y nueve meses de prisión.
Historia
Aquella mañana, los dos hombres habían estado en Concordia, donde compraron un espejo y un juego de sábanas. Lo primero era para hacerle reflejo con el sol al piloto de la aeronave, indicando el lugar donde debían hacer la descarga; lo segundo, para embolsar la droga y subirla al auto.
Alrededor de las 11, se metieron en el Peugeot 307 por los caminos de la zona de Paso Lafourcade, esperando ver en el horizonte llegar el vuelo con la encomienda. Cuando la avioneta apareció, comenzó a volar cada vez más bajo. Ellos les marcaron la zona donde estaban con el espejo y comenzaron a caer las bolsas de plastillera. Luego el vehículo dio media vuelta y emprendió el viaje de regreso hacia el norte.
Juan Enrique Liand fue anoticiado por Luis Alberto Saccomandi sobre la avioneta que se encontraba sobrevolando el campo que arrendaba junto a Alberto Aguyaro, propiedad de Atilio Buliman.
Liand se dirigió al predio y en el camino de ingreso observó un vehículo bordó conducido por un hombre. Enseguida, divisó en el lugar una gran cantidad de bolsas y paquetes rectangulares diseminados por todo el campo. De inmediato llamó a la Policía. Al mismo tiempo, Aguyaro observó otro sujeto salir de un campo vecino y subir al mismo Peugeot. No llegaron a escapar y fueron interceptados por personal de la Policía de Entre Ríos.