(Por Guillermo Pérez. La columna de hoy en el programa Despertá con Nosotros, en Oid Mortales Radio) El Centro de Industria y Comercio de Concordia dio a conocer la semana pasada una encuesta que revelaba la incertidumbre creciente por la persistente caída del nivel de actividad. La encuesta daba a conocer otros elementos de la realidad comercial como que más del 50% afirma tener problemas para abonar los aguinaldos que el 80% no está alcanzado por las asistencias estatales en materia laboral y el 56% aún tiene deudas impositivas pendientes del 2020.

Ampliando sobre los temas de la encuesta, el presidente del Centro de Comercio, Adrián Lampazzi, comentó que a la hora de enumerar las quejas, la primera que aparece es la presión fiscal y en esta materia el más cuestionado es el impuesto a los ingresos brutos.
Este tributo provincial entre la mala fama que tiene se ha ganado el mote de ser el más distorsivo y regresivo de los impuestos. Distorsivo porque agrega carga fiscal en cada uno de los eslabones de la cadena productiva y comercial sin que se pueda recuperar, como el IVA, y regresivo porque termina en cascada sobre el último eslabón que es el consumidor final constituyéndose en un impuesto al consumo y como tal con mayor impacto sobre los sectores populares que sobre los sectores de mayores recursos.
Pero en esta ocasión, el presidente del Centro de Comercio contó que este mal impuesto volvió a escena por la generación de saldos a favor en los contribuyentes, lo que es contra natura en un impuesto que no tiene efecto neutro.
Pero desde hace un tiempo a esta parte, el enmarañado fiscal ha creado una red de retenciones y percepciones que acumula pagos de ingresos brutos a cuenta. El punto es que cuando se efectúan las declaraciones juradas, los saldos a pagar resultan menores que las retenciones efectuadas.
Sobre este aspecto, el presidente de la Delegación Concordia del Consejo de Profesionales en Ciencias Económicas, Javier Nuñez Souza, explicó que no son normales los saldos a favor en ingresos brutos y que se trata de “casos puntuales, que se dan en general por mal asesoramiento de los colegas o porque los contribuyentes no están facturando lo que corresponde o no están categorizados en forma correcta”.
Destacó que Ater (Administradora Tributaria de Entre Ríos) por todos sistemas vigentes y la vinculación con Afip (Administración Federal de Ingresos Públicos) tiene todo previsto para que no surjan saldos a favor y si llegan a surgir saldos a favor están previstas también las solicitudes de devolución”.
Aclaró que están disponibles los mecanismos para reclamar las devoluciones, pero admitió que no son ni expeditivos ni sencillos.
Además con la historia reciente de compensaciones que terminaron en un expediente que se tramita en la Justicia, la Ater ha puesto un celo mucho mayor a la hora de otorgar compensaciones.
Por otra parte, el pedido de devolución de saldos a favor implica la presentación de declarativos que suelen dar lugar a fiscalizaciones por parte de la Recaudadora entrerriana y aunque en general los contribuyentes no solemos tener problemas con las fiscalizaciones e inspecciones, siempre hay alguien que prefiere socializar con otras personas antes que con inspectores de Afip o Ater.
Algunos conceptos sobresalientes de la explicación de Núñez Souza:
- Los saldos a favor pueden surgir por el Sircreb (Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias), en los movimientos bancarios.
- En caso de que el contribuyente facture todo lo que compra y sea prolijo, no surgen saldos a favor. Pueden surgir saldos a favor cuando hay alguna inconsistencia.
- En la mayoría de los casos surgen o por culpa de los colegas o de los contribuyentes mal encuadrados.
- No es una situación generalizada ni que pueda dar lugar a reclamos institucionales
- Por ahí los contribuyentes no se animan a pedir las devoluciones porque eso puede dar lugar a inspecciones o fiscalizaciones.
INGRESOS BRUTOS SOBRE LA MESA
Que aparezca el tema ingresos brutos en la agenda es una buena noticia por la implicancia que tiene este impuesto.
Desde hace casi 30 años, desde la firma del primer Pacto Fiscal entre Nación y Provincias negociado entre 1993 y 1994, se viene hablando de la necesidad de eliminarlo gradualmente, pero el problema es que así como tiene un peso fiscal mayúsculo sobre los contribuyentes, también lo tiene en los ingresos del Estado. En el primer semestre de este año explicó el 64% de la recaudación propia de la provincia de Entre Ríos y cerca de un 15% de los ingresos total del Estado entrerriano. Por ello, la discusión acerca de la eliminación de este mal impuesto es la discusión acerca de los recursos de la caja estatal.
EVOLUCION DEL IMPUESTO A LOS INGRESOS BRUTOS
Desde la década de los 90 que se viene hablando de la necesidad de eliminar el impuesto a los ingresos brutos.
En aquel entonces, cuando la reducción hasta la eliminación fue planteada en el Pacto Fiscal de 1.994, la alícuota era de 1,6%. Desde entonces fue teniendo fue teniendo sucesivas correcciones y se permitió aumentarlo hasta un 5% para después poder hablar de su reducción.
Hoy en Entre Ríos la alícuota más generalizada es del 4%, que en caso de los contribuyentes cumplidores se reduce al 3,5%.
A diferencia del IVA es un impuesto que se va trasladando de un eslabón a otro de la cadena productiva y comercial.
El IVA es más justo porque cada uno va pagando el porcentual del 21% por el valor que le agrega a la mercadería y lo demás se toma como crédito fiscal.
“Ingresos brutos incrementa los costos y se va repotenciando” resumió el contador Nuñez Souza.
Para colmo, la armonización entre las distintas jurisdicciones provinciales nunca se concretó.
Reflexionó el presidente de la Delegación Concordia del Consejo de profesionales en Ciencias Económicas que “si bien los pactos fiscales se firman, después las necesidades financieras de cada una de las provincias hace que se vayan violando esos pactos”.
Recordó que “acá pasó con Industria y Agro, que están exentas las pequeñas y medianas empresas pero la escala para que estén consideradas exentas, estábamos trabajando hasta primeros días de mayo con una escala del año 2017 donde por ejemplo en el sector agropecuario una empresa que facturaba 19 millones de pesos quedaba gravada, ahora lo subieron a 30. Lo mismo la Industria, ese cambio no está acorde a la inflación, venimos atrasados”, afirmó.
Con el Consenso Fiscal de 2017 se hizo un intento de reducir otra vez ingresos brutos, pero el año pasado el Gobierno nacional terminó liberando las manos de los gobiernos provinciales para que dispongan. “Es muy probable que para el año que viene se repita el escenario de este año”, estimó Núñez Souza.
Remarcó para el final que “hay muchos contribuyentes que se autogestionan sus impuestos y ahora con el tema de monotributo hay muchos errores porque han empezado a trabajar con los sistemas de venta on line o Mercado Pago y el año pasado cuando se unificó Ingresos Brutos con el Monotributo, en ese momento esos contribuyentes que por ahí no tienen asesores no comunicaron a esos medios de pago que están en el régimen simplificado de Ingresos Brutos entonces siguen surgiendo retenciones por parte de esos agentes pagadores cuando en realidad no correspondían, pero es por falta de información”. Exhortó en función de ello a que los contribuyentes acudan a un adecuado asesoramiento para evitar incurrir en esas situaciones.