Hace 88 años, el 6 de septiembre de 1930, se produjo el primer golpe de estado con el cual se derrocó a Hipólito Yrigoyen.-
Yrigoyen fue el primer ciudadano que llegó con un Movimiento Nacional, sin militares, sin liga de gobernantes fraudulentos, ni por imposición de su antecesor. Llegó en un momento especial para la historia de nuestro pueblo, en un momento donde el país era para unos pocos y el fraude estaba a la orden del día. Fue el primero en entrar como ninguno en el corazón del pueblo, y ello permitió que él mismo en 1928 ganase las elecciones presidenciales por el 60% de los votos.-
Pero no bastó la legitimidad de su gobierno, ni sus logros, ni su conducta; porque los golpes cívico-militares; ignominias; injusticias; operativos; antinomias; rencores; masacres; negociados, los cuales protegen los intereses espurios de los de siempre, terminaron con el orden constitucional, e inauguraron una larga sucesión de gobiernos de facto, que terminó con la sangrienta dictadura que comandó Videla desde 1976. Todos horrores cometidos, puntualmente, que marcaron por muchísimos años el deterioro colectivo de la Argentina.-
La oligarquía que en ese entonces era ganadera, recientemente devenida en sojera transgénica, hoy repite su modus operandi utilizando una vez más el fraude para acceder al poder. Esta vez mintiendo y estafando descaradamente a quienes ingenuamente les creyeron, con el apoyo fiel de la prensa rentada.-
Usaron las banderas del radicalismo como una escala necesaria para acceder al poder, y una vez obtenido este, no dudaron en descartarlas y contradecir los principios fundantes del partido centenario.-
Han convertido a la Argentina en un fetiche para los fondos buitres, los organismos internacionales de crédito (FMI), la usura, la fuga de capitales, despidos, devaluación y deuda externa. Ni siquiera ahora son leales con esta oligarquía de soja transgénica a quienes los ajustan con retenciones.-
Están hiriendo de muerte a una Argentina, a un país que supo parir hombres que defendieron y amaron su Patria, como fue Don Hipólito Yrigoyen, que como él decía no vinieron a castigar sino a reparar.-
Es hora que despertemos de esta pasividad, porque la solución a esto es política. Que los radicales sepan reconducir su Partido, que los peronistas nos dejemos de patrañas, que todos podamos recuperar sus históricas banderas; para que la política vuelva a ser política, y podamos sacar los destinos de este país a estos macaneros, chantas y vendepatrias; es hora de que todos pongamos un freno porque están devastando generaciones de ciudadanos.
Nuestro homenaje a Don Hipólito Irigoyen, Partido Justicialista Concordia
