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Abogados defensores aseguran que los testimonios del Obispo y de D’Ambros “trajeron equilibrio” al juicio contra los policias

El testimonio del obispo Luis Collazuol le “bajó los decibeles” a las declaraciones vertidas el lunes por el Intendente Gustavo Bordet y el Vice Alejandro Casañas, sostuvo Alejandro Giorgio, abogado defensor en la causa que juzga a los policías. “Celebramos el equilibrio que traen los testigos que dicen la verdad y el obispo dijo la verdad”, apuntó Oscar Bacigaluppe, representante de varios imputados.

Convocado a la mesa de negociación como garante de un acercamiento entre las partes, el obispo de Concordia, Luis Collazuol, describió aquella reunión del 9 de diciembre de 2013 como “tensa”. Según reconstruyó el abogado Alejandro Giorgio, Collazuol relató: “Había preocupación en todas las partes, pero en ningún momento el Gobernador se sintió acorralado, ni presionado, salvo las circunstancias de la urgencia. Tampoco hubo violencia o agresiones en la reunión, sí tensión y vehemencia; en ningún momento se faltaron el respeto”. Y “descartó” exhibición de armas.

Las partes coinciden en que el obispo fue una pieza clave como facilitador del acuerdo firmado en Cafesg entre el gobierno y los voceros policiales procesados.

En la audiencia el defensor le preguntó al obispo si en aquel momento “encontró abatido o presionado” al gobernador Sergio Urribarri. Collazuol le contestó “de ningún modo, ni abatido, ni presionado”.

“Guste o no” los testimonios del empresario Héctor D’Ambros y del obispo “en teoría son desinteresados. En Concordia a Bordet y a Casañas les explotó la bomba, con o sin culpa no sé. Al obispo le pidieron apoyo todas las partes y dio su punto de vista. Algunos tienen menos intereses que otros”, dijo Giorgio.

Resaltó como un hecho objetivo que “el gobernador llamó al obispo, a D’Ambros y a (Roberto) Niez”.

La presencia de monseñor Collazuol como garante del acuerdo “creo que fue oportuna porque fue un tercero imparcial que trataba de acomodar las cosas y por lo que dijo colaboró mucho en un momento de discusión”. El religioso manifestó “que si bien no hubo violencia, ni agresiones, sí reclamos enérgicos de una parte y de otra y él los calmó. Por eso la presencia del obispo como tercero en su llamado al orden fue importante. Lo reconocieron Bordet, Casañas y D’Ambros”.

“¿Qué interés puede tener el obispo en meterse en este problema?”, se interrogó. “Me parece que ninguno”, observó el abogado. “Ahora, los demás actores aquí involucrados tienen un interés particular, político: les explotó acá en Concordia. Si soy objetivo tengo que creerle al obispo. Y cuando venga Niez le voy a creer porque son personas que en forma totalmente desinteresada se prestaron como ciudadanos en tratar de colaborar con una solución a un problema que no era directamente suyo. Les creo a ellos más que a los interesados. Se llegó a este conflicto porque había dos posturas que no se pusieron de acuerdo antes: la del Gobernador y la de los policías. Entonces cada parte tenía un interés”.

Giorgio consideró que el testimonio del obispo de la Diócesis de Concordia, Luis Collazuol aportó una mirada imparcial que “aleja totalmente la idea de extorsión”.

En representación de la defensa, Oscar Bacigaluppe, tras escuchar las declaraciones del obispo Luis Collazuol y del empresario Héctor D’Ambrós, soltó: “Estamos realmente reconfortados al escuchar a gente que dice la verdad y el obispo dijo la verdad”.

Bacigaluppe señaló que el prelado describió los estados de ánimo y “la inexistencia de violencia moral y física”, durante la reunión concertada el 9 de diciembre entre las máximas autoridades políticas, voceros de los policías y referentes de la sociedad civil.

Asimismo, dijo el abogado, “descartó totalmente” el apelativo de “maniobra extorsiva”. “Dijo que fue una negociación salarial lisa y llana, con firmeza en las posturas pero de ninguna manera con agresiones, ni expresiones extorsivas, ni uso de armas. Creo que fue contundente”.

Uno de los policías que declaró ayer en calidad de testigo “también trajo la verdad de lo que pasó en la jefatura”, y pese a la advertencia de fiscalía de incurrir en supuesto falso testimonio, el registro fotográfico confirmó, según Bacigaluppe, que “fue un testigo presencial la noche del 8 y también lo ocurrido al día siguiente. Y lo que dijo se encuentra corroborado con las distintas pruebas”.

“Nosotros no hacemos aparatosidad con los pedidos de falso testimonio porque lo resolverá el tribunal al momento de analizar las declaraciones. Cuando dicte sentencia examinará si hay o no falso testimonio. Ahora es aparatosidad para que mañana salga un titular en la prensa. Si –el testigo- escuchó o no escuchó el ruido de los bombos no es central. El tribunal ya dijo que lo resolverá al final, ahora todo lo que digamos no sirve para nada”, subrayó el letrado.

La supuesta irrupción y posterior toma de la jefatura “quedó desvirtuada con la declaración de D’Ambros”, sostuvo Bacigaluppe. “Explicó con lujo de detalle por qué no fue una toma. La toma de un lugar implica el encierro en un edificio y no entra ni sale nadie si no es por orden de quienes lo tomaron. Acá no se dio porque entraba cualquiera,” completó. “Es un día positivo, celebramos el equilibrio que traen los testigos que dicen la verdad”, cerró.

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