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Agmer: «falta voluntad politica para construir escuelas”

Calmadas las protestas en la zona sur de la ciudad por la falta de edificio para la escuela secundaria “María Elena Walsh” tras el comienzo de actividades en las instalaciones que se construyeron en el Club Sarmiento, desde Agmer advirtieron que la situación infraestructural de la educación en Concordia está muy lejos de ser la ideal. El secretario gremial de la seccional Concordia del sindicato docente, Cristian Acuña, advirtió que el gobierno va sin planificación detrás de las necesidades porque “primero pone a funcionar las escuelas y después las construye” y que en general las soluciones llegan por la presión de los padres y de las propias comunidades y no por gestiones de los funcionarios. Hizo un repaso por las carencias, que atribuyó a “la falta de voluntad política para construir escuelas que realmente sean dignas y que puedan absorber a todos los niños, adolescentes, jóvenes y adultos de la zona”.

La comunidad educativa de la escuela secundaria Nº 30 “María Elena Walsh” cumplió ayer su primer día de clases en el edificio construido en el club Sarmiento. “Después de tantas idas y venidas, después del esfuerzo de toda la comunidad educativa, los chicos empezaron con normalidad. Debemos recalcar que esto se debe al esfuerzo y la movilidad de los padres, alumnos y del equipo docente de la escuela. Desgraciadamente el CGE (Consejo General de Educación) no dio respuesta, tampoco el Ministro (Eduardo) Lauritto, incluso los secretarios de la intendencia. Es un triunfo de la propia comunidad educativa”, señaló Cristian Acuña, Secretario Gremial de Agmer.
Luego de marchas y contramarchas, las obras en la escuela se aceleraron y el edificio se concluyó en días. “El propio Ministro Lauritto dijo que se pudo haber solucionado mucho antes. Desgraciadamente, por mezquindades políticas entre ellos, internas y demás, siempre los que pagan los platos rotos son los trabajadores y en este caso los alumnos que a la clase política obviamente no le importa”, cuestionó Cristian Acuña.
El panorama en la escuela primaria Juan María Gutiérrez luce diferente. “Las obras siguen avanzando y esperemos que siga todo con normalidad y que puedan construir la escuela Nº 30 en un tiempo no muy lejano. Donde están ahora es un lugar prestado”. Es un acuerdo vigente hasta el 2016, renovable hasta que no se concrete la construcción de la nueva escuela. Los planos del edificio fueron presentados en su momento pero “no había presupuesto, el clásico mito de que nunca hay presupuesto para educación y salud. La salida era trasladarla al club mientras se conseguía el presupuesto”. En ese sentido, aclaró, la situación sigue siendo precaria aunque destacó “la buena voluntad del club que cedió las instalaciones. Por el momento los chicos están bien, pero como sindicato exigimos que se construya una escuela para esos chicos y también para los docentes que necesitan un lugar”.
En sintonía, informó que en la escuela Belgrano han empezado con algunas refacciones y mejoras pero resta una solución definitiva, por eso los padres decidieron organizar una asamblea el 7 de julio para evaluar el estado edilicio. “Tenemos entendido que la parte eléctrica ya está lista y están mejorando los baños pero todavía falta para que la escuela esté en óptimas condiciones”.

EL SUR

La zona sur cuenta con muy pocas escuelas públicas. A la escasez de aulas se suman los inconvenientes edilicios. “La Mariano Moreno tiene un problema de infraestructura muy grave; la escuela República Oriental del Uruguay tiene lugares que directamente son inhabitables; la María Elena Walsh sigue de prestado, mejoró su condición pero no es la ideal”, enumeró.
El trasfondo del asunto quizá sea la falta de un presupuesto en educación específico destinado a infraestructura. “Uno de los problemas en Concordia son los lugares para construcción de escuelas, obviamente es la voz oficial. Nosotros creemos que falta voluntad política para construir escuelas que realmente sean dignas y que puedan absorber a todos los niños, adolescentes, jóvenes y adultos de la zona”.
En realidad, explicó el dirigente, se presupuesta “un monto anual que después es distribuido por la provincia de acuerdo a las necesidades. Desde Agmer venimos denunciando que este año el monto para escuelas y salud es mucho menor al del año pasado” como porcentaje total del presupuesto. “Tampoco tenemos participación sobre cómo se distribuyen” las partidas. “Entonces los funcionarios de turno distribuyen como desean y eso forma parte de un problema que a la larga se ve y salta”, observó.

NOROESTE

El crecimiento demográfico de la zona noroeste de la ciudad no ha sido acompañado de nuevas escuelas. “Justamente, la escuela Nº 74 “J.J. Valle” que no se termina de construir. A simple vista las condiciones edilicias no son las de una escuela. Es un problema que no corresponde solamente a educación sino a un conjunto de instituciones y los funcionarios deberían hacerse cargo. Después tenemos la escuela Nº 76 “Madre Teresa de Calcuta” que sigue sin edificio propio. Este año los padres han parado la escuela, el lugar de recreo de los alumnos es un campo lindero sin alambrado, sin nada. La escuela Nº 78, sin nombre, funciona con los requerimientos mínimos en un predio prestado por una comunidad religiosa. Una escuela no puede funcionar en esa situación. Y si bien están aprobados los planos para la construcción, esa construcción no ha empezado”, indicó y subrayó “primero ponen en funcionamiento la escuela y después la construyen”.
La inseguridad es tal vez la principal inquietud de los alumnos que asisten al turno nocturno. “Cómo se manejan los alumnos y docentes en una zona donde puede pasar cualquier cosa y eso no lo tiene en cuenta ni el CGE ni ninguno de los funcionarios”, advirtió el dirigente.
Advirtió que algunas escuelas sólo existen en papeles. “Desgraciadamente la desorganización y la falta de planificación terminan siendo normal, lo que no significa que lo avalemos ni que no peleemos para que se haga de otro modo. Como trabajadores la desorganización nos tiene cansados y es una falta total de respeto no sólo a los trabajadores sino a los padres y a los alumnos en particular”, fustigó.
Padres y madres movilizados, liderando los reclamos no es un fenómeno novedoso ni reciente. “No es casual, se viene trabajando desde hace mucho tiempo. Nosotros como sindicato siempre bregamos en las escuelas de que la comunidad participe en su conjunto. Cuantos más padres, madres, familiares apoyen la escuela mucho mejor porque más se siente su peso; si no lo hacemos, nosotros no somos escuchados por los funcionarios. A los funcionarios no les podemos creer absolutamente nada y los padres lo saben porque ya les han mentido y les han prometido el oro y el moro. Desgraciadamente cuando se quemaron gomas en la escuela María Teresa de Calcuta fue justamente porque a los padres les prometieron lo que después no cumplieron. Por eso es necesario y vamos a hacer todo lo posible para que los padres participen”, enfatizó.

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