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Alberto Fernández se mantiene fiel a su costumbre de contradecir a Nicolás Trotta

El Presidente calificó el “debate” de la profesora, que increpó a un alumno por cuestionar al Gobierno, de “formidable, porque abre la cabeza”; Trotta había calificado el hecho de “injustificable”; meses atrás habían protagonizado otro divertido desaguisado respecto a la presencialidad.

Nicolás Trotta, Ministro de Educación de la Nación mira al cielo

Los cortocircuitos entre el presidente Alberto Fernández y el ministro de Educación, Nicolás Trotta, se han convertido en una costumbre y sumaron un nuevo capítulo luego de que el jefe de Estado considerara “formidable” el “debate” en el que una docente increpó a un alumno por haber criticado al Gobierno. Los dichos del Presidente, que fueron fuertemente repudiados por la oposición, llegaron apenas horas después de que el titular de la cartera educativa juzgase “injustificable” la actitud de la profesora. Poco tiempo atrás, Fernández lo había dejado expuesto por la presencialidad en las aulas.

“He conversado con la ministra de la provincia de Buenos Aires, Agustina Vila, y por supuesto se han tomado cartas en el asunto. Nosotros no avalamos bajo ningún punto de vista ninguna instancia de trabajo dentro del aula con esas características: ni lo que planteó la docente, ni la forma de vincularse o dirigirse a los estudiantes”, enfatizó ayer Trotta al término de la reunión del Consejo Federal de Educación (CFE). En relación con las denuncias por supuesto “adoctrinamiento”, confirmó la apertura de un “proceso sumario” y la suspensión preventiva de la profesora, Laura Radetich, quien dictaba clases en la Escuela Técnica N°2 María Eva Duarte de Ciudad Evita. El ministro aseveró que la “responsabilidad” del sistema educativo es “garantizar que esas cuestiones no ocurran en nuestras aulas”, aunque también aclaró que episodios como el protagonizado por Radetich “son hechos absolutamente aislados”. Decir que “hay instancias de adoctrinamiento es desconocer el enorme compromiso de los más de 1.300.000 docentes. Que haya algunos casos aislados no significa que sea una situación habitual”, aseguró.

Más tarde, volvió a referirse al tema en televisión, acaso con mayor dureza. “Es injustificable ese accionar de la maestra, el tono con el que se comunica con sus estudiantes y la posición que asume”, lanzó en diálogo con A24 y completó: “El nivel de agresividad para con los alumnos no está bueno. El docente no está para imponer su posición sino para fomentar el debate con mirada plural y democrática para que los chicos puedan construir su propio pensamiento, no por imposición por parte del docente”.

Tras esas clarísimas declaraciones de condena, Alberto Fernández se despertó con ganas de unirse al ala más combativa, y hoy abiertamente contradijo lo planteado por su ministro ante todos los medios algunas horas atrás.

“Ayer escuchaba un enorme cuestionamiento a una maestra que se tensa en un debate con un alumno. Yo soy profesor de la Universidad de Buenos Aires hace 37 años y siempre he dicho que lo más importante que un profesor tiene que hacer es sembrarles dudas a los alumnos”, señaló el jefe de Estado en Radio 10 y agregó: “Si esa maestra que discutió tan acaloradamente le puso 1 al alumno como consecuencia de la discusión, es reprochable. Pero que haya tenido ese debate es formidable, porque abre la cabeza e invita a pensar”.

Seguidamente, sostuvo que “es evidente que el chico tiene una idea formada que es resultado de escuchar cosas dichas, como que el peronismo gobernó los últimos 70 años, y lo repite y ella se exalta porque sabe cómo es la verdad”. No obstante, en ningún momento hizo alusión a las interrupciones, los gritos y los insultos proferidos por la docente al dirigirse al alumno.

El antecedente por las clases presenciales

Meses atrás, cuando se definía la continuidad de las clases presenciales a partir del recrudecimiento de los casos de Covid-19 en la Argentina, se produjo otro cortocircuito importante entre Fernández y Trotta. En ese contexto, el ministro de Educación aseguró en la mañana del 14 de abril que las aulas no se cerrarían. “No se van a cerrar las escuelas”, dijo el funcionario a la agencia oficial Télam y agregó que si tenía “que haber una disminución de la presencialidad” por la segunda ola de coronavirus, eso no iba a implicar “la suspensión absoluta” de las actividades educativas. Para sorpresa de todos, apenas horas más tarde el Presidente anunciaba la suspensión total de las clases presenciales en los tres niveles hasta fin de mes. La determinación se tomó a último momento y acompañó a una batería de medidas tendientes a frenar los contagios, incluidas restricciones a la circulación entre las 20 y las 6 en el AMBA y la interrupción de diferentes actividades.

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