Un allanamiento tuvo lugar ayer por Gendarmería nacional en la planta que la empresa de jugos envasados RPB S.A -más conocida como Baggio- tiene en el parque industrial de Gualeguaychú, Entre Ríos. El operativo se vincula a la desaparición de alrededor de US$7 millones, denunciada en una causa que investiga si la empresa fue víctima de una estafa o si fue vaciada desde adentro.
Según detalló el diario El Día, cerca del mediodía un transporte con personal de Gendarmería y un auto particular ingresaron al parque industrial con destino a la planta de RPB S.A, firma que se convirtió en noticia en las últimas semanas por una compleja trama familiar.
El directorio de la empresa RPB S.A. emitió el 2 de febrero pasado un comunicado para dar a conocer una supuesta estafa de la que habría sido víctima la compañía en diciembre pasado, pero, más allá del hecho, señalaron «la utilización del suceso por parte de personas en conflicto de intereses con RPB S.A. y con socios de la misma».
Si bien una lectura inicial apuntaba a algún hipotético competidor, luego agregaron que «el eventual aprovechamiento premeditado e irresponsable del delito cometido contra la firma, para la consecución de intereses particulares, perjudicaría a RPB S.A. en beneficio de cierto accionista competidor», lo que develó una pelea interna entre socios que, a su vez, son familiares entre sí.
Desde un sector de la empresa se informa que fueron víctimas de una estafa, pero los accionistas de la familia que no forman parte del directorio hablan de una fuga intencionada de capitales líquidos y en efectivo.
La empresa nació hace 60 años en Gualeguaychú, fundada por Rufino Pablo Baggio y María Cecilia Munilla, un matrimonio que luego tuvo cuatro hijos: Rufino Pablo hijo (conocido como «Pino»), Alejandro, Aníbal y Celia María. Hoy es una de las principales procesadoras de jugos de fruta envasados, entre otros productos.
De acuerdo con el diario El Día, al morir el fundador, en 2005, la titularidad de las acciones se repartió entre los hijos y Celia María le vendió su parte a Pino, lo que lo hizo titular del 50% del paquete. Pero a pesar de ser el socio mayoritario no dirige la compañía, ya que su madre conservó el usufructo de la titularidad y eligió a Alejandro para esa tarea.
Esto dividió a los hermanos Baggio, quienes se enfrascaron en una pelea que ya lleva años. «Al accionista mayoritario no le permiten entrar a la empresa y el único acceso a la información que tiene es desde los balances», confesó a El Día un miembro de la compañía.
De esta forma, frente al hecho de la desaparición del dinero hay dos versiones contrapuestas: el directorio dice que la empresa fue víctima de un ataque tipo phishing y la suma del robo habría ascendido a aproximadamente unos seis días de facturación, mientras que los accionistas que no tienen control hablan de un vaciamiento que equivale a US$7 millones o $441 millones, según el tipo de cambio oficial.