El joven concordiense Francisco Guerrero, de 28 años, fue asesinado por motochorros la noche del viernes en La Plata, donde residía y ejercía la medicina como médica residente del hospital Gutiérrez. Lo balearon delante de su novia. El hecho causó estupor e indignación en la capital bonaerense. Horas antes había sufrido otro intento de robo.
Francisco Guerrero era un médico residente del área de traumatología en el hospital Gutiérrez que acababa de cumplir 28 años. Y el viernes iba camino a celebrarlo, cuando un delincuente se le cruzó en la calle. Le pidió la billetera. Le apuntó con un arma. Francisco no quiso dársela. Y el ladrón le tiró a quemarropa, directo a su pecho y frente a su novia, que rogó con la voz y con las manos que no lo hiciera.
El ladrón escapó sin nada y con un amigo que lo esperaba en la moto. A Francisco lo llevaron en un patrullero al hospital San Martín, donde otros médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida.
Guerrero murió a las 23.30 del viernes, una hora después de que le dispararon y cuatro horas después de haber sufrido otro intento de robo, que no había tenido consecuencias.
Francisco Guerrero vivía solo en 121 entre 66 y 66 bis. Al momento del atraco caminaba junto a su novia Gimena Juri por 66 y 116. Tenían planeado reunirse con amigos para celebrar el cumpleaños del joven, que había sido el jueves.
Iban charlando, cuando escucharon el motor de una moto, que los pasó y frenó sobre la 66, en la vereda opuesta a la que iban ellos, con un único ocupante. Entonces apareció un segundo sujeto, que con un arma en la mano le apuntó a Francisco mientras le pedía la billetera.
Por lo que contó Gimena, el médico no quiso entregársela. Y no pasaron más que un par de segundos hasta que sonó un tiro. La bala perforó el pecho de Guerrero, que cayó herido de muerte, mientras el asesino corría hacia esa moto que lo esperaba enfrente.
Por lo que contaron los testigos, sería una Honda Wave o una Gilera Smash de color oscuro, en la que los asaltantes se fueron por la 66, en dirección a 122.
Un patrullero que llegó enseguida trasladó a Guerrero al hospital San Martín, donde murió mientras lo operaban. En esa cirugía se recuperó una bala calibre 32, que será sometida a distintos cotejos para tratar de esclarecer el crimen.
UN BARRIO MOVILIZADO
Los vecinos de las inmediaciones de Plaza Matheu vienen denunciando desde hace tiempo que la inseguridad se volvió una rutina en esas calles. Hicieron ya varias reuniones y después de enterarse del crimen de Francisco Guerrero, acordaron encontrarse de nuevo a las 4 de la tarde en 66 entre 115 y 116. Fue a 50 metros de donde fusilaron al médico.
Unos 20 vecinos acudieron a la cita, convencidos de que el homicidio del viernes fue “la gota que rebalsó el vaso”.
“Hace dos años que comenzó a ponerse feo en esta zona y ahora estamos en manos de motochorros, que te asaltan toda hora”, resumió un frentista.
