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Batakis habló para todos al mismo tiempo

Por Emiliano Damonte Taborda

Batakis, siempre con los brazos cruzados, estuvo mucho más cerca de hacer un discurso que de anunciar un paquete de medidas. Presionada por mil frentes, ratificó el compromiso asumido con el FMI (lo único verdaderamente trascendental de su discurso), habló de equilibrio en las cuentas, congelamiento de empleados estatales, de la pesada herencia del gobierno de Macri, de la pandemia y de la guerra en Ucrania.

La nutrida y devaluada mesa no disimuló la soledad de Batakis a la hora de presentarse

Solo una cosa importaba a los mercados

No es que uno se imaginara que Batakis estuviera por anunciar quien sabe que novedad que revolucionara a la esquelética economía argentina. No, nadie lo imaginaba, pero tal vez se esperaba algún grado de objetividad en los anuncios, o al menos un poco menos de retórica y relato.

Con un ritmo sostenido y la hábil muletilla de “ustedes saben”, cada vez que tiraba una definición inverificable como la de los “países del mundo que están sufriendo cortes programados de energía”, me dejó con ganas de alguna definición concreta.

La confirmación del respeto del acuerdo con el FMI era un item obligatorio y llegó enseguida, lo que seguía ya no era tan importante.

Nada nuevo bajo el sol

En realidad, de nuevo, solo se anunció la creación de un Comité Asesor de deuda soberana en pesos (Algo que el Ministerio de Economía debería hacer sin necesidad de crear ningún organismo nuevo) y la rimbombante institución de una Autoridad Nacional de Defensa de la Competencia (arriesgo la sigla ANDC), que imaginamos que hará lo mismo que la Secretaría de Comercio Interior, pero desde un lugar menos desacreditado.

La Ministra de Economía nos repitió que la inflación es de origen especulativo, confirmando el programa de emisión del BCRA y asumiendo que no tiene posibilidad de proyectar la inflación de 2022, porque depende de múltiples factores (entre los cuales no parece estar la emisión).

“Lo que sucedió esta semana en tema de precios, no tiene ninguna explicación técnica y solamente son especulaciones”, dijo Batakis claramente especulando, y como si emisión y confianza, no fueran factores que explican suficientemente nuestra crisis inflacionaria.   

Ratificó su compromiso con el equilibrio fiscal, diciendo que cree en la “solvencia del Estado” y anunció que impondrá desde el Ministerio la costumbre de gastar solo lo que se puede gastar y congelará la contratación de nuevo personal en las estructuras del Estado.

Trazó un esperanzador “sendero de tasas de interés positivas” y podría haber sugerido hacerlo con muy buena onda y alegría, para que fuera más lindo.

¿Lo demás? Solo un cúmulo de postulados e intenciones y programas ya trazados por Guzmán y trabados por la gente de La Cámpora, como la segmentación de tarifas y el revalúo fiscal. No faltó el gasoducto Néstor Kirchner a modo de promesa de gloria venidera, una lejana tierra prometida.

Batakis echó mano a un recurso ya tradicional, del que abusan alegremente los funcionarios del Gobierno (Kulfas era fan), que es el de tomar los valores de crecimiento post pandemia como logros de gestión. En este caso se usaron para hablar de una economía que está creciendo tanto que tiene problemas de crecimiento. ¡Casi que explota de salud, una economía que creciendo “genera tensiones”! Como un adolescente complicado.

Receta para el relato post albertista

Una taza de “Ah, pero Macri”, “pandemia” a gusto, una buena cantidad de “Guerra en Ucrania”, muchos “formadores de precios” y “especuladores”, una pizca de “Fuera FMI”, todo mezclado con una buena “crisis de crecimiento”, son las columnas portantes del nuevo (??) relato.

Queda claro que se trató de un discurso. Complejo, había mucha expectativa, mucho tema para abordar, muchas respuestas adeudadas por el Gobierno. En algún momento todo eso junto debe haber pesado fuerte, sobre todo porque lo que no había en demasía era apoyo. El ambiguo y peligroso apoyo de la vicepresidenta y el inconsistente apoyo del Presidente la dejaban literalmente sola. La mesa estaba de adorno.

A la espera de las medidas económicas de Batakis

Batakis no sorprendió a nadie y nadie esperaba sorpresas. Su discurso debía conformar a demasiada gente: FMI, Cristina y Mercados, dejando de lado actores menores como Gobernadores, Sindicatos, Movimientos Sociales y tal vez incluso Oposición. Era imposible que buscando conformar a todos no terminara haciendo este discurso amorfo y confuso.

Tal vez después de esta indescifrable presentación, haya que esperar que empiece su verdadera gestión, la económica, no la política, porque la crisis argentina hoy no es política, sino económica y se resuelve con medidas económicas y no discursivas o retóricas. Las próximas semanas nos darán un rápido veredicto.  

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