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Bitácora: un cambio de época / Emiliano Damonte Taborda

Nos guste más o menos aceptarlo estamos en medio de un profundo cambio de época, algunos actores se resquebrajan miseramente mientras que otros se reconfiguran y buscan su rol en el nuevo contexto; ley de Bases y Pacto de Mayo/Junio al centro de la atención, pero rapidito; ¿Sabe el Parlamento de que está hablando?; paro de transportes de un sindicalismo avergonzado; periodistas cascoteados (por ahora solo es una figura); economía planchada para frenar la inflación (que baja), FMI más a izquierda que el Gobierno; Cristina desorientada como siempre y cada vez más fuera de lugar

 

cuando todo se resquebraja y falla bajo el peso de la corrupción y la ineptitud, el que denuncia y expone la podredumbre es siempre el periodismo
cuando todo se resquebraja y falla bajo el peso de la corrupción y la ineptitud, el que denuncia y expone la podredumbre es siempre el periodismo

 

Cambio de época

En medio de investigaciones y denuncias a “referentes” de organizaciones sociales que dejan a la luz lo que todos sabíamos pero habíamos normalizado, con ataques al periodismo y FOPEA en alerta por “restricciones a la libertad de expresión”, postergando los gravosos aumentos previstos para este mes para alcanzar y sostener el tán esperado “dígito” de inflación, y con la reaparición de Cristina (siempre bien recibida por Milei, el tren fantasma es fundamental en su estrategia) declarando no ser feminista y tener olor a oveja en un claro guiño filoperonista a una clase media que le dio la espalda al Campo-Kirchnerismo hace rato, entramos en la recta final que nos depositará en el esperadísimo Pacto de Mayo. Sería el 25 de Mayo si logran dictaminar esta semana y luego ponerse de acuerdo y sesionar, y ponerse de acuerdo de nuevo y sacar la ley. Pero si no llegan a tiempo podría ser más adelante, según informan hoy algunos diarios, ya no sería de mayo, sino de junio; el pacto de Junio entonces, de mayo/junio. Osea (diría el Presidente), el pacto es cuando se pongan de acuerdo sobre la ley de Bases, alrededor de la que todavía subsisten un montón de diferencias abismales sobre las que todos se hacen los giles, que el Gobierno está dispuesto a discutir esta vez, pero rapidito si es posible. Hay una cierta pasión por la velocidad en la gestión de Milei que hasta ahora no le ha dado grandes réditos, y que estaría dictada por la urgencia que marca la crisis. “Vísteme despacio que tengo prisa”, frase que se le atribuye a Napoleón y que bien podría ser una recomendación para el Presidente. Pero la prisa oficialista no es casual ni se trata de un impulso, es claramente una estrategia para agarrar mal parado a un Parlamento lento y bastante mal preparado en general, que ante la duda hasta ahora ha dicho siempre que “no”, al que se amenaza con culpar por el estancamiento en el que parecemos haber caído, esperando que sienta un poco de vergüenza por no estar entendiendo nada. Es decir, Milei sabe que nadie entiende nada y percibe que a fuerza de meterles apuro podría obtener alguna ventaja que en cambio no le dan los números de que dispone en el Parlamento. ¿Cuántas veces puede decir que no alguien que no entiende a qué se está negando? Imaginamos que nuestros parlamentarios están aprovechando el tiempo para informarse y tratar de entender algo sobre las necesidades reales de la gente y que a este punto sabrán qué buscan y a qué se niegan. Esto último lo imaginamos cargados de un optimismo desmesurado.

La inflación baja, no caben dudas, con una economía planchada, una tasa que corre muy bajita y un dólar que no puede más de poco competitivo. La industria está parada, y la recuperación será lenta en el mejor de los casos, pero el Gobierno, sobreadaptado al Fondo (un FMI que comparado con Milei es la Internacional Socialista), con sus extraordinarios resultados de déficit se puede dar el lujo de postergar aumentos y darle un poco de aire a la gente de a pie, pero solo un poco y por un rato. El camino de salida parece ser más largo de lo esperado ya que el shock ha sido importante. 

Corte Suprema

Lijo sigue puerteando a la Corte Suprema y mucho temo que vaya a terminar entrando a fuerza de empujar. Sería una verdadera lástima y un golpe durísimo al que hasta hace poco tiempo era el último bastión republicano entre los poderes del Estado. Un mensaje espantoso para la gente y un problema serio para el sistema.    

Cambalache

El paro de la semana pasada fue el paro de un sindicalismo lleno de culpa en las miradas que solo sabe vender y usar como factor de poder a quienes dice defender, el Gobierno ajusta lo más fuerte que puede, el Parlamento no sabe muy bien qué hace, a la Corte se la quieren llevar a pasear, los “referentes” de las Organizaciones Sociales quedaron expuestos vergonzosamente. Ciertamente se trata de un cambio de época estructural, profundo, que reconfigurará el ambiente y los actores con los que estamos acostumbrados a interactuar. 

Salutación

Mientras tanto, los que podemos, buscaremos los mejores precios posibles, usaremos poquito gas y dejaremos quieto el auto, apagaremos luces y pondremos lamparitas LED, tarjetearemos en pesos con cuotas fijas todo lo que podamos, revisaremos seguido la SUBE porque se gasta más rápido y configuraremos la dieta en busca de nuevas sensaciones. ¿Los que no puedan hacerlo? Bueno, esos pueden siempre recurrir a la Divina Providencia, o al Chapulín Colorado… 

Solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional, les augura El Aguijón.

PD: así, de pasada, cuando todo se resquebraja y falla bajo el peso de la corrupción y la ineptitud, el que denuncia y expone la podredumbre es siempre el periodismo. No olvidarse nunca, muestras sobran.
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