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La CGT marcha contra todos y ninguno, más bien una peregrinación

Emiliano Damonte Taborda

El miércoles la CGT convocó a una marcha cuyo objetivo corre el riesgo de haberse perdido por el camino. La suma fija, la relación con la izquierda, los planes, la Cámpora, Sergio Massa, la inflación. Emblema de un país que no sabe donde está parado. Algo más parecido a una peregrinación en busca de la gracia divina.

CGT marcha: no se sabe por qué, para quién o contra quién.

¿A qué juega Sergio Massa?

Los tibios acercamientos de Massa no dejaron todavía en claro nada de frente a los sindicatos, como en general no han dejado muchas certezas en todos los demás campos. Se sabe que el Gobierno está pensando en algún tipo de compensación laboral ante el avance inclemente de la inflación, pero no está clara la modalidad ni lo están los tiempos. La CGT está mareada.

Massa no le pidió a nadie que suspenda la marcha, pero es sabido que hubo algún tibio intento a través de Carlos Acuña, parte del Frente Renovador. Parece que lo sacaron carpiendo. ¿Massa no tendrá sobrevalorada su propia capacidad de consensuar?

Lo cierto es que la CGT marchará, pero todos lo harán por motivos diversos. Algunos contra los empresarios, otros contra el Gobierno, otros tal vez a favor del Gobierno, otros en busca de consenso, otros en busca de claridad. En realidad termina siendo como una peregrinación, en la que cada uno pide por lo que más necesita, o lo que percibe como más urgente, esperando que alguna deidad o algún Santo afín le conceda la gracia.

El mito del gran acuerdo

Uno de los más grandes mitos generados en los últimos tiempos, es que hace falta algún tipo de gran acuerdo que ponga a todos del mismo lado para enderezar la economía. Por eso todos hablan de un acuerdo, como se hablaría de una tierra prometida, un lugar donde los intereses de todos entraran en armonía y todos pudieran, ya de acuerdo, seguir haciendo lo mismo que han hecho siempre, pero sin que esto sea un problema.

Todos perdidos

Con Pablo Moyano como agitador, tal vez ungido por Francisco, el miércoles saldrá el circo a la calle. Sin tener la menor idea de por qué está saliendo, también será de la partida Máximo y los amigos de La Cámpora, todos juntos y divididos para legar a la tierra prometida del “gran acuerdo” que nunca nadie pensó.  Otra vez a cortar calles, otro día sin trabajar, otra marcha sin sentido, que solo suma confusión a un país que ha perdido completamente el rumbo y en el que nadie parece tener idea de la dirección que se debe tomar.

¿Alberto? Bien gracias, imagino que bien.

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