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Cifras oficiales: Cae el numero de alumnos en escuelas entrerrianas

Por Osvaldo A. Bodean, publicado por www.elentrerios.com

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Los números son fríos. Pertenecen al reino de las cantidades y no de las calidades. No tienen rostros ni sentimientos. Aún así, sirven para que en medio de cifras y gráficos asomen realidades que interpelan.

Una sensible caída en el número de alumnos en primaria a la par que una constante curva ascendente de los cargos docentes. Tales son algunas de las primeras evidencias que surgen de analizar informes oficiales del período que va de 2004 hasta 2013, al que algunos bautizan como la «década ganada».

Del entrecruzamiento de datos de los anuarios estadísticos de la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa, emerge con contundencia un dato incontrastable: Cae el número de alumnos en el nivel primario entrerriano. En 2004 había 156.423 y en 2013 (es decir, 10 años después), 147.063. Es decir:

EL NIVEL PRIMARIO DE ENTRE RÍOS TIENE 9360 ALUMNOS MENOS QUE 10 AÑOS ATRÁS.

¿Acaso cayó la población? La respuesta es NO. Por el contrario, aumentó.

Entre 2004 y 2013 la Tasa de Crecimiento Demográfico del país se ha mantenido constante, oscilando entre el 0,87 y el 0,89 % anual. Si se comparan los censos de 2001 y de 2010, la población de Entre Ríos aumentó el 6,7%, al pasar de 1.158.147 habitantes en 2001 a 1.236.300 en el año 2010.

Si no cayó la población, ¿pudo haber descendido exclusivamente la franja poblacional en edad escolar? Es una hipótesis altamente improbable, puesto que la tasa de natalidad del país (promedio de nacimientos cada 1000 habitantes) era de 18,59 en el año 2000 y 18,11 en 2008. Es decir, una fluctuación ínfima, por lo que tampoco serviría para explicar que tengamos menos alumnos.

 

GESTIÓN ESTATAL Y PRIVADA

 

La caída del alumnado en el nivel primario se concentró en las escuelas de gestión estatal. Había 121.688 en 2004 y esa cantidad se redujo a 110.334 en 2013. Quiere decir que la disminución en la matrícula de las primarias estatales fue de 11.354 alumnos.

Por el contrario, gestión privada experimentó un crecimiento, aunque absorbió sólo una pequeña porción de la caída en estatal. Pasó de 34.735 alumnos en 2004 a 36.729 en 2013. Es decir, 1994 alumnos más.

Queda claro que de los 11.354 alumnos menos en estatal, hay 9360 con paradero desconocido, ya que no ingresaron a gestión privada. En el mejor de los casos, tal vez una porción logró reinsertarse a través de la educación para adultos.

 

MÁS CARGOS DOCENTES PARA MENOS ALUMNOS

 

En 2004, Entre Ríos contaba con 11.932 cargos en primaria y en 2013 alcanzó los 14.055. Es decir, en 10 años, la provincia sumó 2.123 cargos docentes más (+17,8%) para educar a una población escolar que tiene 9360 alumnos menos (-6%).

También la matrícula de la educación de adultos experimentó un crecimiento sustancial. Tenía 21.597 alumnos en 2004 y en 2013 alcanzó los 45.755. Pero el salto se concentra casi exclusivamente en los adultos que intentan terminar la secundaria, que pasaron de 11.537 en 2004 a 21.432 en 2013. Pero en los adultos que hacen la primaria apenas si hubo un aumento de 4233 a 5436. Cabe suponer que el subsistema de la educación de adultos tampoco absorbe el faltante de 9360 niños en el nivel primario de la escolaridad común.

 

DESGRANAMIENTO

 

El cruzamiento de datos nos da una pista respecto del desgranamiento del alumnado del nivel primario. En 2004, ingresaron a primer grado 30.037 alumnos, que, se supone, debieron llegar a sexto grado en el año 2009. Pero sólo 24.554 lo lograron. Sea porque repitieron o porque abandonaron, 5.483 no pudieron arribar al final de la primaria en tiempo y forma, es decir, el 18,3%.

Este indicador experimentó una mejoría en los años subsiguientes, aunque no deja de ser elevado. Por ejemplo: de los 28.016 entrerrianos en primer grado en el año 2008, llegaron a sexto en 2013 únicamente 24.293. El 13,3% no consiguió hacer la primaria en el tiempo previsto, a pesar de que el sistema educativo se volvió mucho más flexible y menos exigente, a fin de evitar la repitencia y el abandono.

¿Qué pasó? ¿Por qué estos números en una década en que la Argentina y Entre Ríos mostraron indicadores macro económicos positivos y la obligatoriedad de la escuela se extendió por ley? ¿Ni siquiera el pago de la Asignación Universal por Hijo, en los papeles condicionado a la escolarización, consiguió no ya acrecentar sino por lo menos mantener la matrícula total del nivel primario?

Es obvio que estos números no están referidos a la calidad de la educación. Nada nos dicen sobre cuánto aprenden los chicos o si comprender lo que leen, por ejemplo. Para eso están las pruebas PISA, en las que lejos estamos de ocupar los puestos de vanguardia.

En septiembre de 2014 decíamos:

…hay un incumplimiento que quizá esté en la raíz de todos los incumplimientos, que tal vez sea una de las claves que explique nuestro atraso. Y lo más grave es que ni preocupados estamos por subsanarlo. En el debate público, ni siquiera se lo menciona.

«Hay una ley de obligatoriedad de la escuela primaria y secundaria, pero, ¿por qué hay una deserción tan enorme?, ¿por qué en las zonas más pobres la deserción de los chicos es casi del 70%?».

La pregunta no partió de alguien que miraba la realidad desde alguna oficina alfombrada en Casa de Gobierno, o desde la cabina de un helicóptero, o desde una mansión, sino del Presbítero Andrés Servin, con 44 años compartidos con las barriadas pobres del sur de Concordia.

Al desmenuzar la estadística oficial, no pude menos que pensar cuánta razón tenía el cura, que repetía hasta el cansancio, a quien quisiera escucharlo, que «un niño sin escuela tiene el alma quebrada».

Algunas de esas «almas quebradas» que desaparecen del sistema educativo, tal vez van a parar con su humanidad entre rejas: La población carcelaria en Entre Ríos creció en 2014 el 22% y para 2015 se proyecta un incremento del 20%.

Reveladora paradoja: menos alumnos en las aulas y más presos en los calabozos.

 

 

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