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Combustibles: este no fue un aumento más, fue un cambio de mano del poder.

Por Emiliano Damonte Taborda

Axion y Shell se cansaron de esperar alguna reacción del Gobierno. Invirtiendo el proceso habitual, decidieron aumentar los precios de los combustibles un 12 por ciento, forzando de esta manera a YPF a seguirlos o ampliar su mercado a pérdida. No hay dólares para sostener nada y la impresora está, por lo menos, observada. Parece que las políticas del Gobierno empiezan a chocar con la realidad.

Alberto Fernández y la energía, los combustibles, otro tema que le ha sido esquivo…

Los combustibles en nuestro país están un 30% por debajo de la paridad internacional y todo el gasoil que se importa se vende a perdida. En ese contexto Shell (Raizén) y Axion (PAE), tomando nota de la debilidad a la que el Gobierno ha llevado al sector de los combustibles, decidieron cambiar el eje del poder en ese mercado y hacer pesar su 40 por ciento (YPF maneja el 60%). Por eso, este no fue un aumento más.

Inicialmente la petrolera del Estado había filtrado que no aumentaría sus tarifas, pero su posición de frente al aumento dictado por Shell y Exon duró solo pocas horas. Durante las últimas horas del domingo, YPF comprendió que no tenía con que hacer frente al brete en el que las políticas del Gobierno la habían metido. No sólo no tenía espalda, se podría decir que Exon y Shell le hicieron un favor. Cualquier otra medida que no hubiera sido aumentar, hubiera sido solo “otra” medida suicida.

Números al límite

Desde el área de comunicación de YPF, manejada por La Cámpora, dijeron:

“Este incremento sigue al ajuste de precios realizado por las principales comercializadoras durante el fin de semana y permite evitar que se siga ampliando la brecha de precios ya existente con la competencia. Previo a este aumento, la misma se ubicaba entre el 7 y 12 % y provocaba un incremento de demanda hacia la red de YPF, generando importantes quiebres de productos en todo su sistema e impactando en el nivel de servicio hacia todos sus clientes”.

Este comunicado cuenta la historia bastante bien, pero esconde el tema central. El problema no son los quiebres de stock en medio de la crisis. El verdadero problema, el de fondo, es que no hay plata para sostener un incremento de mercado a pérdida. Es que a pesar de que el Gobierno sostiene que financiará obras como el Gasoducto Nestor Kirchner con “fondos del tesoro”, la verdad es que no hay un mango ni para hacer entrar insumos como los reactivos químicos para los test clínicos, o autopartes para la producción automotriz (industria con la que Alberto y Kulfas se sacan fotos).

La noticia no son los combustibles

Entonces, YPF aumentó los precios en línea con Shell y Exon, perfecto, pero esa no es la noticia. La noticia hoy es que el Gobierno empieza a chocar contra la realidad, ya no hay con que bancar este sistema de distorsiones. Se van rompiendo los cuentos, estrellados contra la ineluctable realidad. No hay más un mango. A YPF le pasó lo mismo que le pasa al pobre productor de fideos al que obligan a vender por debajo del costo, tuvo que aumentar porque no tiene con que bancar, mándenle una foto a Feletti. El momento del sinceramiento será doloroso para todos.  

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