Luego de la propuesta de las autoridades de la Cooperativa Eléctrica de Concordia de que esa empresa sea autorizada a comprarle la energía directamente a la represa de Salto Grande, en caso de que el gobierno nacional avance con la desregulación plena del sistema, el ingeniero Federico Schattenhofer, consultor independiente en materia energética, envió una columna a Redes de Noticias con elementos para la discusión del tema.
Mercado eléctrico: ya que quieren liberar, dejennos comprarle a Salto Grande
«El dilema entre lo ideal y lo posible»
Compra directa a SG Vs Remuneración justa con regalías y excedentes bien asignados.
Sobre esta cuestión se está produciendo una confusión entre dos conceptos que son completamente distintos. Ellos son la “Centralización” y la “Regulación”” y sus respectivos opuestos “Descentralización” y “Desregulación”.
En efecto la centralización está relacionada con la configuración física de los sistemas eléctricos mientras que la regulación esta relacionado con el modelo económico que se aplica para manejar o administrar esos sistemas.
Vayamos por el primero. El sistema eléctrico en Argentina era “descentralizado” cuando existían usinas en cada ciudad o región que generaban y abastecían a una determinada zona de influencia. Poe ejemplo en Concordia alguien que peine canas seguramente recordara las usinas de Alberdi y Rivadavia, Salta y San Juan (hoy UTN) y la de calle Chile y Dr. Saure. Así funcionaba el sistema con pequeñas usinas (algunas no tanto) instaladas a lo largo y a lo ancho de todo el país. Técnicamente también se las suele conocer como islas Eléctricas.
En el año 1948 el entonces presidente Juan Domingo Perón, inspirado tal vez en algunos países europeos, decidió cambiar este sistema y encomendó a la empresa Agua y Energía el proyecto y ejecución de una red de alta tensión que interconecte todo el país. A esa red se conectarían todas las grandes generadoras (algunas todavía en etapa de proyecto como SG) aportando su producción y de esa misma red tomarían la energía que necesiten todos los usuarios del sistema. Esto es un sistema “centralizado” y se pensó como el mas adecuado para un país con las extensiones geográficas de la Argentina. Lo cierto es que esa interconexión recién se termino de concretar casi totalmente en el año 1978 cuando también se puso en marcha la represa binacional de Salto Grande. Y decimos casi totalmente porque el sur de nuestro país se terminaría de interconectar varios años después.
Pasemos ahora al concepto de regulación. Está relacionado con el modelo económico mas adecuado para administrar un negocio. Cuando el servicio se presta bajo una forma de monopolio (natural en una parte del sistema eléctrico) es conveniente que exista “Regulación” para evitar que el monopolista, haciendo uso de su posición dominante, cometa excesos con los usuarios. Conviene regular se dice. En cambio, cuando las producción o servicio pueden realizarse en forma de “Competencia” conviene “desregular” para que las distintas empresas compitan por ser más eficientes y obtener de ese modo un mejor precio para el usuario.
El sistema eléctrico argentino, bajo ese modelo centralizado que explicamos, tiene tres etapas perfectamente definidas: Generación – Transporte – Distribución. La primera etapa se maneja (o debería al menos debería según la Ley) bajo un formato de competencia, mientras que el transporte y distribución por sus características (no pueden competir varias líneas en una vereda), constituyen monopolios naturales que son regulados por sus respectivos entes.
La generación compite en el mercado declarando sus costos mas eficientes para determinar los precios estacionales bajo un sistema marginalista, que no es necesario detallar en esta instancia, y a ese precio pone su energía en una “bolsa común” podríamos llamarla. Pero también la generación puede celebrar contratos directos con distribuidores o grandes usuarios pactando precios libres entre las partes. Esta posibilidad les está vedada a algunas centrales estatales como las hidroeléctricas binacionales entre ellas SG que solamente pueden poner su producción en esa “bolsa común”.
Sin embargo, en condiciones normales la situación de Salto Grande era muy beneficiosa porque con ese sistema marginalista que mencionamos el precio que cobraba superaba ampliamente sus costos de producción y de esa manera se generaban importantes regalías (porcentaje de facturación) y los excedentes (diferencia entre precios y costos) proporcionaban importantes ingresos. Para tener una idea de magnitud los ingresos por excedentes mensuales equiparaban a un presupuesto municipal de igual periodo. Si esas regalías y excedentes fueron bien utilizadas es materia de otra discusión.
Esta situación de bonanza se terminó en el año 2004 cuando con la Resolución Nº 406 de la Secretaria de Energía de la Nación se excluyó a las centrales binacionales del sistema marginalista asignándole un precio según el “valor del agua” entre otras cosas, que dista mucho de ser el que cobran las demás generadoras. Una más de las tantas distorsiones que sufrió el sistema luego de la caída de la convertibilidad y que buscaban obtener un menor precio de la energía para el conjunto. Después vendrían los subsidios. Así terminamos.
Cuando se habla de compra directa a Salto Grande la única alternativa que se vislumbra es la de celebrar contratos (modificando la Ley) pero hay que analizar a qué precio podría ofrecer su energía. Seguramente al precio del “valor de agua” de hoy no. Y esto porque se sabe que a ese precio ni sus costos cubre y también sabemos se esta en un proceso crediticio importante para la renovación de sus activos. Todo ello elevaría ese precio. Pero aun si ese precio fuese conveniente hay que tener en cuenta que regalías y excedentes serian exiguos.
Quizás sea más conveniente que al menos paulatinamente recupere el nivel de remuneración para que se generen regalías y excedentes y que esta vez sí sean utilizados de modo más eficiente. Y aca hay que ser contundentes: “Regalías en especie” para reducir tarifas y “Excedentes” para aplicar al desarrollo regional. Esto es algo perfectamente realizable o posible como dice el título de este artículo.
Igualmente, antes de embarcarnos en aventuras hay que realizar un análisis profesional de cuál sería la opción más conveniente. En la represa y en las distintas instituciones de la ciudad existen profesionales para llevar adelante un estudio de ese tipo y elaborar una propuesta que sea la mas conveniente y posible para la ciudad y la región.
Mg. Ing. Federico Schattenhofer
Mat. Prof. N 41496