Durante la mañana de este miércoles, declaró el empresario Héctor Daniel D’Ambros, una de las personas que se estuvo presente durante los momentos más álgidos de la supuesta toma de la Jefatura y también en la firma del acuerdo en la noche del lunes 9.
En su testimonio, aseveró que lo ocurrido se trató de un reclamo salarial llevado adelante por “los muchachos”, como se refirió en todo momento a los uniformados que protagonizaron los incidentes, y que la Jefatura había sido copada de manera defectuosa. Además, aseguró que la responsabilidad por lo sucedido fue producto de “errores” que endilgó a los políticos y funcionarios, sobre los que también dijo que están acostumbrados a sólo escuchar aplausos.
También cargó contra los comerciantes que fueron expulsados a los golpes de la puerta de Jefatura durante la madrugada del lunes ya que, aseveró, estos “no fueron a hablar como tenían que hablar, fueron medio de pesados. Hay momentos de hacer valer el carácter y otros no. El que iba a gritar, iba a agravar la situación”. Por eso, él apeló a la estrategia de hablar “bajo” y tratar de “no contradecir a nadie” de los manifestantes.
Apelando a su experiencia como integrante de la fuerza federal, de la que dijo egresó en 1977 y permaneció durante 10 años aunque aún hoy se siente parte, aseguró que la Jefatura “si fue tomada, estuvo mal tomada” ya que podía haber sido liberada por un grupo bien entrenado de no más de 15 personas, incluso infiltrando personal de civil “de Inteligencia, con pelo largo”. Esta afirmación forma parte también de la estrategia de la defensa de los acusados, en especial del Dr. Enrique Bacigaluppe, quien suele argüir que si se hubiese ordenado a la Guardia de Infantería despejar la sede policial, lo hubiese podido hacer sin demasiado esfuerzo.
Con ayuda de la Fiscalía, y luego de la advertencia del Tribunal de que podía quedar incurso en falso testimonio si era remiso en aportar datos, recordó cuando llegó un móvil de Gendarmería y otro de Prefectura a las inmediaciones de la sede policial. Relató que los manifestantes se abalanzaron sobre los vehículos y reconoció un elemento que aportó en su declaración durante la investigación penal preparatoria que no tenía fresco al momento de declarar ante el Tribunal: en su carrera hacia los móviles de las fuerzas policiales, del grupo de policías y familiares se escuchó el grito “vamos a darlos vuelta”, algo que finalmente no ocurrió.
“Tomaron (la presencia en la zona de los vehículos) como si los iban a reprimir a ellos”, consideró, luego de reconocer que en el suceso, mientras mediaba para evitar que sus ex camaradas fueran golpeados, recibió algunos empujones.
Según sus dichos, lo que ocurrió en la sede de Cafesg durante las conversaciones entre el Gobernador Urribarri y los referentes de los policías amotinados fue “una negociación salarial”. Sin embargo, reconoció que no es normal que negocie de manera directa el primer mandatario provincial con personal de bajo rango, como un cabo, o un sargento, pero afirmó que esto sucedió porque “faltó todo lo demás”, en relación al accionar defectuoso de la estructura del Estado y sus funcionarios para contener el reclamo. También precisó que “absolutamente” hubo “rotura de la cadena de mando.”
En torno a esto, dijo que si hubiera habido presión sobre Urribarri “no habría firmado el acuerdo”, como efectivamente hizo.
Finalmente, dejó algunas apreciaciones personales.
Consideró que el suceso policial de 2013 en Entre Ríos era similar al que vivieron Gendarmería y Prefectura en 2011, cuando un planteo salarial llevó a integrantes de esa fuerza a copar los edificios Centinela y Guardiacosta, sedes de la cúpula de cada una. Sin embargo, diferenció que en aquella ocasión “sacaron a 12 generales” de las fuerzas federales.
Y también opinó que el jefe de una estructura de seguridad “no puede estar más de tres o cuatro años”, dado que se desgasta la relación con la tropa y en obvia referencia a Héctor Massuh que llevaba casi 10 en el cargo al momento de los incidentes. “Por más que sean los mejores de la historia, hay que decirles gracias y andá a tu casa a cocinar”, concluyó.
