La Justicia determinó que el joven que degolló a su hermana de 9 años en 2014, lo hizo bajo «pensamientos salvadores de tipo místico». Alertan por los pacientes psiquiátricos sin la adecuada asistencia en el norte provincial.
Las maestras de una escuela de Feliciano, por los múltiples roles que muchas veces cumplen en un aula, habían advertido que uno de sus alumnos tenía un grave problema psiquiátrico, pero poco se pudo hacer al respecto. Poco después, este joven causó estupor en toda la comunidad de la ciudad del norte entrerriano: se llevó a su hermana de 9 años a un descampado y la degolló.
Fue el 24 de septiembre de 2014 en la zona del ejido este de Feliciano. Aquella mañana, en una casa humilde de la zona rural, el adolescente que entonces tenía 17 años se levantó violento. Discutió con su familia, agarró una cuchilla, su madre y su hermano mayor intentaron calmarlo, pero estaba tan fuera de sí que los lastimó. Luego la agarró a su hermana menor, se la llevó a un lugar alejado y le cortó el cuello de lado a lado.
La Fiscalía ordenó la detención y el traslado del muchacho al hospital Masvernat de la ciudad de Concordia. Allí estuvo internado, fue medicado y analizado por profesionales de la psiquiatría.
Las pericias fueron concluyentes respecto de su padecimiento mental, y la fiscal María Beatriz Garrahan sostuvo que el joven no se encontraba en condiciones psíquicas de distinguir lo lícito de lo ilícito, y que actuó con «pensamientos salvadores de tipo místico». Por esto dispuso que permanezca al resguardo de los organismos pertinentes, bajo un tratamiento continuo y por el tiempo que se considere necesario.
Con ese diagnóstico la fiscal resolvió la inimputabilidad del menor y remitió la causa al Juzgado de Familia y Penal de Menores y Adolescentes de Feliciano a cargo de Betiana Céparo, para que disponga las medidas necesarias del caso.
Como era menor de edad cuando cometió el crimen, el joven quedó a disposición del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), y al cumplir la mayoría de edad se lo debía alojar en una institución de salud mental para mayores.
En la investigación del hecho se supo que las docentes de la escuela adonde asistía el chico habían notado en su conducta un padecimiento mental. La asistencia psiquiátrica tanto al joven como a su familia fue muy precaria, incluso no se sabía si estaba medicado de manera adecuada.
Una semana después ocurrió otro episodio similar en Feliciano, que no fue conocido porque se pudo actuar a tiempo: un joven se subió a un árbol con la hermana con las peores intenciones, pero la Policía salvó justo a la niña.
La fiscal Garrahan investigó las características de la población de Feliciano y advirtió varios casos de pacientes con necesidades de atención a su salud mental. Por esto elaboró un informe que elevó a la Procuración General del Ministerio Público Fiscal de Entre Ríos planteando algunas preocupaciones y propuestas.
Al respecto, la funcionaria explicó: «Es necesario dotar a las instituciones existentes en el Departamento de personal especializado y de espacios para contener a menores con necesidades de tratamientos especiales, a familias que necesitan un tratamiento integral, en conjunto, de seguimiento de pacientes que necesitan un tratamiento psiquiátrico».
Esta realidad se observa en todos los ámbitos que considera deberían ser reforzados: «Para las distintas áreas, no solo Salud y el Copnaf. Los que están trabajan con mucho esfuerzo y vocación, pero no alcanza. Es necesario personal con capacitación para contener, atender y seguir a personas con problemas de violencia o delitos», aseguró Garrahan, informó UNO.
La fiscal concluyó que hay que ponerse al día de acuerdo al crecimiento que ha tenido la localidad: «Feliciano creció en población, en infraestructura, lo que llevó a que mucha gente se radicara en la ciudad. Es un Departamento con más de 3.400 kilómetros cuadrados, que tuvo un crecimiento demográfico y a su vez crecieron los conflictos y todo de modo proporcional».