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«Derrumbe cero» o la decisión de no quedarse mirando para otro lado

Agustín Woinilowicz escribió «Derrumbe Cero», un libro que habla de Rugby, un libro que habla de lealtad, un libro que habla de la decisión de rever los propios errores, de mirarse al espejo con valentía. Personalmente pienso que el Rugby es un deporte maravilloso con principios que pueden hacer mejores a quienes lo practican. La valentía de Agustín al levantar un tema tan incómodo como el derrumbe en el scrum y que ha generado tanto daño, resignificándolo y dejándonos ver que lo que falta ahí es lealtad, es otra prueba más del valor de este maravilloso deporte.

Derrumbe cero es hoy una realidad dinámica, un movimiento que incluye a todo el Rugby.

Agustín Woinilowicz es uno más de los miles de jugadores de Rugby que hay en Argentina. Porque aunque uno no juegue más, sigue siendo jugador hasta el último aliento, porque el Rugby es un deporte que cala en el alma de quien lo vive.

En los últimos años ha pasado de todo alrededor del Rugby en Argentina, muchas de las cosas que han sucedido, han llevado a que todo el mundo de este deporte se planteara seriamente si no había que revisar algunas de las posiciones que teníamos tomadas y considerábamos pétreas e inamovibles. El Rugby era para nosotros un deporte virtuoso sin discusiones. Muchos acontecimientos nos pusieron de frente a una realidad que no coincidía con esa visión definitiva, sino que nos devolvían una imagen que nos duele, pero ante la que no nos podíamos hacer los distraídos.

Lealtad

Es difícil resumir en una breve reseña todo lo que Agustín vuelca en su libro “Derrumbe cero”, que recomiendo seriamente a todos los que practican este maravilloso deporte, y a todos los que han tenido la iniciativa de hablar tanto conociéndolo tan poco. Pero lo cierto es que toda la argumentación del libro gira en torno a una palabra que está a la base de cualquier solución posible: lealtad.

La cantidad creciente de lesiones medulares y cervicales que se fueron verificando en los últimos años, llamó la atención de muchos y derivó en modificaciones al reglamento que sin dudas tienen su valor y eficacia. Pero lo que Agustín Woinilowicz vio con claridad, fue algo más: La dirigencia podía introducir todas las modificaciones reglamentarias técnicas que se les ocurriera, pero si no había un cambio fundamental en la enseñanza de los principios que rigen la buena practica de este deporte, todas esas medidas serían a la larga inútiles. Como ex jugador, se por experiencia que prácticas como el derrumbe en el scrum, son viejas mañas enseñadas hace mucho tiempo sin mala intención, pero cuyas consecuencias han ido más allá de lo tolerable. Es solo a través de la enseñanza del respeto, que puede alcanzarse el objetivo del “derrumbe cero” en el scrum, de las “lesiones graves cero”, de la “violencia cero”.

“Cuando un pack de forwards marca un try-scrum hay otro

que tiene mi reconocimiento y debiera tener también el reconocimiento del rugby todo. Es el reconocimiento a la lealtad, a

la franqueza, a la buena fe y al respeto a la formación. Es el

saber verse superado pero al mismo tiempo tener la valentía y

el coraje de “morir de pie” sin buscar artimañas y dando batalla hasta el final.”

Sebastián Perasso

En un scrum, sufrir de pie una derrota, es una victoria, es una muestra de lealtad y es cuidarse a uno mismo y al rival.

Agustín levanta con este libro un tema que seguramente ha despertado resistencias e incomodidades, que lo puso en una situación incómoda de frente a quienes no quieren o no pueden cambiar parte de lo aprendido. Por eso considero de enorme valor que un tipo solo, cansado de ver reseteos en una formación en la que la gente se termina jugando inútilmente la vida, haya decidido levantar la mano y dejar de mirar al costado.

Recomiendo seriamente la lectura de este excelente libro que ha llegado a mis manos, a aquellos que tienen la responsabilidad de guiar a nuestros jóvenes en el aprendizaje de este juego, a aquellos que lo juegan y a aquellos que simplemente desean conocer con mayor profundidad las dinámicas que mueven a este deporte de «principios». Cada página vale la pena.

“Pienso que siempre se gana por el cumplimiento estricto de las reglas, y si no sirven, entonces hay que buscar la manera

de reverlas para que éstas funcionen para que el juego continúe y sea siempre pensando en los jugadores, abarcativo y seguro para todos.” 

Agustín Woinilowicz

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