El gobernador, Rogelio Frigerio, recibió a los directivos del grupo empresario JBS, de Brasil, interesado en invertir y producir en Entre Ríos. Acompañado por el embajador en ese país, Daniel Scioli, expuso las potencialidades de los puertos de la provincia y de las cadenas avícola y porcina. En 2012, el grupo le vendió al gobierno de Entre Ríos y un grupo de cooperativas locales en u$s 16,5 millones el frigorífico San José que diez años antes Swift había comprado en u$s 3,3 millones. Más recientemente vendió a su rival y compatriota Minerva todas sus operaciones en la Argentina, Uruguay y Paraguay, en medio de otra polémica.
El grupo empresario JBS es en la actualidad el más importante de Brasil y uno de los líderes mundiales en la producción de proteínas. Tiene presencia en 150 países, 280 mil empleos y desarrollo en el sector de alimentos, energías y minerales.
“Entre Ríos tiene todo lo necesario para convertirse en protagonista regional de la producción de proteínas y además cuenta con puertos para facilitar la salida de lo producido hacia el mundo”, dijo Frigerio luego del encuentro realizado en Casa de Entre Ríos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El mandatario agregó, que además analizaron con Scioli “la posibilidad de vender cítricos dulces, sobre todo mandarinas a Brasil”, algo en lo que continuarán trabajando ya que “hay que salvar algunas trabas”.
Por su parte, Scioli agradeció al gobernador por el encuentro y destacó el peso que tiene la empresa brasilera a nivel mundial.
EL GRUPO JBS EN ENTRE RIOS
La multinacional brasileña JBS, en su momento el mayor productor mundial de carne bovina, en mayo de 2012 vendió una de sus unidades instaladas en el país. La compañía informó en un comunicado enviado a la Bolsa de Valores de Sao Paulo que vendió la unidad por u$s 16,5 millones a un grupo de cooperativas locales y al Gobierno de Entre Ríos.
La planta procesadora de carne de San José había sido adquirida por JBS en 2006 y estaba desactivada desde 2009. «JBS se esfuerza en viabilizar sus operaciones en la Argentina buscando atender sus clientes en el mercado interno y externo de la mejor manera, dentro de las reglas fijadas por las autoridades», dice el comunicado.
La firma que se hizo cargo del frigorífico es una sociedad anónima en la que el Estado tiene el 85% de las acciones, y la cooperativa de productores del Montiel y los empresarios ganaderos y avícolas el 15%. Fue adquirido mediante la obtención de un crédito del bicentenario del Gobierno nacional por $ 70 millones.
La planta frigorífica, ubicada en San José, cerca de Colón, es la de mayor capacidad instalada de la provincia. Llegó a emplear a más de 500 trabajadores y a faenar cerca de 600 cabezas de ganado bovino por día, y su cierre en septiembre de 2010 implicó que parte de la producción entrerriana se termine faenando en otras provincias.
Más acá, en junio de 2017, JBS volvió a ser noticia. Una noticia publicada por el sitio Bichos de Campo, con la firma de Alejandra Groba, daba cuenta de que «la brasileña JBS, la mayor empresa de carnes del mundo, no para de producir noticias. A días de haber puesto en jaque la presidencia de Michel Temer y a más de 1.800 funcionarios al presentar documentos que probarían casos de corrupción, ahora acaba de anunciar que vende sus operaciones en la Argentina, Uruguay y Paraguay a su rival y compatriota Minerva. La operación involucra US$ 300 millones, de acuerdo con la nota presentada hoy en la Bolsa de Sao Paulo».
“La compañía pretende utilizar los recursos obtenidos con la transacción para bajar su apalancamiento financiero”, señaló JBS. “El precio está sujeto a un ajuste en el valor equivalente a la diferencia entre el capital circulante y la deuda a largo plazo de las sociedades en la fecha de cierre, cuyo valor estimado el 31 de marzo de 2017 era positivo por aproximadamente 40 millones de dólares,” agregó.
En la Argentina, JBS es el mayor grupo frigorífico desde que, en tiempos de Néstor Kirchner, comenzó a comprar plantas en el país, igual que su compatriota Marfrig, en medio de un panorama que parecía más que prometedor para la ganadería argentina, de una calidad reconocida a nivel mundial.
JBS compró seis frigoríficos exportadores: la emblemática planta de Swift, en Gobernador Gálvez (Santa Fe), San José (Entre Ríos), Consignaciones Rurales (Berazategui, Buenos Aires), Col-Car (Colonia Caroya, Córdoba), CEPA Pontevedra (Buenos Aires) y CEPA Venado Tuerto (Santa Fe). En 2016, con esa sola planta, exportó casi el 11% del total de carnes (enfriadas, congeladas y menudencias) del país.
Más tarde, durante el mandato de Cristina Kirchner y tras la feroz liquidación de hacienda a la que llevó la política de Guillermo Moreno, vendió San José y cerró las demás plantas salvo la de Swift.
En total, con las que le quedan, JBS tiene una capacidad de faena de unas 5.000 cabezas. Pero incluso con las cerca de 2.000 que tiene en Swift es hoy (2017) el grupo con mayor faena en la Argentina.
Luego de la venta aprobada por el Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil, el mayor grupo cárnico argentino pasó a ser Minerva.
La planta de San José pudo venderla muy bien en un muy mal momento, por unos US$ 17 millones (diez años, antes Swift la había comprado por US$ 3,3 millones), a un emprendimiento mixto entre el Estado de Entre Ríos y un grupo de ganaderos y empresarios de la provincia (en una proporción 85-15%, respectivamente), que tomaron un crédito de la ventajosa línea del Bicentenario. En Entre Ríos bromean: dicen que San José, como Santa Elena (el frigorífico desfalcado en los 90), “de santos no tienen nada”.
VENTA CON ESCANDALO
JBS Handels GmbH, controlada por JBS SA, gestionó la venta de las unidades del grupo brasileño ubicadas en los tres países, a las empresas Pul Argentina SA, Frigomerc SA y Pulsa SA de Minerva.
La venta de dichas operaciones de JBS se produce tras su controladora J&F cerrar un acuerdo de lenidad de $10,3 mil millones de reales (US$3,1 mil millones) con el Ministerio Público Federal de Brasil. Este acuerdo surgió por la participación de ejecutivos de JBS tanto en actos de corrupción así como en el pago de propinas a figuras políticas.
El holding J&F informó que pagará la multa pero que, subrayó, no afectará los accionistas minoritarios ni JBS.
La agencia de noticias Reuters comunicó en mayo que JBS y su controladora habrían contratado un banco para vender las unidades del grupo ante este escándalo de corrupción, buscando así mismo levantar capital. J&F negó en esa entonces que haya contratado bancos con este fin.