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Detuvieron por falso testimonio a testigo de un juicio por un crimen

Un inspector de tránsito municipal fue detenido por sus contradicciones en las declaraciones que brindó en el juicio que se investiga el crimen de Miguel Ignacio Albornoz. En la segunda audiencia los declarantes desligaron a los imputados aunque con incoherencias. También se volvió a escuchar que el fallecido robaba en el barrio y generaba conflictos por su conducta.

Se llevó adelante la segunda jornada de la audiencia que se realiza para esclarecer la responsabilidad de Cristian Andrés Beauchamps, alias Mono, de 30 años, y su hermano Rubén Raúl Beauchamps, de 34 años, ambos imputados del delito de homicidio. La víctima del caso es Miguel Ignacio Albornoz, alias Mogolo, muerto en barrio Santa Rita de Paraná el 16 de enero de 2012 a la noche.

Las testimoniales desligaron a los imputados al ubicarlos fuera de la escena del hecho. Sin embargo, varios de ellos ofrecieron testimonios contradictorios, no sólo con los de otros declarantes, sino que incurrieron en discordancias con respecto a sus propios dichos. En este sentido, el Tribunal de la Sala II en la Cámara del Crimen –integrado por Alejandro Grippo, Elisa Zilli y Marcela Badano–, hizo lugar al pedido del fiscal coordinador Rafael Cotorruelo, y ordenó la detención de Carlos Ramón Motta, inspector de tránsito, por la comisión del presunto delito de falso testimonio en flagrancia, cometido durante una audiencia pública. Así, a pesar de la oposición de Walter Rolandelli –defensor de los hermanos Beauchamps–, que señaló que los dichos de Motta no refirieron directamente al hecho que se investiga y sí a una reunión de comisión vecinal que se realizó en la casa de César Altamirano, en barrio Mosconi III, donde habría estado al menos uno de los imputados, el Tribunal decidió que el testigo sea investigado por el mencionado delito.

BENEFICIADO

Rubén Raúl Beauchamps salió mejor parado que su hermano. Esto fue así porque tres testigos dijeron que lo vieron la noche del crimen tomando mate con una vecina. Ángel Javier Giménez, su pareja Rosa María Cabrera; y Claudia del Carmen Pasquet, sostuvieron esta versión. Ésta última era la persona que supuestamente estaba tomando mate con el imputado, en la puerta de su casa, tal como lo aseguró ayer. Todos coincidieron en que Beauchamps y Pasquet estuvieron desde las 21 y hasta las 23 tomando mate y charlando. También coincidieron en que Albornoz robaba en el barrio, incluso Cabrera respondió a la pregunta sobre qué se comentaba en el barrio del crimen de Mogolo, que “era un chorro al que lo mataron”. Los testigos aseguraron que Beauchamps no se movió del lugar en ningún momento.

DUDAS

Cristian Andrés Beauchamps no logró atravesar la jornada con la calma con la que la pasó su hermano. Esto fue así porque los testigos que sostuvieron que el día del crimen estuvo en una reunión de la comisión vecinal de barrio Mosconi III incurrieron en serias contradicciones e inexactitudes que generaron fuertes dudas en el Tribunal.

El primero en declarar fue Sergio Rolando Rodríguez, agente del Servicio Penitenciario que era presidente de la comisión vecinal de Mosconi III y dijo que conoció a Mono Beauchamps en la casa de Altamirano donde se realizó la reunión. Rodríguez se vio en serias dificultades para explicarle al Tribunal porqué Cristian Andrés Beauchamps estaba en la reunión si no pertenecía al barrio, y por qué llegó a prestar declaración ante el juez de instrucción. Respecto a esto último, tras varios titubeos reconoció que fue porque Altamirano se lo pidió. También dijo que reconoció al imputado cuando fue identificado tras su detención y posterior alojamiento en la Unidad Penal Nº 1.

Por su parte Motta, que era miembro de la comisión vecinal, dio horarios totalmente distintos de los que dio Rodríguez y dijo que ambos hermanos estaban en la reunión, adonde llegaron a las 17, según afirmó ayer. También disintió en el motivo de la convocatoria a la reunión, ya que dijo que era por temas como asfalto, luminaria y otras generalidades, pero no dio cuenta de un grave hecho relacionado con un intento de violación que habría sufrido una chica, lo que motivó el encuentro, tal como sostuvo Rodríguez.

A su turno, Altamirano sostuvo que Cristian Beauchamps estuvo en su casa arreglando el embrague de su auto y como tenía que arreglar el motor del auto de su suegro, se quedó en su casa hasta el día siguiente, lo que motivó que participara de la reunión de la vecinal. Altamirano aseguró que Rubén Beauchamps no estuvo en la reunión y sólo pasó a las 24 a buscar a Mono. En esto disintió con Motta, que dijo que los hermanos estuvieron todo el tiempo en la casa de Altamirano.

 

CAREO

 

Antes de ser detenido, Motta se careó con César Daniel Altamirano porque ofrecieron testimonios que se contradecían entre sí, aunque ambos beneficiaban a Cristian Andrés Beauchamps. Fiscalía pidió el careo para que aclararan si Altamirano le pidió a Motta que declarara a favor del imputado y si en la reunión de comisión vecinal estuvieron los dos hermanos, como sostuvo Motta (que luego se desdijo y motivó su detención) o sólo Mono Beauchamps como aseguró Altamirano. Ambos se mantuvieron en sus dichos, pero Motta se llevó la peor parte.

 

MEMORIAS

 

Al Tribunal le llamó la atención la exactitud de los testigos para recordar algunas situaciones y no otras. Fue llamativo que recordaran la fecha del crimen y lo que hicieron ese día, pero no lo que hicieron días antes o después del hecho. Giménez detalló la ropa que tenía Cristian Beauchamps mientras tomaba mate con su vecina. Adujo que le prestó atención porque le robaron dos veces y desde esos incidentes se fijaba en la ropa de desconocidos que andaban en el barrio. Lo que no explicó es que Beauchamps no era un desconocido sino un vecino suyo. Cabrera dijo que recordaba la fecha porque el 30 de enero era el cumpleaños de su hijo y estaba en los preparativos del aniversario.

 

 

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