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El consenso se basa en las miradas contrapuestas

Por Mariano Giampaolo, precandidato a intendente Frente Para la Victoria 

Giampaolo

El mundo de hoy, pero principalmente los grandes desafíos de nuestra sociedad, derivados del crecimiento sostenido desde 2003 necesitan de ideas, de proyectos, de una praxis política nueva y orientada al pueblo y no más a las corporaciones.

Necesita de una forma de construir más cerca de la administración y la gestión. Y más lejos de caudillismos. Con más diálogo intergeneracional y menos verticalidad. Con menos conductas y traiciones pendulares y más trabajo de equipo.

Nuestro movimiento justicialista, tiene una historia signada por la diferencias. Las que históricamente fueron trágicas pero a la vez enriquecieron la doctrina. Diferencias que, paradójicamente, separaron para unir. Dividieron para amalgamar. Diferencias que, hemos aprendido a asimilar… en pos de un bien mayor.

Nuestro espacio no sólo superó esas contradicciones sino que, además, aprendió a nutrirse de ellas. A fortalecerse, a crear y a gestionar. Gracias a eso pudo amalgamar voluntades y sectores sociales que de otra forma no nos hubieran acompañado.

Sectores que ayudaron a concretar una etapa de crecimiento socioeconómico inaudito, desde 2003, en el País, en la Provincia y en la ciudad de Concordia. Crecimiento de la sociedad, del vecino, de las empresas y no de sectores concentrados de la economía. Porque este proyecto tiene claro, como pocas veces en la historia, que las hegemonías, las concentraciones, atentan directamente contra el vecino.

Crecer desde la diversidad. No significa vivir en una interna como sucede a otras fuerzas, para eso existe la conducción de un movimiento, la que claramente lleva adelante Sergio Daniel Urribarri. Ahora bien, cuando dentro de un proyecto hay dos miradas diametralmente opuesta de una ciudad deben dirimirse en el más sagrado de los escenarios y con los códigos y márgenes de la política bien entendida.

Hoy nos enfrentamos a esa dualidad. En Concordia, existen dos miradas de cómo continuar este proceso virtuoso de construcción. Ninguna de las dos puede ganar sin el apoyo de URRIBARRI.

Una es cortoplacista y efectivista, donde no importan el cómo, ni cuando mientras que se mantenga el poder, donde las miradas de mediano plazo y más profundas ceden ante el marketing y la puesta en escena. Donde si hay que cambiar el rumbo o incluso el partido para ganar, se cambia.

Nuestro espacio en cambio, cree y así lo ha demostrado con su conducta que el camino “no es el más corto”, que los cambios verdaderos vienen de la mano del esfuerzo, del trabajo en conjunto, del escuchar al otro, de involucrar nuevos actores a la política para empoderar a una sociedad que se involucre en la construcción de la ciudad y en el combate de los desafíos que nos depara una sociedad cada vez más compleja.

Por ello no buscamos “bendiciones”, solicitamos que en el marco de las PASO podamos compulsar políticamente nuestra idea de ciudad, no importa el resultado, al fin y al cabo quien gana conduce y quien pierde acompaña. No se trata de si nos bajamos o no, se trata de acordar que es necesaria la generación de un ámbito político donde poder brindarle al vecino la posibilidad de expresarse.

 

 

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