La novela interminable de la reunión de Guzmán con la Oposición terminó en nada. Los presuntos puentes conciliatorios de Morales se revelaron inexistentes. El Ministerio de Economía termino ignorando a todos los referentes opositores y generando un escándalo. El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se había mostrado escéptico desde el primer momento ante la presunta intención de diálogo del Gobierno Nacional.
Desde todos los sectores de Juntos por el Cambio salieron al cruce luego del desplante. Horacio Rodríguez Larreta aseguró que «estábamos con toda la predisposición de participar los gobernadores y jefes de bloques».
Igualmente, el jefe de gobierno porteño no dejó pasar la oportunidad de apuntar a la Casa Rosada y sostuvo que «más importante que una reunión es que tengamos un plan económico que nos diga cómo la Argentina va a crecer, cómo va a generar trabajo y prosperidad para todos. La negociación con el Fondo es una parte, y posiblemente no la más importante de un plan más integral».
Gerardo Morales, quien se había encargado de arreglar la reunión con el Gobierno, fue el encargado ayer de confirmar la ruptura de los puentes que se habían tendido, cuando sostuvo que «Guzmán no quiere dar cuenta del ajuste que pactó con el Fondo».
Desde la Coalición Cívica, el presidente del partido Maximiliano Ferraro volvió a hacer hincapié en la necesidad de que todo el arco político esté enmarcado en el diálogo, no solo el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. «Si existiere una carta de intención de acuerdo con el FMI su tratamiento en el Congreso debe ser transparente con todas las fuerzas políticas y de cara a la gente», aseguró.
Mario Negri, fiel a su estilo, acusó a los funcionarios de que «solo querían una reunión con la oposición para que los aplaudieran, sin informar nada. Están jugando con el futuro de los argentinos y de continuar así encaminan al abismo a todo el país».
Cristian Ritondo, que al igual que Negri era uno de los que iba a asistir al encuentro, lanzó que «Guzmán juega a las escondidas y continúa postergando la reunión con JxC. No sabemos si lo hace por negligente o porque todavía no elaboró un programa racional, viable y realista para sacar a la Argentina adelante».
Facundo Manes, ya alejado de su rol de neurocientífico y en su papel de diputado, aseguró que «no tenemos un rumbo claro. No tenemos un proyecto estratégico de país. Y, como si eso fuera poco, ahora ni siquiera tenemos diálogo».
La diputada bonaerense Karina Banfi también apuntó contra la gestión oficialista. Aseguró que al Gobierno «no le interesa el diálogo, solo querían una foto para llevar a Washington sin ningún contenido».
El senador misionero Humberto Schiavoni estaba camino a Buenos Aires con el objetivo de participar de la reunión. Por eso es que también se despachó contra el desplante, y sostuvo que «con menos de 24 horas de anticipación nos enteramos que el oficialismo suspendió la reunión con Guzmán. Otra prueba más de que los llamados al diálogo del kirchnerismo son solo para discursos».
Mientras tanto, la coalición opositora se reordena en su espacio institucionalizado de diálogo interno. Este mediodía se llevaba a cabo la reunión periódica de mesa nacional, donde participan los principales referentes del espacio. Algunos lo hacían de manera virtual y otros desde el comité nacional de la UCR.