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El Gobierno debe enfrentar la tarea de eliminar subsidios

Ante las exigencias del FMI, el Gobierno se ve obligado a eliminar subsidios en un país ya apremiado por tarifas congeladas. El Organismo internacional espera también una reducción de la inflación con medidas monetarias y un aumento de las reservas. Más que la sábana corta, Argentina tiene un pañuelito. Si se dejan congeladas las tarifas del 50% de la población, para reducir subsidios el resto debería enfrentar subas de entre 100% y 220%

Energía

El gobierno viene prometiendo desde mediados del año pasado avanzar con un aumento segmentado de tarifas para ponerle un freno al crecimiento de los subsidios. Sin embargo, hasta el momento no dio precisiones sobre a quienes alcanzarían las subas y de cuánto podría llegar a ser el aumento para quienes no formen parte de los sectores considerados vulnerables. La consultora Analytica avanzó en esa dirección al elaborar un modelo que permitiría reducir los subsidios un 0,7% del PIB con aumentos que van del 100% al 220%, pero sin tener que aumentarle al 50% más pobre de la población.

El informe comienza detallando que el atraso tarifario de los últimos dos años permitió modificar la estructura de consumo de las familias, ya que las boletas de luz, gas y agua pasaron de representar un 7% del gasto de los hogares en 2018 a un 3% en 2021. La contracara de ese proceso fue el incremento sostenido de los subsidios que en los últimos dos años treparon del 1% al 2,7% del PIB. Esa suba de subsidios impactó en el déficit fiscal, el cual ahora tiene que empezar a ser recortado como parte de la negociación con el Fondo Monetario Internacional para refinanciar los vencimientos de deuda de 2022.

Analytica sostiene que si el gobierno decidiera desandar el camino de incremento de subsidios y llevar las tarifas domiciliarias de luz, gas y agua a los niveles vigentes en el comienzo de su gestión, en diciembre de 2019, debería aplicar un ajuste superior al 100% que, si se implementara de una vez y para todos, implicaría 14 puntos más de inflación, ubicando el índice en la zona del 65% anual.

La propia consultora reconoce que esa medida es “claramente insostenible desde lo social y pone a la economía al borde un cambio de régimen inflacionario”. Es por ello que propone avanzar con una segmentación tarifaria que minimice el impacto inflacionario, permita un ahorro significativo en subsidios y mantenga el poder adquisitivo de las familias vulnerables.

“Nuestra propuesta es eficiente desde el punto de vista distributivo porque no castiga a los sectores más vulnerables y además permite avanzar con un ahorro fiscal significativo de cara a lo que va a pedir el Fondo, que no afecta partidas sensibles como jubilación y obra pública”, aseguró a EconoJournal Ricardo Delgado, presidente de la consultora Analytica.

La propuesta

El modelo que propone Analytica consiste en mantener sin cambios las tarifas del 50% más pobre de la población e incrementarle al otro 50% un 155% en promedio, con variaciones entre los distintos deciles. Por ejemplo, el sexto decil pagaría un aumento de 100% y el decil de mayores ingresos una suba de 220%. De este modo, el monto destinado a las tarifas de luz, gas y agua seguiría representando el 3,5 por ciento del gasto del 50% de los hogares más pobres, pero treparía a 7,9% promedio en el 50% más rico, elevando el gasto global promedio al 6,2%.

En cifras absolutas esto significa que el 50% más pobre de la población continuaría destinando 2571 pesos a las tarifas de luz, gas y agua en promedio, mientras que el 50% más rico aumentaría su gasto en esos tres servicios de 3756 a 9800 pesos mensuales en promedio. En el caso puntual del decil de mayor poder adquisitivo hoy destina 4750 pesos por mes en los tres servicios mencionados y con el aumento propuesto pasaría a pagar 15.200 pesos por mes

Si los precios de la energía se mantienen constantes el año próximo, ese esquema de segmentación permitiría concretar un ahorro en subsidios de 0,7% del PIB en un año y significaría un aumento de 2,4 puntos porcentuales en la tasa de inflación del mes en que se implemente.

El impacto en la inflación se modera ya que sólo el 2% del gasto del decil 10 de hogares se destina a electricidad, gas y agua. “Esa escasa porción es importante a la hora de medir su impacto sobre la inflación, porque el relevamiento del IPC se realiza según facturas promedio para los diferentes cuadros tarifarios”, se destaca en el informe.

Dado su elevado nivel de gasto agregado, la actualización de tarifas sobre el 10% de los hogares más acomodados implica un ahorro fiscal de 0,24% del PIB en un año. Al incluir al restante 40% de mayores ingresos, el ahorro alcanza al comentado 0,7% del producto. “La actualización para los segmentos medios y altos de familias de las tarifas de electricidad, gas y agua, que concentran el 70% de los subsidios y cuentan con una ponderación relativamente baja en la canasta alimentaria, es prioritaria”, se remarca en el documento.

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