En horas de la madrugada de ayer, funcionarios del comando radioeléctrico procedieron a la aprehensión de un hombre en la esquina de Alem y Sarmiento.
El delincuente era un viejo conocido del ambiente: Marcos Luciano Aguirre de 25 años, más conocido como «el hombre araña». El joven fue hallado infraganti mientras intentaba ingresar al domicilio ubicado en la mencionada intersección, propiedad de una señora de 71 años.
Tras aprehenderlo se le informó al fiscal en turno, Dr. Lafourcade, quien dispuso el traslado del masculino a la Alcaidía, a disposición de la Justicia.
«El hombre araña» ya había sido noticia el 21 de marzo del 2016, cuando aprovechó que los guardias de la Unidad Penal N° 3 (prisión donde cumplía condena) se abocaron a alimentar a los presos para saltar un muro y huir del lugar. Rápidamente los guardiacárceles se lanzaron a buscarlo, pero la oscuridad dificultó su labor al punto de ser infructuosa.
El joven cumplía una condena de tres años, sentenciada el 6 de junio del 2014 tras ser detenido el 16 de marzo del mismo año y que caducó el 29 de marzo del 2017. Los motivos que lo arrojaron a convivir con los demás delincuentes fueron dos robos menores calificados como robo y hurto, ambos cumpliendo también los delitos de receptación sospechosa de bienes.
El delincuente poseía una contextura física poco frecuente para el ámbito delicitivo recurrente de la ciudad. De 1,81 de altura, su tez blanca, su cabello rubio y sus ojos verdes llamaban la atención en la cárcel, incluso para los propios guardias.
Quizás desencajado de la sociedad, su enorme capacidad atlética lo llevó por mal camino al tiempo que le arrojó el apodo que hoy lo acompaña: fue bautizado como «el hombre araña», tanto por colegas de la delincuencia como por los propios policías que reconocieron que «salta muros con la agilidad de una gacela».
Aguirre había cometido delitos menores con respecto a otros casos de muchísima mayor gravedad instalados en el UP3, y quizás por eso haya logrado forjar una buena relación con los guardias penitenciarios que lo tenían como un caso de buena conducta. De hecho, en su última calificación conductual, realizado en el último trimestre de 2015, fue sindicado con comportamiento «muy bueno».
El 29 de marzo del 2016, una semana después, fue capturado por los oficiales. Reconocieron luego que sabían de su paradero, pero prefirieron esperar unos días para no alarmar a los turistas que se encontraban disfrutando del fin de semana largo de Semana Santa.
Fuente: elentrerios.com