El 2025. Este año particularísimo en que coinciden las elecciones de medio término con el primer año de gestión de las nuevas administraciones. Normalmente, las elecciones legislativas tenían lugar cuando los gobiernos ya tenían un año de gestión encima.
En esta ocasión se da la particularidad de que aunque los nuevos gobiernos asumieron hace más de doce meses, las gestiones todavía no se han iniciado, lo que complica el carácter plebiscitario tradicional de las elecciones de medio término.
El gobernador de la provincia, Rogelio Frigerio, destacó a “la transparencia, la responsabilidad fiscal y la modernización del Estado” como los ejes claves de su primer año al frente de la gobernación. Fue un año de ordenar el desorden, dejó entre las expresiones de resumen. Lo que significa que no hay mucho para mostrar en materia de hechos concretos.
En palabras de Rogelio Frigerio, Entre Ríos pasó “de ser la cuna del federalismo a ser la hermana pobre de la Región Centro”.
La provincia arrastra décadas, en el mejor de los casos, de atraso en materia de desarrollo infraestructural.
Años atrás se aducían razones históricas vinculadas a la decisión de evitar el desarrollo en áreas fronterizas que pudiera ser aprovechado por el potencial enemigo invasor para infligir un mayor daño o apropiarse de áreas estratégicas dejando más expuesta a la naciente nación. Argumentos que años vista suenan a excusas.
Recuerdo en las charlas con Emiliano previas a la asunción de Rogelio Frigerio cuando asegurábamos que con muy poco, el ex ministro del Interior podía marcar la diferencia en Entre Ríos porque la vara estaba muy baja. La “transformación” que se instaló como sello marketinero, no echó raíces en la provincia.
Por supuesto que no es menor tener responsabilidad fiscal, transparencia y un estado moderno, pero estos no pueden ser objetivos en sí mismos. Son herramientas de gobierno que van de suyo con la gestión, que nos parecen novedosas por lo mal que venimos.
Pero este año de ordenar el desorden se comió un cuarto de la gestión. Sin inversiones no habrá desarrollo posible y sin infraestructura no habrá inversiones.
Y la infraestructura es mucho más que las obras y las fotos de sus inauguraciones.
Es la base sobre la que se van a asentar los proyectos productivos reales que en serio le van a cambiar la vida a los entrerrianos, porque son los que van a generar empleo y trabajo y un ingreso que proviene de la generación de riqueza.
Un breve repaso: infraestructura son caminos, rutas, electricidad, conectividad, puertos, aeropuertos.
Sin infraestructura, con impuestos altos, sin financiamiento no habrá inversiones. Si no hay inversiones, Entre Ríos va a seguir dependiendo del empleo público y en un círculo vicioso el peso del Estado va a seguir ralentizando las inversiones.
Y en esta materia hubo una falta de respeto por la realidad. No se encaró nada y se dijo que sí se hizo.
Insisto: no quiero la foto de la inauguración. Quiero leer el plan con el que se resuelve la falta de provisión eléctrica a los parques industriales, sin caer en el despropósito de usar generadores a gasoil a 200 kilómetros de la represa de Salto Grande. Cómo se vincula el norte entrerriano con la electrificación rural con costos competitivos para que el arroz o las industrias de jugo cítrico no se sigan mudando a Corrientes. Cómo se recupera Vialidad Provincial para que la producción salga de las chacras todo el año y no dependa de que no llueva, para que el turismo no sea una aventura que ponga la vida en riesgo por el estado de las rutas, por citar algunas escenas de la vida cotidiana.
En este 2025 hay mucho más que bancas legislativas en juego, se trata del desafío de la mayoría de edad para la provincia.
Y esta situación, de ausencia de gestión que a nivel provincial tiene una especial visibilidad, se verifica en cualquiera de los niveles de gobierno.
Quiero detenerme en la situación nacional. Allí es donde vamos a tener que tener especial cuidado con las cortinas de humo, a las que los distintos signos políticos nos han acostumbrado. Algunos datos…
¿Hay mejores datos macro en el final de 2024 que en el final de 2023? Evidentemente que sí ¿es buena la situación? La respuesta es no.
La inflación argentina del 2024 fue del 117%.
Como para poner un poco en contexto:
Argentina: La inflación cerró en 117,8% en 2024. En comparación, había terminado en 211,4% en 2023.
Venezuela: En 2024, la inflación fue de 85%. En 2023 alcanzó el 193%. En el caso de Venezuela, los datos surgen de un privado (el Observatorio Venezolano de Finanzas) ya que los números que publica el régimen que gobierna el país no suelen ser transparentes.
Bolivia: Registró una inflación de 9,97% este año. En 2023 fue de 2,12%.
Uruguay: Cerró con un índice inflacionario de 5,83% en 2024. El año pasado había sido de 5,11%.
Colombia: Terminó 2024 con una inflación de 5,2%. En 2023 había sido de 9,82%.
Brasil: Su inflación fue de 4,83% este año. En 2023 fue de 4,62%.
Chile: En 2024, la inflación alcanzó el 4,5%. El año anterior fue de 3,9%.
México: Cerró el año con un 4,21% de inflación. En 2023 fue de 4,66%.
Honduras: La inflación este año fue de 3,88%. En 2023 fue de 5,19%.
Paraguay: Marcó una inflación de 3,8% en 2024. En 2023 fue de 3,6%.
República Dominicana: La inflación fue de 3,35% este año. El año pasado había sido de 3,57%.
Nicaragua: Terminó 2024 con una inflación de 2,84%. En 2023 fue de 5,6%.
Perú: Su inflación fue de 1,97% este año. En 2023 fue de 3,24%.
Guatemala: La inflación cerró en 1,7% en 2024. En 2023 fue de 4,18%.
Costa Rica: Registró una inflación de 0,84% este año. El año pasado fue de -1,77%.
Panamá: Su inflación fue de 0,7% este año. En 2023 alcanzó el 1,5%.
Como se ve, este es un fenómeno estrictamente local, una especie de daño autoinfligido.
Y la situación no fue en 2024 satisfactoria, fue mejor que la anterior, en eso debemos estar de acuerdo.
¿es suficiente? ¿indica que va la Argentina o el gobierno de Javier MIlei en el camino correcto? Lo dirán exclusivamente los resultados.
Lo dirán las inversiones, el crecimiento del empleo, la disminución de la pobreza y la mejora de la calidad de vida, indicadores en los que la “batalla cultural” no juega ningún papel, más allá de entretener con discusiones en algunos casos saldadas, en otros fuera de tiempo y en otros desubicadas.
Fuente: Redes de Noticias / Guillermo Pérez – (Editorial del programa Lo que Queda del Día del lunes 3/02/2025)