La baja afluencia de votantes modifica sustancialmente el panorama a la hora de hacer pronósticos y comparar con 2019. La gente viene en campaña desde que Alberto abdicó en 2021. Estamos ante una elección que viene planteada con tres etapas bien diferenciadas y que no nos dejará certezas hasta el último minuto, las encuestas no pegan una. No es un buen año para los ansiosos.

Preocupaciones

Varias son las preocupaciones que a menos de tres semanas de las PASO aquejan a los candidatos y sus equipos, pero sin dudas el que más incertidumbre genera, es la baja afluencia de votantes en las elecciones que se han ido verificando a lo largo de todo el país. 

Una PASO contundente y con una afluencia sólida, dejaría medio definido el asunto, un poco como pasó en 2019, pero todo indica que no nos encontraremos ante ese escenario. 

Un panorama muy diferente

La única interna seria que en este momento se está llevando adelante es la de Juntos por el Cambio, situación que, junto con la ausencia de competencia del lado de enfrente, ha contribuido a que mucha gente no esté viviendo este proceso de la misma manera que hace cuatro años. 

En 2019 tuvimos una elección en dos capítulos. Las  PASO fueron una especie de ensayo, iban Macri y Fernández, punto, después hubo tiempo para acomodar un poco los números y Macri terminó haciendo una elección en octubre, que vista en perspectiva, salvó las papas y dejó sobre el escenario una oposición sólida. Pero en este caso no parece que estemos ante un escenario similar. El desgaste de cuatro años de crisis contínua, y sobre todo la abdicación de Fernández en 2021 que nos dejó sumidos en una lucha por el poder que se transformó en una especie de eterna campaña, han dejado al votante al borde del hartazgo. 

Es que venimos escuchando todo y todo lo contrario en un abuso contínuo desde hace demasiado tiempo. Veremos que nos indican los números del 13 de agosto, pero todo indica que en esta primera etapa lo único que quedará claro, será el candidato de Juntos por el Cambio y algún número que si se mantienen los porcentajes de afluencia a las urnas, no será mucho más que una encuesta de lujo de cara a las generales.

Camino a Octubre. ¿Aparecerá Milei?

Ahí arrancará otra campaña. Será cuestión para ambos de reunir a la tropa alrededor del candidato. Unión por la Patria deberá seguir adelante con un ministro de economía en funciones como candidato, factor que por sí solo vuelve su situación tan volátil como la economía argentina y Juntos por el Cambio deberá intentar que las heridas de una interna que alcanzó niveles de agresión importantes, sanen rápidamente. En esta recta final, según dicen los que saben, es que deberían aparecer los Libertarios de Milei, hasta ahora ausentes por completo, y generar el fraccionamiento que terminará haciendo que haya ballotage en noviembre. 

Tres etapas

En las primarias la gente vota lo que quiere, en las generales vota lo que debe y en el ballotage la gente vota lo que puede.  

Según esta atinada definición, las fuerzas deberán tener mucha cintura para moverse estos meses, y el nivel de incertidumbre que manejaremos hasta el final será elevadísimo. La luz al final del túnel, se verá realmente al final. Hasta ese momento no habrá ni una lamparita. Los resultados de las encuestas son casi ridículos si uno los pone en comparación. 

¿A quién perjudica más esta baja afluencia a las urnas? Algunos dicen que al oficialismo, otros a la oposición. Yo creo que esencialmente perjudica a los ansiosos. 

Alguno podrá decir. ¿Escribió todo esto para decirnos que no sabe nada? Y bueno, adivino todavía no soy che, en este país alguien debería decir “no sé” cada tanto.  Una buena semana para todos, les desea El Aguijón,  el domingo nos toca Chubut, hay que estar siempre atentos al porcentaje de afluencia a las urnas.