El presidente pide la movilización de la izquierda y concentrar el domingo el voto en la papeleta socialista: “¡Que nadie se quede en casa, todos al rojo!”
El 29 de mayo, no hace ni dos meses, el PSOE era un partido abatido y rendido. El Gobierno tenía fecha de caducidad y el cambio de ciclo parecía irreversible tras la hecatombe de la izquierda del 28-M, en la que la derecha barrió del mapa casi todo el poder institucional socialista en las autonómicas y municipales.
La convocatoria electoral del 23 de julio con la que Pedro Sánchez sorprendió a los españoles y a su propio partido puede pasar a la historia de la política española como una decisión estratégica que nadie preveía y que puede valer cuatro años más de un Gobierno progresista y de coalición en La Moncloa.
El derrotismo que sacudió los cimientos del PSOE, con algunos de los barones damnificados por las pérdidas de sus comunidades contando los días para pedir la dimisión de Sánchez en un nuevo y definitivo desastre en las urnas, ha dado paso a un PSOE enfervorecido que siente que el domingo tiene la victoria al alcance de la mano.
“Hemos hecho la mejor campaña. Nos caímos y nos levantamos, pedaleamos contra reloj y cruzamos todas las metas volantes, subimos todos los puertos inimaginables y nos quedan unos metros para el sprint final. ¡Vamos a ganar las elecciones hasta la última pedalada, hasta el último suspiro, hasta el último voto y las vamos a ganar rotundamente!”, afirmó el presidente del Gobierno en el cierre de campaña en Getafe ante 4.500 personas en éxtasis y en el que la canción Perra, de Rigoberta Bandini, retumbó a la llegada del candidato socialista. En un giro de guion insospechado, los descalificativos de la derecha se han convertido en un emblema, en una seña de identidad y un orgullo para la militancia y muchos votantes. Las chapas con el mensaje de PerroSanxe y PerraSanxe volaban de las manos en el mitin.
“Yo veo a la derecha y a la ultraderecha absolutamente desfondados y el avance socialista, en cambio, es imparable. ¡Lo único que os pido es que el 23 de julio lo apostéis todo al rojo! “¡Que nadie se quede en casa, todos a votar al PSOE, todos al rojo!”, incidió Sánchez instando a la movilización de la izquierda y pidiendo expresamente el voto a mujeres, jóvenes, pensionistas y votantes moderados inquietos por los pactos del PP y Vox, empleando uno de los lemas que más furor han hecho en la campaña y que se le ocurrió a Meritxell Batet. Si la política también es un estado de ánimo, para entonces el ambiente en el mitin se había convertido en una fiesta entre gritos de “¡Pedro presidente!” y “¡Ista, ista, ista, España socialista!”.
“Oye, por cierto, ¡un aplauso para Zapatero que se está saliendo en esta campaña!”, proclamó Sánchez en otro de los hitos del cierre. El ex presidente del Gobierno, que se ha recorrido toda España con una campaña paralela a la del candidato, cerró con otro mitin multitudinario en Sevilla. Una entrega que contrasta con el silencio que Felipe González ha mantenido, pese incluso a que Feijóo ha llegado a mentarlo y ponerlo de referente para desgastar a Sánchez y atraer a votantes socialistas molestos con los pactos con los independentistas. Aunque hasta para eso Sánchez tenía respuesta, después de que el PP pactase con EH Bildu repartirse todas las comisiones del Ayuntamiento de Vitoria. “¡Hoy el PP ha pactado con Bildu! A ver si abren los telediarios de esas cadenas privadas!”, cargó Sánchez. El PP ha renunciado finalmente a presidir las comisiones que en un primer momento se repartió con la izquierda abertzale.
Fue la traca final de una semana que no le ha salido al PP como esperaba, en la que el remate ha sido que Feijóo reconociera que Marcial Dorado era un contrabandista cuando le conoció. “Esta campaña ni se nos ha hecho larga ni corta. Perfecto. A otros, sin embargo… Llegan desfondados, no hay más que ver a Feijóo. Vaya semanita. Si existiera un manual de la campaña electoral, el capítulo uno diría que no hay que esconderse de los debates —por su ausencia del debate a tres al que asistieron Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal—, que no hay pactar con aquellos que dices que no hay que pactar, ¡o cuando el último día reconoce que se iba con un contrabandista!”, ha repasado Juan Lobato, secretario general del PSOE de Madrid, los errores que el candidato del PP ha enlazado a lo largo del tramo final de la campaña.
“NOSOTROS SOMOS ESPAÑA”
Frente al escepticismo con que el PSOE afrontaba el 23-J, la confianza se ha adueñado del partido pese a los augurios de la mayoría de encuestas. “Nosotros somos España, nosotros somos españoles y españolas, ¿por qué estos de la derecha y ultraderecha lo plantean como Sánchez o España? Esto no va de Sánchez o España, esto va de Sánchez o un Gobierno de Feijóo y Abascal. De un gobierno progresista del PSOE con el partido de Yolanda Díaz o de un Gobierno de PP y Vox, de esto van estas elecciones”, sentenció el presidente del Gobierno en un acto al que asistieron en primera línea los ministros Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Pilar Llop y José Manuel Albares, su jefe de gabinete Óscar López junto a la plana mayor del socialismo madrileño.