La ciudad de Concordia no tiene comedores que dependan orgánicamente de la Municipalidad, pero hay 130 comedores particulares que reciben los alimentos para cocinar desde la Dirección de Asistencia Social de la comuna. Tienen la particularidad de que abren algunos días a la semana, dos días en promedio, y atienden a 10.400 comensales, de acuerdo con la información que remiten a la dependencia de la que reciben los insumos. La Dirección de Asistencia Social entrega además unos 3.100 «módulos alimentarios» al mes, que son alimentos para que las familias beneficiarias cocinen en sus casas. La demanda de asistencia no ha crecido significativamente aseguró Héctor Senés, director de Asistencia Social de la Municipalidad de Concordia.
Senés destacó en el diálogo con Lo Que Queda del Día en Oíd Mortales Radio (lunes a viernes de 18 a 20) que «la Municipalidad no tiene comedores propios, simplemente brinda asistencia a comedores particulares que reúnen determinadas condiciones y requisitos que establecimos allá por diciembre de 2023 cuando asumimos».
Precisó que «al día de hoy tenemos habilitados 130 comedores con asistencia que atienden aproximadamente a 10.400 personas».
Respecto de la periodicidad dijo que «varía porque algunos tienen un día de actividad, dos, algunos tres, y muy poquitos tienen cuatro días de actividad». Aclaró que no es correcto decir que desde la Municipalidad se asiste con comida diariamente a 10.400 personas «porque no todos cocinan todos los días. Cocinan desde un día a tres, cuatro días algunos, pero en general estamos en un promedio de dos días por cada comedor».
Reseñó que «al asumir, nos encontramos con una gran cantidad de asistencia dada a comedores, pero sin ningún tipo de información respecto de las personas o las cantidades de mercadería. Empezamos a hacer un reempadronamiento, convocamos a todas las personas que estaban en los listados que pudimos conseguir y a partir de ahí establecimos reglas de trabajo y de funcionamiento con asistencia de mercadería todas las semanas. Al principio acotada porque no teníamos mercadería en los depósitos hasta que se pudieron normalizar las compras».
Destacó que la actividad tiene «un control periódico, por supuesto, control sorpresa. Así fue también como hemos dado de baja a muchos comedores que habían retirado mercadería, pero al momento de ir el agente municipal al lugar se encontraba con que no estaban cocinando o no habían cocinado».
Precisó que «aproximadamente 40» fueron los comedores cerrados y «otros tantos dimos de baja porque nunca se presentaron al reempadronamiento».
Agregó que «a partir de eso también empezamos a exigirles a los comedores que presentaran la lista de las personas -nombre, apellido y número de documento- que asisten al comedor a retirar comida o a comer en el lugar. Y a partir de esa información es que podemos decir hoy que estamos asistiendo a 10.400 personas».
Comentó que en función de las diferencias en periodicidad «lo que se busca también en cada barrio, es programar la asistencia de la comida para aquellos horarios en donde, por ejemplo, el comedor escolar no está abierto. Es decir, programar meriendas y cenas para que haya, de alguna manera, cierta continuidad en la provisión de comida a la gente».
Dijo que «no ha sido significativo» el aumento en la cantidad de personas declaradas por los comedores para asistir desde el inicio de la gestión hasta ahora. Precisó que «este año, desde el primer trimestre a hoy, apenas un 4% en cantidad de casos».
Acerca del mecanismo de fiscalización y control, detalló que «aleatoriamente se eligen todos los días comedores que tengan actividad ese día, y salen uno o dos equipos de personas de la Coordinación de Comedores y Merenderos, que está a cargo de Miguel Ham, con los móviles de la Municipalidad van al lugar donde las personas han declarado que se va a realizar la actividad dentro del horario. Cada agente concurre con su teléfono celular en donde tiene una aplicación y en esa aplicación se puede hacer registro de lo ocurrido. Si están cocinando, si no están cocinando, de algunas condiciones básicas de higiene como para evitar inconvenientes mayores».
Sobre el particular, abundó que «ahí tenemos un tema serio porque la mayoría de los comedores, al estar ubicados en barrios populares, cocinan a leña, no hay red de gas, y las garrafas, el insumo de gas, nosotros no lo podemos proveer. Afortunadamente, tenemos del total de comedores colaboración y predisposición para la tarea. En la medida de las posibilidades de la Municipalidad se los asiste también con algunos elementos como, ollas, utensilios, coladores o bancos: ahí hacemos una tarea de nexo con el taller de la Unidad Penal 3, que en algunas oportunidades nos ha hecho bancos y mesas con caballetes. Y de esa manera se transforma en un círculo virtuoso».
Acerca del impacto presupuestario, Senés respondió que no pasa por su área esa información, pero detalló las cantidades de alimentos que se proveen: «por semanas estamos en los 990 kilos de carne, se alterna carne y pollo, 1.400 a 1.500 kilogramos de pollo por semana, 900 kilos de papa, 500 kilos de cebolla, 1.200 kilos de arroz, y otros insumos como azúcar, cacao, arvejas, tomate, aceite, sal. Esos son los más significativos».
Respecto de si el tipo de alimento que se provee tiene alguna consideración nutricional o lo definen los comedores, respondió que «nosotros hemos orientado la provista de mercadería a partir de que iniciamos la gestión, con el asesoramiento de nutricionistas del área de Niñez, Adolescencia y Familia. También hay una cuestión que es presupuestaria y de recursos para poder hacer una dieta completamente balanceada. Entre esos dos variables, lo deseable y lo posible, hemos establecido algunas pautas básicas como para que, por ejemplo, en el verano se hagan determinados menús, la gente de los comedores sabe de esto, y por ejemplo preparan salpicones con verdura, con arroz, con pollo, en épocas de invierno comidas más calientes, y siempre estamos buscando alguna alternativa».
Destacó que «se celebró un acuerdo con la Universidad Nacional del Litoral para la provisión de alimentos deshidratados, que tienen un balance nutricional óptimo, y estamos también esperando ahora la renovación de esa provisión de mercadería».
Aclaró también que la asistencia que brinda el área a su cargo no guarda ninguna relación con la preparación de comida en los llamados Centros de Desarrollo Infantil (CDI) que dependen de la Dirección de Niñez, aunque advirtió que pueda existir un «solapamiento» entre quienes concurren o retiran alimentos de los comedores particulares. «La Dirección de Niñez tiene su provisión a través de los CDI, lo que no quita que algunas de las personas que van al CDI también vayan a un comedor. Es posible que haya un solapamiento en ese caso», expresó.
Acerca de si existe algún criterio de elegibilidad para asistir a un comedor o simplemente quien tiene la decisión de ir a un comedor, asiste y come ahí, respondió que «en general es gente del barrio. Nosotros promovemos la asistencia a los comedores. Dentro de mi área también está la Mesa de Entrada, Trámites y Consultas, que es donde la gente los días miércoles, jueves y viernes, concurre a pedir un bolsón de alimentos, un módulo de alimentos. Ese es otro universo diferente. Y a mucha gente promovemos que vayan al comedor del barrio, indicándole el domicilio, y obviamente cuando asignamos a esa persona/familia a ese comedor, también nos comunicamos con la gente del comedor para avisarle y eventualmente si es necesario ampliar la ración, se lo hace».
Aclaró también que quienes concurren a pedir los «módulos» de alimentos están por fuera de las 10.400 personas consideradas comensales de los comedores, aunque advirtió que «ahí también puede haber un solapamiento».
Agregó que «en paralelo a todo esto, estamos trabajando arduamente en la modificación y en la mejora de los sistemas informáticos que nos permitan optimizar la asignación de los recursos a la gente. Pero sí, puede ser que haya un papá o una mamá que fue a buscar un módulo y el nene come en el comedor. Es factible».
Precisó también que además de los 10.400 comensales en comedores, «en promedio, la Municipalidad está entregando 3.100, 3.200 módulos en forma mensual».